domingo, 21 de julio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLV)


Tras su prometedor debut en la dirección con la modesta y de buenas intenciones "El hombre sin rostro" de 1993, Mel Gibson, se arriesga con una superproducción poco frecuente en los 90.
Dirige en 1995 un drama histórico y épico de 3 horas, dónde la fuerza, el ritmo y el romanticismo son su bandera acerca de un héroe independiente escocés de principios del siglo XIV, William Wallace. Su relato de gloria y libertad, sus grandes escenas de acción, y la gran actuación de los actores elegidos, le hicieron llevarse varios Óscars (mejor película, director, fotografía, sonido y maquillaje) y arrasar en taquilla. La cinta se preocupó más de la ambientación que del rigor histórico, cometiendo bastantes idas de licencia histórica.
Hoy quiero destacar la escena de la traición, que proviene cuando Wallace en una batalla va en busca del rey inglés, y es entonces cuando un escolta del monarca le dice a un caballero que defienda al Rey del ataque de Wallace, ambos luchan y el escocés le quita el yelmo de la cabeza y resulta ser Robert Bruce (Angus MacFadyen), que había conseguido tener la fidelidad de William, pero ahí todo salta por los aires, ante la incredulidad de dicha traición. Ahí es donde se da cuenta de que todo por lo que lucha, sus ideales, se va al traste si en su propia tierra los suyos le traicionan.


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 30 de junio de 2024

La estrella azul (2023)

Javier Macipe dirige este biopic realmente especial sobre Mauricio Aznar, el músico zaragozano y líder de, entre otras bandas, Más Birras, al que da vida de manera magistral Pepe Lorente. En los últimos tiempos han salido biopics de grandes estrellas de la música Queen, Elton John, Amy Winehouse, etc., pero este es muy diferente y mucho más centrado en la personalidad y humanidad del protagonista que en la faceta musical, aunque en eso también, pero sobre todo partiendo de un presupuesto mucho más modesto. La historia se desarrolla en la década de los 90, donde después de unos conciertos con su banda, Mauricio decide hacer un viaje y recorrido por Latinoamérica con dos objetivos principales, primero reecontrarse con su vocación, descubrir la chacarera, pero a la vez alejarse de su adicción a las drogas, ese fantasma que no dejaba de perseguirle.


En ese viaje, que ocupa buena parte del film, Mauricio conoce a Don Carlos (Cuti Carabajal), un anciano en horas bajas, que a pesar de ser autor de algunas de las canciones más famosas del folclore de su país, apenas tiene para arreglar su auto o pagar sus facturas. Don Carlos acoge con generosidad al extraño visitante, y se convierte en su maestro musical aceptando ese rol, enseñándole las claves de la chacarera, un ritmo clásico de la zona, a la vez que Mauricio confraterniza con su familia. De su encuentro nace un extravagante dúo muy quijotesco, y de visos muy poco comerciales. 
Allí en tierras sudamericanas, a Mauricio se le ve feliz, compone, se amolda a la vida de la zona y disfruta mucho, era su gran sueño desde hacía años, ya que desde pequeño veía vídeos y escuchaba canciones de Atahualpa Yupanki. El director, como un veterano sabe mezclar al novato apasionado y el veterano ya en su último tramo, la chacarera y el rock and roll.


También se retrata el tema familiar y de pareja. A su vuelta a Zaragoza le pasan muchas cosas, su novia dice quererle mucho pero ha cambiado y busca otras cosas, su hermano tiene problemas, su madre sigue sola desde que se divorciaran sus padres, y en el tema musical trata de incorporar sus enseñanzas del viaje para su nuevo proyecto musical, encontrándose con reticencias tanto del público como de los programadores, aunque por otro lado le ofrecen cosas buenas para su grupo Más Birras, contratos y hacer más discos y Enrique Bunbury le pide permisos para hacer una versión con Héroes del Silencio de Apuesta por el rock and roll, cuando empiezan a tener éxito sobre todo en Alemania.
La muerte de su hermano será un punto de inflexión más importante de lo esperado, y se hundirá en un hoyo del que ya no saldría.

