lunes, 31 de enero de 2022

Mejores escenas cómicas del cine (XCV)


Una noche en la Ópera de 1935, de los Hermanos Marx, quizás sea mi película favorita de ellos, dirigida por Sam Wood. Fue la primera película de los hermanos para MGM, después de su ruptura con Paramount, y la primera sin Zeppo.
Ese barco en el que Groucho mete, con destino a Nueva York, a todas las estrellas de la Ópera de Milán... no tiene desperdicio. A bordo viajan también dos polizones, Fiorello (Chico) y Tomasso (Harpo), y entre los tres revolucionan el barco, organizan un escándalo en New York y convierten la noche del estreno en una locura inolvidable.
Groucho Marx es Otis B. Driftwood y en una escena impagable recibe a Henderson (Robert Emmett O'Connor) con una cancioncilla que reza... "Al mirarse la luna en el lago... en el lago la luna se ve..."
En otra escena llena de genialidad Otis da el discurso de presentación de la Ópera el Trovador, suplantando al que debía darlo, junto a Mrs. Claypool (Margaret Dumont) de la que siempre se ríe, un discurso lleno de locura y fantasía.


Os dejo con la cómica escena.

domingo, 30 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCX)

Como decía ayer, Francis Lawrence dirigió en el año 2005 Constantine, adaptación del cómic Hellblazer. Esta cinta en su día no tuvo muy buena repercusión y a mí sinceramente me parece una gran película. Keanu Reeves da vida a John Constantine, un tipo de lo más peculiar ya que ha estado en el infierno y ha vuelto. Nació con un don que no deseaba, la capacidad de reconocer claramente a los ángeles y a los demonios híbridos que andan por la Tierra bajo un aspecto humano, de hecho se vio empujado a quitarse la vida para escapar de sus visiones atormentadoras. Eso sí, desprecia la idea de ser un héroe, por lo que lleva una vida algo amargada mientras busca la salvación, fuma en exceso y lleva una vida dura. Pero en contra de su voluntad resucitó y se vio de nuevo en el mundo de los vivos, aunque debido a su intento de suicidio se convirtió en ser mortal. A partir de entonces patrulla la frontera terrenal entre el cielo y el infierno, esperando en vano ganarse la salvación enviando a los esbirros del diablo de vuelta a las profundidades. Cuando una desesperada pero escéptica detective de policía Angela Dodson (Rachel Weisz) consigue su ayuda para resolver la misteriosa muerte de su querida hermana gemela Isabel, su investigación les lleva a través del mundo de demonios y ángeles que está bajo la ciudad de Los Angeles.
Pero en la primera escena del film Constantine practica un exorcismo a una chica que tiene un demonio dentro (si, todos sabemos a qué escena nos recuerda), pero la habilidad del protagonista consiste en pedir un espejo de pared grande y consigue sacar al demonio hasta el espejo, una escena realmente impactante.


Os dejo con la mítica escena del exorcismo.

sábado, 29 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCIX)

Francis Lawrence dirigió en el año 2005 Constantine, adaptación del cómic Hellblazer. Esta cinta en su día no tuvo muy buena repercusión y a mí sinceramente me parece una gran película. Keanu Reeves da vida a John Constantine, un tipo de lo más peculiar ya que ha estado en el infierno y ha vuelto. Nació con un don que no deseaba, la capacidad de reconocer claramente a los ángeles y a los demonios híbridos que andan por la Tierra bajo un aspecto humano, de hecho se vio empujado a quitarse la vida para escapar de sus visiones atormentadoras. Eso sí, desprecia la idea de ser un héroe, por lo que lleva una vida algo amargada mientras busca la salvación, fuma en exceso y lleva una vida dura. Pero en contra de su voluntad resucitó y se vio de nuevo en el mundo de los vivos, aunque debido a su intento de suicidio se convirtió en ser mortal. A partir de entonces patrulla la frontera terrenal entre el cielo y el infierno, esperando en vano ganarse la salvación enviando a los esbirros del diablo de vuelta a las profundidades. Cuando una desesperada pero escéptica detective de policía Angela Dodson (Rachel Weisz) consigue su ayuda para resolver la misteriosa muerte de su querida hermana gemela Isabel, su investigación les lleva a través del mundo de demonios y ángeles que está bajo la ciudad de Los Angeles.
Es precisamente la escena de cuando Constantine baja a ese mundo de los demonios para ver si su hermana está allí y saber si se suicidó, la que me parece maravillosamente hecha.


