Infierno Azul es como se ha traducido aquí The Shallows (Aguas poco profundas es su traducción literal), y realmente es de las pocas veces que el título en español es más cercano a lo que se ve en la pantalla. Jaume Collet-Serra se hizo cargo de este proyecto, después de la deserción de Louis Leterrier. Con un guión muy sencillito de Anthony Jaswinski, podría parecer que el cine de tiburones está ya muy visto, pero nunca ha dejado de tener tirón, y aquí he de decir que me ha sorprendido para bien, sobre todo por dos razones, primero por la excelente puesta en escena del director, y segundo por la brutal interpretación de Blake LIvely, absoluta protagonista del film.
Nancy (Blake Lively) es una jóven estudiante de medicina que, tras sufrir la pérdida de su madre, viaja a México para evadirse de la realidad y practicar surf en una playa recóndita, donde su madre estuvo hace muchos años. Durante esa primera parte de la cinta te enamoras de la playa idílica, de los colores turquesas del agua, de las vistas, de esa paz, y como no, de la súpersexy protagonista que está muy bien, y que además cae bien e inspira buen rollo con su historia aventurera. Carlos (Oscar Jaenada) es el encargado de llevarla a dicha playa, un mexicano que la desplaza desde el hotel.
Todo el proceso de como ella se prepara para surfear, como exprime al máximo las horas del día y el encuentro con dos chicos surferos (Josue Angelo Lozano Corzo y José Manuel Trujillo Salas), que cuando se van no serán conscientes de que han dejado a la chica atrapada en el coto de caza de un enorme tiburón blanco, que se está zampando a una ballena muerta, está perfectamente llevado.
La chica surfeando ya una de las últimas olas es envestida de forma brutal por el tiburón, que le hace una tremenda herida en la pierna, y para evitar ser parte de la merienda del escualo, nada hacia un islote que revela la bajada de la marea, a unos 200m de la costa.
El director, hace un flashback al principio, dándote una pista de lo que nos espera más adelante, poniéndonos en situación desde el principio, pero ¿como hace la chica para vencer al enorme bicho?
A partir de aquí para mi el film, es una mezcla de dos películas míticas, el Tiburón de Steven Spielberg de 1975 en el aspecto de como se comporta el animal y su manera de actuar, y 127 Horas, donde James Franco se quedaba atrapado en una roca.
Todo, a partir de ahí, se convierte en una tarea de supervivencia por parte de la protagonista, pero mucho más centrado en el suspense que en el miedo, con un gran manejo de las emociones, y eso si, manteniendo una tensión en el espectador increíble (yo estuve bien apretado a la butaca todo el visionado), una tensión de esas que se va cociendo a fuego lento, lo que consigue que sea un entretenimiento impresionante.
Será la inteligencia de la protagonista la que salga a relucir, y su lucha continua la que le hagan sobrevivir a los ataques bestiales del tiburón.
La gran virtud de la protagonista, que hace una actuación brutal, es que no se ve dominada por el pánico nunca, ni cuando tiene que curarse de las heridas (tirando de su formación profesional), ni cuando el tiburón se come delante suyo a uno de los chicos surferos, ni cuando, por supuesto, intenta llevarse por delante a ella misma. Su compañía todas esas interminables horas donde la marea baja y sube, son una ballena muerta a unos metros, una gavitoa y una boya. Su trayecto desde la roca a la boya y librar al tiburón serán la parte más dura y la que solucionará todo el asunto.
Nos encontramos así, ante un film visualmente magistral, y aunque el tiburón está hecho por efectos digitales (el presupuesto era ajustado), os puedo asegurar que en la pantalla parece de verdad y que en cualquier momento se pasa a las butacas.
Os dejo con el tráiler de este buen film.