Os dejo con el tráiler del film.

sábado, 29 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLIV)

Como decía ayer, Los hermanos Wachowski (hace ya tiempo hermanas) dirigieron en 1999 The Matrix donde la realidad que vivimos no es real, premisa con la que arranca el universo de este film. En esta maravilla de película hay referencias, homenajes, guiños y detalles prácticamente a todas las culturas y religiones que el ser humano ha ido haciendo y modelando a lo largo de siglos de historia. Todo esto ha provocado lo que ocurre siempre, que los cientos de miles de frikies e iluminados busquen trillones de lecturas, escrutando cada palabra, plano y microdetalle de la trilogía, de la que evidentemente esta primera parte es la mejor del conjunto de largo. Una revolución narrativa y visual como no se ha visto en mucho tiempo.
Se trata de un film revolucionario en concepto, y que bajo mi punto de vista cerró el siglo XX a lo grande con una obra maestra. Este año cumple 25 años y como pequeño homenaje pongo una escena clave (todas lo son) en la que Thomas Anderson, ese brillante programador de una compañía de software que es Neo fuera del trabajo (un hacker) y al que da vida Keanu Reeves, recibe la declaración por parte de Trinity (Carrie-Anne Moss) de que es él a quién quiere y de quien está enamorada, para hacerle revivir mientras está conectado. Vuelve y demuestra en Matrix que es el elegido, ante la mirada alucinada de Morpheus (Laurence Fishburne) que lo afirma con rotundidad... "él es el elegido", después de ver que con pasmosa facilidad detiene unas balas que le disparan el Agente Smith (Hugo Weaving) y sus acompañantes, para posteriormente deshacerse de él incluso metiéndose dentro de su cuerpo y destrozándolo, esta escena es de esas que te dejan flipado para toda la vida.


Os dejo con la muy mítica escena.

viernes, 28 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLIII)


Los hermanos Wachowski (hace ya tiempo hermanas) dirigieron en 1999 The Matrix donde la realidad que vivimos no es real, premisa con la que arranca el universo de este film. En esta maravilla de película hay referencias, homenajes, guiños y detalles prácticamente a todas las culturas y religiones que el ser humano ha ido haciendo y modelando a lo largo de siglos de historia. Todo esto ha provocado lo que ocurre siempre, que los cientos de miles de frikies e iluminados busquen trillones de lecturas, escrutando cada palabra, plano y microdetalle de la trilogía, de la que evidentemente esta primera parte es la mejor del conjunto de largo. Una revolución narrativa y visual como no se ha visto en mucho tiempo.
Se trata de un film revolucionario en concepto, y que bajo mi punto de vista cerró el siglo XX a lo grande con una obra maestra. Este año cumple 25 años y como pequeño homenaje pongo una escena clave (todas lo son) en la que Thomas Anderson, ese brillante programador de una compañía de software que es Neo fuera del trabajo (un hacker) y al que da vida Keanu Reeves recibe una muy interesante charla de Morpheus (Laurence Fishburne) que le dice a grandes trazos que es Matrix y que no es Matrix y ese carácter dúal que tiene, es decir, la acción se desarrolla por una parte en el mundo real, y por otra en Matrix, ese mundo virtual donde viven recluidos los humanos sin saberlo.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 27 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLII)


Como decía días atrás, e1994 Quentin Tarantino dirige Pulp Fiction, su segundo film, el de la confirmación y éxito mundial, después de llamar mucho la atención dos años antes con Reservoir Dogs. Aquí nos cuenta la historia de Jules (Samuel L. Jackson) y Vincent (John Travolta), dos asesinos a sueldo de no muchas luces que trabajan para el gángster Marsellus Wallace (Ving Rhames). Vincent tiene una misión, que es cuidar de Mia (Urma Thurman), la atractiva mujer del jefe, y Jules le recomienda prudencia ya que es peligroso sobrepasarse con la mujer del jefe. Un chute de droga hará que la velada sea toda una fiesta de resultado incierto. En toda esa historia, hay un boxeador, Butch (Bruce Willis) que engaña a Wallace llevándose un maletín, que ellos dos deben recuperar... Todo esto está trastocado en los espacios temporales, y es lo que te cuesta la primera vez que ves el film, tratar de colocar todo en su orden correcto, por decirlo resumido empieza casi por el final y termina por el principio, más o menos. Por si fuera poco Tarantino hizo una selección musical asombrosa, rescatando grupos antiguos de surf entre ellos el Rey del surf, crooners míticos, sensuales voces femeninas, bandas de funky legendarias, en fin, un cóctel memorable para musicar esta tremenda historia. 30 años se cumplen de esta obra maestra.
En otra escena mítica (este film las tiene a patadas), la del robo en la cafetería, cuando Jules ha conseguido recuperar su maletín y reducir a Ringo (Tim Roth), le pregunta si lee la biblia y le recuerda ese pasaje que siempre soltaba de Ezequiel 25:17 antes de ejecutar a alguien: "el camino del hombre recto está por todos lados rodeado de las injusticias de los egoístas y la tiranía de los hombres malos, bendito sea el pastor... etc.," cuya conclusión de Jules después de haber visto una luz en esa frase que siempre soltaba y se sabía de memoria, y es que "tú eres el hombre malo y yo soy el hombre recto y que el señor 9mm es el pastor que protege mi recto culo en el valle de la oscuridad, o bien que tú eres el hombre recto y yo soy el pastor y que este mundo es injusto y egoísta..." pero la verdad es que "tú eres el débil y yo soy la tiranía de los hombres malos..." para después de todo ese rollo dejarle marchar.