Os dejo con la tremenda escena.

viernes, 28 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCVIII)

Como decía ayer, Dan Gilroy dirige su ópera prima en 2014 titulada Nightcrawler, cuyo principal protagonista es Lou Bloom, al que da vida un estupendo Jake Gyllenhaal, un joven delincuente con mucha labia y con cierta locura mental no exenta de inteligencia, que está buscando su lugar en la vida ya que está en paro y lo hace grabando las imágenes más morbosas fruto de accidentes, robos, incendios, asesinatos, etc., en la ciudad de Los Angeles. La interpretación de Gyllenhaal es magnífica pero también perturbadora, dentro del sórdido y retorcido planteamiento laboral que va llevando poco a poco durante el relato y cuyo objetivo es que su proyecto de empresa de grabaciones pueda vender su producto morboso al cliente que lo desee, proceso que lleva de forma enfermiza pero con unas grandes dotes de manipulación. Ahí es donde entra Nina Romina (Rene Russo), la persona de una cadena de televisión a la que empieza a vender su producto, que por lo impactante que es ya que cada vez llega antes a los sitios, incluso antes que la policía, consigue que su valor sea cada vez más alto. Al principio del film, Lou está en el paseo de la playa de Venice y está pensado y pensando, hasta que ve como un ciclista deja su bici, la roba y la intenta vender en una tienda con su tira y afloja de la típica negociación, hasta que el tipo de la tienda le pregunta que es lo que realmente quiere porque se resiste a bajar de una cantidad, busca el equipo de cámara y receptor de radio para llevar a cabo su plan de trabajo.


Os dejo con esta buena escena.

jueves, 27 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCVII)


Dan Gilroy dirige su ópera prima en 2014 titulada Nightcrawler, cuyo principal protagonista es Lou Bloom, al que da vida un estupendo Jake Gyllenhaal, un joven delincuente con mucha labia y con cierta locura mental no exenta de inteligencia, que está buscando su lugar en la vida ya que está en paro y lo hace grabando las imágenes más morbosas fruto de accidentes, robos, incendios, asesinatos, etc., en la ciudad de Los Angeles. La interpretación de Gyllenhaal es magnífica pero también perturbadora, dentro del sórdido y retorcido planteamiento laboral que va llevando poco a poco durante el relato y cuyo objetivo es que su proyecto de empresa de grabaciones pueda vender su producto morboso al cliente que lo desee, proceso que lleva de forma enfermiza pero con unas grandes dotes de manipulación. Ahí es donde entra Nina Romina (Rene Russo), la persona de una cadena de televisión a la que empieza a vender su producto, que por lo impactante que es ya que cada vez llega antes a los sitios, incluso antes que la policía, consigue que su valor sea cada vez más alto. Precisamente en una escena en la que Lou tiene un documento brutal de un asesinato de varias personas, negocia con Nina de manera fuerte y dura en el que él pone las condiciones hasta que ella accede a darle lo que pide.


Os dejo con esta gran escena.

miércoles, 26 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCVI)

En 1953 George Stevens dirige Shane, basada en la novela del mismo nombre obra de Jack Schaefer, traducida aquí como Raíces profundas y cuyo guión adaptó el escritor A. B. Guthrie Jr (recomendado por Howard Hawks) introduciendo cambios originales con respecto a la novela. La historia nos sitúa en el estado de Wyoming, a finales del siglo XIX, cuando Shane al que da vida Alan Ladd, un hastiado pistolero, llega a la granja de los Starretts, un matrimonio con un hijo que, al igual que el resto de campesinos del valle, están en serios problemas, porque el poderoso ganadero Rufus Ryker (Emile Meyer) pretende apoderarse de sus tierras a la fuerza. Pero Ryker pronto se entera de que Shane no solo trabaja para Starrett, si no que es un hábil pistolero, y le ofrece trabajar para él. Ante la negativa contrata a Jack Wilson, al que da vida el gran Jack Palance, un peligroso asesino a sueldo.
Este es un western psicológico en el que el director hacía su segundo film de este estilo 18 años después del primero. Clint Eastwood hizo su homenaje y actualización a este trabajo en El Jinete Pálido (1985).
En una escena mítica, se produce el duelo final mascado entre Alan Ladd y Jack Palance, en un duelo de miradas y pistolas realmente antológico y que del que siempre se tomó referencias para muchas películas.


