Alberto Rodríguez ya llamó la atención en su día con la buena película Grupo 7 (2012), pero con La Isla Mínima (2014) alcanzó el zénit, cuyo triunfo en los Goya así lo corroboró. El techo estaba muy alto, y eso siempre impone, pero aquí para la realización de este film El hombre de las mil caras (2016), contó con un elenco de actores impresionante y se metió con una historia, donde guión hay de sobra. Ese guión estaba basado en el libro de Manuel Cerdán, cuya adaptación corrió a cargo tanto por el propio director, como por Rafael Cobos. Pero teniendo en cuenta, todo los ríos de tinta que provocó el Caso Roldán en su día, en lo que dio en el clavo Alberto Rodríguez, es sin duda, en huir de parafernalias y efectismos baratos, para mediante un thriller tenso, contarnos qué pasó y cómo pasó, centrándose en la figura de Francisco Paesa.
Ante todo, y ya desde el principio, se nos dice que el film está basado en hechos reales, pero también que como en todo hecho real, siempre hay alguna mentira. Estas palabras las dice Jesús Camoes, interpretado por José Coronado, que es la voz que nos vaya contando paso a paso todos los movimientos que suceden en la historia. Pero, casi sin querer, la cinta en muchos momentos se convierte en un biopic improvisado sobre la figura de Francisco Paesa, interpretado por un fastuoso, como siempre, Eduard Fernández, que a pesar de que su personaje tiene ciertas limitaciones, desde el primer momento consigue que el espectador se enganche a él.
En el lado negativo del film, que alguno tiene, no sé si es un acierto que Camoes cuente la historia, y estemos a expensas de su punto de vista continuamente, y por otro lado, el ritmo, que decae en algunos tramos. La banda sonora de Julio de La Rosa, siempre es acertada, eso si.
Dónde para mi estaba el gran punto fuerte del film, era en describirnos como era la España de los años 90, cuando todo esto sucede, de hecho al principio Camoes nos avisa de que en aquella época no existían los vuelos Low Cost, dato importante, ya que los vuelos en esta historia son claves, y lo dice Jesús Camoes, comandante de vuelo.
Pero ante todo ha de quedar una cosa clara, y es que Francisco Paesa, era un ex-agente secreto del gobierno español (un espía vaya, que como dicen en el film en un momento, no viajaban con pistola, sino con chequera), que fue responsable en los 80 de la operación contra ETA más importante, que casi la desarticula, pero que se vio envuelto en un caso de extorsión a una testigo del caso de los GAL, lo que le obligó a huir del país, aparte de que nunca se le pagó lo prometido por su trabajo estrella contra la banda terrorista. Cuando regresa está arruinado, pero recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director de la Guardia Civil, y su mujer Nieves Fernández (Marta Etura), que le ofrecen un millón de dólares para salvar los 1500 millones de pesetas que aquel hombre calvo y con barbas, había sustraído del erario público.
Precisamente en una escena mítica, Camoes narra como ese dinero da vueltas por el mundo, Singapur, Ginebra, Franckfurt, Londres, para ocultarlo, hacer el helicóptero que se decía, y el propio Roldán en el escondite que Paesa le ha buscado le pregunta que donde está ese dinero y le dice que en Singapur y que está seguro (no lo volvió a ver, obviamente).
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