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 26 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLI)


En 1955 John Sturges dirige Conspiración de silencio, el primer western rodado en CinemaScope producido por la Metro Goldwyn Mayer, siguiendo el cambio de rumbo emprendido por su nuevo presidente en ese momento Dore Schary, tras haber sustituido a Louis B. Mayer como consecuencia de la crisis económica sufrida por la "major" desde finales de la década de los 40. Mayer concebía el cine como puro entretenimiento, y era partidario de repetir fórmulas exitosas, mientras que Schary defendía que los filmes además de divertir, debían informar y formar, ni que decir tiene que Schary era liberal y votante del partido demócrata. Es curioso, porque esta cinta iba en principio a ser dirigida por Richard Brooks, quien incluso trabajó en el guión con Millard Kaufman, pero una serie de desavenencias le retiraron del proyecto. Don Siegel consideraba el guión maravilloso, e intentó sin éxito dirigir el film, a Richard Fleischer se lo ofrecieron pero estaba dirigiendo otra película (20.000 Leguas de viaje submarino), pero por suerte acabó llegando a las manos de Sturges, con un buen bagaje ya por entonces.
Pero vayamos al film en sí, que se ambienta en 1945, justo cuando acaba la II Guerra Mundial. Un hombre con un solo brazo llega al desolado pueblo de Black Rock, se trata de John MacReedy, al que da vida el magnífico Spencer Tracy, y que busca a Joe Komaco, un granjero japonés, cuyo hijo le salvó la vida durante la guerra. El comportamiento de los vecinos es extremadamente hostil y grosero y las preguntas de MacReedy sobre Komaco no reciben respuesta, evidenciando que ocultan algo, lo que despierta aún más la curiosidad del forastero, que no se irá hasta averiguar el terrible secreto que los habitantes del pueblo esconden.


En una escena mítica John entra en un bar del pueblo y Coley Trimble (Ernest Borgnine) le recibe de forma violenta, a lo que MacReedy responde soltando mandobles con un solo brazo y repartiendo estopa, ante la atenta mirada de Hector David (Lee Marvin) y Reno Smith (Robert Ryan).

Os dejo con la mítica escena.

lunes, 24 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCL)


En 1967 Robert Aldrich dirigió la que al final fue la película más exitosa de su carrera, Doce del patíbulo. Este director era muy de izquierdas en la posguerra en Estados Unidos y siempre sufrió ataques de todo tipo, y fue llamado comunista no pocas veces. Hizo muchos tipos diferentes de películas, e hizo grandes films, pero no ha sido tan recordado como otros de su generación como Wilder, Sturgess o Wyler. Pero Aldrich siempre fue un tipo con conocimientos técnicos fabulosos, mucho coraje y coherencia, además de destreza. Muchas de esas características están en esta cinta donde El mayor Reisman (Lee Marvin) es un oficial norteamericano muy distinguido por su valor en la campaña de Italia, durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ello, su mayor virtud no es la disciplina, siendo las relaciones con sus superiores bastante tensas. De todas formas y gracias a su gran y brillante historial militar, le encargan una misión suicida, que consiste en asaltar una fortaleza nazi y matar a sus ocupantes, todos ellos altos mandos del régimen alemán. Para ello somete a un durísimo adiestramiento a doce presidiarios, y donde el reparto es simplemente alucinante con Charles Bronson, Donald Sutherland, Robert Ryan, John Cassavetes, Ernest Borgnine, Telly Savalas, etc...
En una escena mítica El mayor Reisman pone a prueba a varios de los soldados elegidos, en concreto a Samson Posey (Clint Walker) al que obliga a coger un machete y contar que es lo que hizo para que le detuvieran, y cuenta que un tipo le empujaba, cosa que no le gustaba, y por eso lo mató. El mayor le provoca, le dice que le clave el machete, le empuja y le pone al límite hasta que le ataca con el machete y el mayor le reduce.