Os dejo con la mítica escena, ese duelo final.

sábado, 22 de enero de 2022

Bandas sonoras míticas del cine (XCVI)


Brokeback Mountain era el título del relato de Annie Proulx que apareció publicado en The New Yorker en 1997. Aunque pronto se vio que era un material excepcional para un film, el problema estaba en que Hollywood no estaba preparado para algo así, pero se pensó que el público tampoco lo estaba. Yo he de admitir que es una película que he tardado en ver, porque simplemente no encontraba el momento oportuno, y hace unos días lo tuve y admito que es una gran película, que contiene un duelo interpretativo de mucha altura entre Jake Gyllenhaal y el malogrado Heath Ledger. Pasaron los años y los directores interesados, hasta que llegó el ecléctico y taiwanés Ang Lee que dijo que la hacía, con su pasión y talento por bandera que resultaron ideales para plasmar el relato que se estrenó en 2005.
La película sitúa el relato en el verano de 1963 en Wyoming cuando dos vaqueros, Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) se conocen mientras hacen cola para ser contratados por el ranchero Joe Aguirre. Los dos aspiran, como mucha gente, a conseguir un trabajo estable, casarse y formar una familia. Cuando Aguirre les manda a cuidar ganado a la majestuosa montaña de Brokeback (ficticia), entre ambos surge un sentimiento de camaradería que deriva finalmente en una relación íntima. Cuando acaba el verano y deben abandonar la zona, ambos siguen caminos diferentes, pero ese fuego sigue muy vivo. Esa primera media hora de la película lo define todo, luego descuidan el trabajo y son despedidos. Frutrados se golpean violentamente y sangran por pura impotencia, aunque su despedida es tranquila. Pasa el tiempo y se vuelven a ver años después, ya casados, pero el fuego sigue ahí.
La banda sonora corre a cargo de Gustavo Santaolalla, composiciones acústicas con la guitarra van describiendo el film de manera sublime, de hecho se llevó el Oscar a mejor banda sonora en 2006.


Os dejo con el tema central del film, ese Brokeback Mountain Theme song.

jueves, 20 de enero de 2022

The Iceman (2012)

Ariel Vromen dirigió en 2012 The Iceman (El hombre de hielo), una historia basada en hechos reales y que gira en torno a Richard Kuklinski, un hombre que trabajó como asesino a sueldo para la mafia. Basada en el libro "The Iceman: The True Story of a Cold-Blooked Killer"  de Anthony Bruno, mientras Morgan Land y el propio director hicieron el guión con el libro como base y también con las entrevistas realizadas al auténtico Kuklinski para el documental "The Iceman Tapes: Conversations with a killer" de Jim Thebaut.
Michael Shannon da vida de manera espectacular a este peculiar criminal que mató a un número no determinado de entre 100 y 200 personas mientras llevaba una doble vida y se hacía pasar por un exitoso hombre de negocios, estaba casado y era padre de dos hijas, siendo un hombre ejemplar. El apodo de Hombre de hielo le vino porque solía congelar los cuerpos de sus víctimas para despistar a la policía sobre la hora de la muerte, cosa que no consiguió del todo. Nacido en Jersey en 1935, era hijo de inmigrantes polacos que sufrió el maltrato de su padre alcohólico junto a su hermano desde la infancia (papel del hermano que interpreta Stephen Dorff). Ya en la adolescencia mostró síntomas de agresividad ya que le gustaba torturar animales hasta la muerte, además de matar a un muchacho de su edad cuando tenía 14 años. En 1969 conoce a Deborah (Winona Ryder) cuyo nombre real era Bárbara, que se convertiría en su esposa y madre de sus hijos. Pasó de traficar con cine porno para una de las familias criminales más importantes de New York, los Gambino, a prestar sus servicios como asesino a sueldo para la mafia, siendo sus principales víctimas los deudores de apuestas o algunos importantes capos, llegó incluso a matar a Roy DeMeo, mafioso psicópata bajo cuyas órdenes perfeccionó aún más sus métodos de asesino. Utilizaba picahielos, mazos, pistolas, explosivos, hierros de neumáticos, ballestas, cianuro, roedores, y cualquier macabra idea que se le viniera a la cabeza para llevar a cabo sus trabajos. 


