Los hermanos Wachowski (ahora hermanas) dirigieron en 1999 The Matrix donde la realidad que vivimos no es real, premisa con la que arranca el universo de este film. En esta maravilla de película hay referencias, homenajes, guiños y detalles prácticamente a todas las culturas y religiones que el ser humano ha ido haciendo y modelando a lo largo de siglos de historia. Todo esto ha provocado lo que ocurre siempre, que los cientos de miles de frikies e iluminados busquen trillones de lecturas, escrutando cada palabra, plano y microdetalle de la trilogía, de la que evidentemente esta primera parte es la mejor del conjunto de largo. Una revolución narrativa y visual como no se ha visto en mucho tiempo.
Se trata de un film revolucionario en concepto, y que bajo mi punto de vista cerró el siglo XX a lo grande con una obra maestra. Este año cumple 20 años y como pequeño homenaje pongo una escena clave (todas lo son) en la que Thomas Anderson, ese brillante programador de una compañía de software que es Neo fuera del trabajo (un hacker) y al que da vida Keanu Reeves recibe la misteriosa visita de Morpheus (Laurence Fishburne) que le dice a grandes trazos que es Matrix y le da a elegir entre la pastilla roja o la azul, explicándole que le dará la que finalmente elija y después la explicación con el niño de que la cuchara no se dobla sino él...
Os dejo con las míticas escenas.