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 23 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLIX)


Bernardo Bertolucci dirige en 1976 Novecento, ambientada, cómo no, en el principio del Siglo XX, en una pequeña parte de Italia. Como todo el mundo sabe, o debería saber, Italia es un país muy convulso política y socialmente, en la actualidad también y en esta película están expuestas muchas de las causas. Hablamos de una película muy larga, le sobra algo de metraje (excesivos 314 minutos) y en el que se explican muchas de las luchas sociales en aquel país, a través de un microcosmos, el de la región de Emilia, al norte, en el que nacen el mismo día el hijo de un terrateniente, Alfredo Berlinghieri (Robert De Niro) y el hijo de un bracero Olmo Dalcò (Gerard Depardieu), que serán amigos inseparables, aunque su relación se verá ensombrecida por diferentes actitudes frente al fascismo.


Hablamos de una tragicomedia con un extenso recorrido político y social y que ha entrado a formar parte de los clásicos del cine ya que está ajeno a modas, tecnologías, paso del tiempo, etc.,
Bertolucci intentó, en resumen, filmar un lujoso homenaje a la lucha del Partido Comunista frente a unos fascistas retratados como malvados sin tapujos, solo hay que fijarse en el histriónico personaje que compone Donald Sutherland, ese Attila Mellanchini, el capataz del patrón Giovanni, obviando que la política de aquellos años tuvo aún más protagonistas. Además, lo hace en los años en los que la Brigadas Rojas ponían en peligro la misma esencia de la democracia italiana.
En una escena mítica los braceros se revelan ante el intento de expropiación de su casa, todos se unen y le plantan cara a los soldados y a los fascistas. Posteriormente dichos fascistas se reunen en la iglesia, su lugar favorito, donde se rearman y se confabulan con Attila como cabecilla que va pasando el cepillo para que los acólitos aporten a su causa, menos dos uno es Alfredo, que decide no colaborar. La cara de fanático de Donal Sutherland haciendo de Attila es inolvidable.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 22 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLVIII)

Como decía ayer, La invasión de los ultracuerpos es un film de 1978 dirigido por Phillip Kaufman, que es una versión del clásico de ciencia-ficción de Don Siegel de 1956 que narra la invasión de unos extraterrestres. El argumento gira en torno a unos microorganismos de un lejano planeta que han llegado a la Tierra, unas semillas que caen mezcladas con la lluvia en nuestro planeta. Matthew Bennell (Donald Sutherland) trabaja como funcionario en el departamento de sanidad de la ciudad de San Francisco. Elisabeth Driscoll (Brooke Adams), una colaboradora suya por la que siente algo más que admiración profesional, le cuenta que su marido ha experimentado una transformación tal que le resulta irreconocible. Matthew al principio se lo toma a broma, pero ese mismo día detecta que también otras personas sienten el mismo recelo hacia sus parejas o amigos. La confirmación definitiva de Matthew la tiene cuando dos amigos suyos, Nancy (Veronica Cartwright) y Jack (Jeff Goldblum) encuentran en la sauna que regentan un extraño cuerpo humanoide pero sin rasgos definidos, lo que da ya el síntoma de alerta de que algo extraño está pasando. No tarda mucho en averiguar que unas vainas alienígenas está duplicando los cuerpos de humanos mientras estos duermen, destruyendo luego el original.


En una escena mítica Nancy ve a Matthew en la calle. ¡No está sola! Se acerca a él y le habla, y entonces, Matthew la mira con una expresión terrorífica y abre la boca para lanzar el aullido característico de las vainas, indicando que ha encontrado a otro humano sin convertir, una escena que aún a día de hoy me pone los pelos de punta.