La historia comienza en el film en los inicios del romance entre Kuklinski y Deborah (dulce pero a la vez frágil) mostrándonos a un tipo alto, de complexión fuerte, enorme y de rasgos faciales duros, pero en cuya vida personal se desvive por la mujer que ama y la familia que crea. Es algo realmente increíble que entre los guionistas, el director y Michael Shannon consigan humanizar, todo lo que era posible, a uno de los personajes más peligrosos de la historia reciente de EEUU. Hablamos de un tipo de una sangre fría alucinante, y de la que se sirve para liquidar a sus víctimas sin el más mínimo escrúpulo. Lo verdaderamente increíble de la vida de este ser, es que mantenía una idílica imagen de familia perfecta, protegiendo a su esposa e hijas en una jaula de oro, con las máximas comodidades materiales y mintiendo descaradamente sobre el origen real de su fortuna. Como todo film basado en hechos reales se permite licencias, y en la cinta Richard tiene dos hijas, cuando realmente también tuvo un hijo que no sale en ningún momento.

Pero si algo me ha gustado y mucho de esta película, es el extraordinario retrato de todos los personajes que van saliendo en la historia, hasta los secundarios. El elenco es desde luego maravilloso, Ray Liotta encarna a Roy DeMeo, el mafioso asociado con los Gambino, y con el cual Richard tenía una deuda, que pagó aunque acabó trabajando para él. Liotta borda un personaje que no es difícil para él, si has hecho una película como Uno de los nuestros. Winona Ryder resucita en esta película (ya en Cisne negro volvió con ganas). También tenemos a David Schwimmer (el popular Ross Geller de la serie Friends) que da vida a Josh Rosenthal, amigo personal de Roy DeMeo y que trabaja para él, aunque a medida que avanza la historia empieza a provocarle más de un problema que acabará por tener que resolver el propio Roy en persona, está gracioso con el bigote y la coleta. Pero el actor que realmente me ha impactado ha sido el gran Chris Evans (El capitán América) al que no identifiqué hasta que se corta el pelo casi al final de la cinta, irreconocible con el pelo largo y bigote interpreta a Robert Pronge, quizás el personaje más sórdido junto al del protagonista principal, que era apodado Mr. Softee y que conducía un camión frigorífico. Este tipo enseñó a Kuklinski los diferentes métodos de utilización del cianuro para matar a las víctimas, le proporcionó la idea de congelar los cuerpos para eliminar rastros y también le enseñó a manejar granadas de mano detonables a control remoto (esto último dicho por Richard en la entrevista, no sale en el film).

No vamos a engañarnos, no se trata de un film que tenga la maestría en la dirección de un Coppola o un Scorsesse, ni mucho menos, ni la profundidad de obras maestras que tienen a la mafia como tema principal, pero si me parece que está acertado en una cosa que últimamente suele ser un pecado común en todos los estrenos, y es su duración que no llega a hora y tres cuartos, y en ese tiempo da tranquilamente para explicar las andanzas de este asesino peligrosísimo y que estuvo campando a sus anchas la friolera de casi 30 años. A finales de diciembre de 1986, la policía le tendió una emboscada a través de un agente infiltrado y consiguió detener a Kuklinski, que fue condenado a dos cadenas perpetuas, muriendo en la cárcel de Trenton, New Jersey, en 2006 de manera natural.


Os dejo con el tráiler del film.

sábado, 15 de enero de 2022

Escenas míticas del cine (CCV)

Brokeback Mountain era el título del relato de Annie Proulx que apareció publicado en The New Yorker en 1997. Aunque pronto se vio que era un material excepcional para un film, el problema estaba en que Hollywood no estaba preparado para algo así, pero se pensó que el público tampoco lo estaba. Yo he de admitir que es una película que he tardado en ver, porque simplemente no encontraba el momento oportuno, y el otro día lo tuve y admito que es una gran película, que contiene un duelo interpretativo de mucha altura entre Jake Gyllenhaal y el malogrado Heath Ledger. Pasaron los años y los directores interesados, hasta que llegó el ecléctico y taiwanés Ang Lee que dijo que la hacía, con su pasión y talento por bandera que resultaron ideales para plasmar el relato que se estrenó en 2005.
La película sitúa el relato en el verano de 1963 en Wyoming cuando dos vaqueros, Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) se conocen mientras hacen cola para ser contratados por el ranchero Joe Aguirre. Los dos aspiran, como mucha gente, a conseguir un trabajo estable, casarse y formar una familia. Cuando Aguirre les manda a cuidar ganado a la majestuosa montaña de Brokeback (ficticia), entre ambos surge un sentimiento de camaradería que deriva finalmente en una relación íntima. Cuando acaba el verano y deben abandonar la zona, ambos siguen caminos diferentes, pero ese fuego sigue muy vivo. Esa primera media hora de la película lo define todo, luego descuidan el trabajo y son despedidos. Frutrados se golpean violentamente y sangran por pura impotencia, aunque su despedida es tranquila. Ennis revela que ha perdido una camisa, mientras Jack sonríe. Muchos años después, el recuerdo que le queda a Ennis será esa camisa y la foto de la montaña, como muy bien se ve la escena final.


Os dejo con esa escena final.

viernes, 7 de enero de 2022

Dawn of the Planet of the Apes (2014)

En 2014 Matt Reeves dirige la secuela de El origen del planeta de los simios, titulada El amanecer del planeta de los simios. Si recordáis cuando hablé de aquella película, terminaba con la aparición del devastador "virus de los simios" desarrollado en un laboratorio (se veían sus primeras consecuencias en las últimas escenas) y que casi acabó con los humanos, mientras un grupo de simios muy evolucionados y liderados por César, se han convertido en la raza dominante en el planeta, este es el punto de partida de este film. En un ambiente poco menos que apocalíptico, los humanos que han sobrevivido al virus (al que ahora son inmunes) están a la defensiva y sobreviven en duras condiciones.


Los simios desde su asentamiento en las montañas dominan y cubren una zona donde hay situada una presa, cuya energía que produce es necesaria recuperar para darle sobre todo luz a los humanos. Malcolm (Jason Clarke) monta una expedición hacia dicha presa, que no sale del todo bien, pero consigue tener un acuerdo con César (Andy Serkis), ya que es razonable y busca el bien de los suyos, por lo que firman una tregua que evite una guerra que determinaría sin duda la raza dominante y una locura.
Cabe destacar y mucho, que los primeros quince minutos de la cinta prescinde por completo de diálogos (sólo hay sonidos para mostrarnos cómo se comunican los simios entre sí) y su modo de vida. Es vida en paz y armonía con sus semejantes también establece una jerarquía y diferenciación suficiente, lo que provoca que cuando veamos a un simio importante sepamos quién es y de qué va.

A pesar de ese acuerdo inicial entre Malcolm y César, por ambos bandos hay gente que va por libre y todo se complica. El director hace una cosa importante y es que nos sumerge tanto en lo que sucede en pantalla, que realmente nos fastidia y nos da rabia que suceda lo que ya imaginamos que va a pasar. Ahí precisamente es donde se trata de evitar mostrar a humanos o simios como el enemigo natural (una imposición del director para hacer la película que era evitar que los primates fueran demonizados), lo que crea una dicotomía emocional muy interesante, donde detalles incluso facilones, funcionan de manera eficaz.


Jason Clarke borda su papel de Malcolm, al que el propio César acaba considerando su amigo. Andy Serkis está debajo de la piel del simio y su actuación se sale de la pantalla. Esta película tiene una gran virtud y es la de aunar con gran pericia la necesidad de ser espectacular (lo es en el combate final y ese momentazo del tanque) con el hecho de que el espectador exigente necesita algún tipo de conexión emocional, para que no se convierta la batalla en una mera sucesión de escenas violentas bien resueltas sin más. Y es evidente que la profundidad en algún momento decae, pero Reeves consigue que no desconectemos en ningún momento de lo que pasa, manteniendo una tensión encomiable.


En resumen El amanecer del planeta de los simios es un entretenimiento de primer nivel, una gran película, y una secuela que supera con holgura lo logrado en la primera entrega de este reboot. Sin ser perfecta, sus virtudes son tan grandes que no lo necesita.

Os dejo con el tráiler del film.