Os dejo con la muy mítica escena.

viernes, 21 de junio de 2024

Muere Donald Sutherland a los 88 años.

Este pasado 20 de junio fallecía en Miami a la edad de 88 años el actor de origen canadiense Donald Sutherland, nacido en Saint John en 1935, probablemente uno de esos actores legendarios no del todo reconocido por los grandes premios, aunque si que obtuvo muchos reconocimientos, que tenía en una de sus virtudes tener la paleta muy amplia y poder abarcar multitud de papeles distintos, fue muy camaleónico. La noticia la dio su hijo Kiefer Sutherland, también actor, quién dijo en redes sociales: "Con gran pesar les digo que mi padre, Donald Sutherland ha fallecido. Personalmente me parece uno de los actores más importantes de la historia del cine. Nunca le amilanó un papel, bueno, malo o feo. Amaba lo que hacía e hizo lo que amaba, y nunca se puede pedir más que eso. Una vida bien vivida." Así al instante me vienen a la cabeza títulos como Doce del patíbulo, Los violentos de Kelly, Klute, Novecento, Casanova, El ojo de la aguja, JFK, Space Cowboys, etc...
A nivel de condecoraciones, después de 60 años de carrera y unos doscientos títulos, Sutherland recibió un Oscar de Honor en 2018 por toda su carrera (aunque nunca fue nominado al máximo premio del cine, algo incomprensible), en 2019 recogió el premio Donostia a toda su carrera en el Festival de Cine de San Sebastián. Se coronó con el Globo de Oro en dos ocasiones de las nueve en las que estuvo nominado: en 1996 gracias a su papel en la miniserie Ciudadano X, con la que también ganó un premio Emmy gracias a su papel del coronel Mikhail Fetisov; y en 2003 por la serie Camino a la guerra. Estuvo nominado al Bafta, al Critics Choise e, incluso al Razzie, por Encerrado en 1990. En 2016 fue jurado del Festival de Cine de Cannes y tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.


En los inicios de su carrera, siendo adolescente, Sutherland trabajó para una radio local en su Canadá natal y tras estudiar en las universidades de Victoria y Toronto (iba para ingeniero pero lo compaginó con Arte Dramático) arrancó su trayectoria artística, con la que recaló en la prestigiosa escuela de Música y Arte Dramático de Londres. Así logró pequeños papeles en series británicas de los años 60 y convertirse en un rostro cada vez más conocido en Reino Unido, gracias a sus apariciones en libretos clásicos llevados a la pequeña pantalla, a un episodio de Los Vengadores, y sobre todo, a un pequeño papel en un par de capítulos en la, por aquel entonces muy popular serie de El Santo. A partir de ahí saltó de manera espectacular al cine y eso le convirtió en un rostro clásico, con films como Doce del Patíbulo, donde hacía de Vernon Pinkley en el film de 1967 dirigido por Robert Aldrich, compartiendo escenas con John Cassavetes, Charles Bronson y Lee Marvin, estrellas del momento.  Los violentos de Kelly en 1970, junto a M*A*S*H ese mismo año le consolidaron. A partir de ahí vinieron Klute o Johnny cogió su fusil en 1971, Novecento o Casanova en 1976, La invasión de los ultracuerpos de 1978, El ojo de la aguja en 1981, JFK en 1991, Fallen en 1998, Space cowboys en el año 2000 con su amigo Clint Eastwood, The Italian Job en 2003, Orgullo y prejuicio en 2005 o ya en 2012 su participación en Los Juegos del hambre por el que le conocen las generaciones de ahora.
Aparte del cine y la televisión también hizo teatro en papeles como el Esteban en La Tempestad de Shakespeare.


En definitiva una carrera asombrosa, plagada de momentos e interpretaciones absolutamente inolvidables que forman ya parte insoldable del séptimo arte. Hizo cine bélico, histórico, de terror, ciencia-ficción, cómico, dramático, etc., siempre con un nivel excepcional.


Hoy en homenaje pongo dos escenas de dos películas distintas. Primero el film Klute de 1971, una obra muy personal de su director Alan J. Pakula, en la que Donald da vida al policía John Klute, que se encarga del caso de un íntimo amigo suyo que ha desaparecido sin dejar rastro, y del que encuentra pistas en las cartas que aquél le escribía a una prostituta (call-girl que atendían por teléfono) llamada Bree (a la que da vida Jane Fonda). En el transcurso de la investigación irán apareciendo más prostitutas asesinadas, y teme por la seguridad de Bree. En una gran escena va a verla para interrogarla, y al principio ella está harta de que le pregunten porque dice que ya le dijo todo a la policía y surge entre ellos una apasionada relación amorosa.

Os dejo con la mítica escena.





Y por otro lado el film de 1978 La invasión de los ultracuerpos dirigido por Phillip Kaufman, que es una versión del clásico de ciencia-ficción de Don Siegel de 1956 que narra la invasión de unos extraterrestres. El argumento gira en torno a unos microorganismos de un lejano planeta que han llegado a la Tierra, unas semillas que caen mezcladas con la lluvia en nuestro planeta. Matthew Bennell (Donald Sutherland) trabaja como funcionario en el departamento de sanidad de la ciudad de San Francisco. Elisabeth Driscoll (Brooke Adams), una colaboradora suya por la que siente algo más que admiración profesional, le cuenta que su marido ha experimentado una transformación tal que le resulta irreconocible. Matthew al principio se lo toma a broma, pero ese mismo día detecta que también otras personas sienten el mismo recelo hacia sus parejas o amigos.

En una escena mítica Matthew y Elisabeth van en el coche de él hablando de una anécdota, cuando un hombre (interpretado por Kevin McCarthy) se agolpa sobre el coche mientras venía corriendo y diciendo que se acercan y que viene el peligro, a lo que Matthew dice que está borracho...

Os dejo con la mítica escena.

lunes, 17 de junio de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXX)

En 1992 Phillip Noyce dirige Juego de Patriotas basado en la novela de Tom Clancy. Harrison Ford da vida a Jack Ryan, un agente que ha abandonado la CIA, en una decisión difícil, pero de la que no se arrepiente, ya que por primera vez tiene una vida familiar. Durante unas vacaciones en Londres, mientras pasea por la ciudad con su mujer y su hija, es testigo de un atentado de una facción del IRA contra Lord Holmes, un distinguido miembro de la Familia Real Británica. En medio de la confusión, los gritos y las llamas de la explosión de una bomba sobre el coche, Ryan reacciona automáticamente y le salva la vida a Lord Holmes, matando a uno de los terroristas y quedando él medio herido. Uno de los autores del atentado, Sean Miller (Sean Bean), es arrestado y condenado a prisión, y es el hermano mayor del terrorista muerto, por lo que jura venganza a Ryan y toda su familia.
La banda sonora corre a cargo de James Horner, como siempre muy acertado, además de un tema de la banda Clannad (grupo inicial de Enya).


Os dejo con el tema Sean's interrogation.

viernes, 31 de mayo de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLVII)


Como decía ayer, en 1985 se estrenó la tercera parte de la saga de Mad Max, Más allá de la Cúpula del Trueno, y sinceramente sólo recordaba la parte de la batalla en la jaula entre Max Rockatansky (Mel Gibson) y el Maestro-Golpeador (Angelo Rossitto-Paul Larsson), hasta que la revisé recientemente. Esta tercera parte la dirigen a pachas George Miller y George Ogilvie.
La historia de Max continúa en ambientes desérticos, sin restos de la antigua civilización, y recorre el vasto páramo por medio de una carroza arrastrada por camellos, la cual es robada por un aviador loco llamado Jedediah (Bruce Spence) que vuela con su hijo. Sigue su pista hasta un emporio comercial llamado Negociudad, pero antes, el mono de la carroza le habrá arrojado sus botas, armas y un silbato, pertenencias que le ayudarán.
En Negociudad los ladrones entran a hacer negocio, para en teoría, construir un nuevo mundo, donde ingresa a sus puertas Max, mientras es estrictamente observada por los guardias de su fundadora, Tía Ama (Aunty Entity) interpretada por una muy digna Tina Turner. 
En el camino hay comerciantes, que antes fueron ladrones, y Max ingresa en la cola de nuevos ciudadanos de Negociudad, e inicialmente no es admitido, por no tener bienes con los que comerciar, pero sorprende al encargado llamado El Colector (Frank Thring) apuntándole con un arma. Entonces se produce una negociación, en la que Max termina comerciando o intercambiando sus habilidades para la lucha, y se le lleva desarmado ante Tía Ama. Allí en su salón es puesto a prueba al sobrevivir a los ataques de sus guardias. Negocian, y ella le muestra el funcionamiento de la ciudad y al dúo que le maneja la planta, El Maestro Golpeador (Master-Blaster). La energía de Negociudad y sus aparatos consumen energía del metano, que proviene de las heces de cerdo (no me quiero ni imaginar como olía aquello en el rodaje porque hay cerdos de verdad). Esta escena es la que quiero recordar hoy.
La clave es tumbar a Golpeador en el Thunderdome (donde existe la ley de que dos hombres entran y uno sale) para dominar el cerebro del Maestro, para ello Max llega a un acuerdo con Tía Ama, que rompe al no querer dar muerte al Golpeador cuando lo tiene rendido. Esto supone su expulsión de Negociudad, va a la ruleta de la fortuna y allí entre las varias opciones sale Gulag, por lo que es desterrado hacia el desierto.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 30 de mayo de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXIX)


En 1985 se estrenó la tercera parte de la saga de Mad Max, Más allá de la Cúpula del Trueno, y sinceramente sólo recordaba la parte de la batalla en la jaula entre Max Rockatansky (Mel Gibson) y el Maestro-Golpeador (Angelo Rossitto-Paul Larsson), hasta que la revisé recientemente. Esta tercera parte la dirigen a pachas George Miller y George Ogilvie.
La historia de Max continúa en ambientes desérticos, sin restos de la antigua civilización, y recorre el vasto páramo por medio de una carroza arrastrada por camellos, la cual es robada por un aviador loco llamado Jedediah (Bruce Spence) que vuela con su hijo. Sigue su pista hasta un emporio comercial llamado Negociudad, pero antes, el mono de la carroza le habrá arrojado sus botas, armas y un silbato, pertenencias que le ayudarán.
En Negociudad los ladrones entran a hacer negocio, para en teoría, construir un nuevo mundo, donde ingresa a sus puertas Max, mientras es estrictamente observada por los guardias de su fundadora, Tía Ama (Aunty Entity) interpretada por una muy digna Tina Turner. 
En el camino hay comerciantes, que antes fueron ladrones, y Max ingresa en la cola de nuevos ciudadanos de Negociudad, e inicialmente no es admitido, por no tener bienes con los que comerciar, pero sorprende al encargado llamado El Colector (Frank Thring) apuntándole con un arma. Entonces se produce una negociación, en la que Max termina comerciando o intercambiando sus habilidades para la lucha, y se le lleva desarmado ante Tía Ama. Allí en su salón es puesto a prueba al sobrevivir a los ataques de sus guardias. Negocian, y ella le muestra el funcionamiento de la ciudad y al dúo que le maneja la planta, El Maestro Golpeador (Master-Blaster). La energía de Negociudad y sus aparatos consumen energía del metano, que proviene de las heces de cerdo (no me quiero ni imaginar como olía aquello en el rodaje porque hay cerdos de verdad).
La clave es tumbar a Golpeador en el Thunderdome (donde existe la ley de que dos hombres entran y uno sale) para dominar el cerebro del Maestro, para ello Max llega a un acuerdo con Tía Ama, que rompe al no querer dar muerte al Golpeador cuando lo tiene rendido. Esto supone su expulsión de Negociudad, va a la ruleta de la fortuna y allí entre las varias opciones sale Gulag, por lo que es desterrado hacia el desierto.


La banda sonora estaba dividida en dos caras, la primer con tres temas de Tina Turner, y la segunda con otros tres instrumentales de Maurice Jarre interpretados por la Royal Philarmonic Orchestra, y congeniaban a la perfección.

Os dejo con el We don't need another hero de Tina Turner.






De Maurice Jarre os dejo con la composición Bartertown.


miércoles, 29 de mayo de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXVIII)

Como decía ayer, en 1970 David Lean dirige La hija de Ryan, ambientada en 1916 en Irlanda. Robert Mitchum da vida a Charles, un maestro rural viudo que regresa a Dublín a su aldea natal. Rosy, a la que da vida Sarah Miles, es una muchacha impulsiva, que se encapricha de él y no para hasta que consigue casarse con el maestro. Pero ese matrimonio algo forzado fracasa, ya que Charles es un hombre maduro y sosegado, mientras que ella es una mujer joven muy apasionada y romántica, que no se ve correspondida en lo que busca, por lo que acaba enamorándose de un oficial inglés con el que se ve en secreto. La hija de Ryan es una obra que refleja la que es una de las más grandes virtudes de David Lean, su capacidad de pasar del pequeño detalle a lo majestuoso (como por ejemplo el famoso plano de la cerilla de Lawrence de Arabia), el contraste entre las pequeñas historias personales y la Historia. Película a la que se criticó hasta la exageración en su día, cuando es una gran película y que tenía banda sonora además de Maurice Jarre, siempre genial. Jarre, que es un genio, domina como pocos los instantes más pausados asociados con la narración de los pasajes. Banda sonora minusvalorada, siempre puesta por detrás de Lawrence de Arabia u otras, pero que tiene una calidad soberbia.


Os dejo con el tema principal (Main title).

martes, 28 de mayo de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLVI)

En 1970 David Lean dirige La hija de Ryan, ambientada en 1916 en Irlanda. Robert Mitchum da vida a Charles, un maestro rural viudo que regresa a Dublín a su aldea natal. Rosy, a la que da vida Sarah Miles, es una muchacha impulsiva, que se encapricha de él y no para hasta que consigue casarse con el maestro. Pero ese matrimonio algo forzado fracasa, ya que Charles es un hombre maduro y sosegado, mientras que ella es una mujer joven muy apasionada y romántica, que no se ve correspondida en lo que busca, por lo que acaba enamorándose de un oficial inglés con el que se ve en secreto. La hija de Ryan es una obra que refleja la que es una de las más grandes virtudes de David Lean, su capacidad de pasar del pequeño detalle a lo majestuoso (como por ejemplo el famoso plano de la cerilla de Lawrence de Arabia), el contraste entre las pequeñas historias personales y la Historia. Película a la que se criticó hasta la exageración en su día, cuando es una gran película y que tenía banda sonora además de Maurice Jarre, siempre genial.
En una escena mítica tremenda, Charles y Rosy tienen una conversación en la que se escenifica la ruptura, por las cuestiones citadas anteriormente.


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 27 de mayo de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXVII)

Como decía ayer, muchas eran las expectativas por mi parte de la segunda parte de Dune, que salió este año en cines allá por el 1 de marzo y dirigida de nuevo por el director francocanadiense Denis Villeneuve donde revisa de manera bestial la novela de Frank Herbert, y francamente ha superado todo lo esperado, un auténtico disfrute visual, actoral y de conjunto que paso a desgranar. Ya en la primera parte tres años atrás, el director y su tratamiento que hacía del conjunto y de los personajes, me parecieron de un acierto total. Denis, anteriormente, ya me dejó un buen sabor de boca con La Llegada, más tarde con la notable Blade Runner 2049, pero se coronó tres años atrás y ahora ha subido a la gloria. La dirección de arte, los efectos y la puesta en escena visual son de una calidad soberbia, además de contar con Hans Zimmer en la banda sonora del film, al igual que en la primera parte. Quizás en esta segunda parte la música no destaca tan abrumadora como en la cinta anterior, pero desde luego está presente en cada una de las escenas importantes dando la consistencia perfecta.


Os dejo con el tema Beginnings are such delicate times.

domingo, 26 de mayo de 2024

Dune: Part Two (2024)

Muchas eran las expectativas por mi parte de la segunda parte de Dune, que salió este año en cines allá por el 1 de marzo y dirigida de nuevo por el director francocanadiense Denis Villeneuve donde revisa de manera bestial la novela de Frank Herbert, y francamente ha superado todo lo esperado, un auténtico disfrute visual, actoral y de conjunto que paso a desgranar. Ya en la primera parte tres años atrás, el director y su tratamiento que hacía del conjunto y de los personajes, me parecieron de un acierto total. Denis, anteriormente, ya me dejó un buen sabor de boca con La Llegada, más tarde con la notable Blade Runner 2049, pero se coronó tres años atrás y ahora ha subido a la gloria. La dirección de arte, los efectos y la puesta en escena visual son de una calidad soberbia, además de contar con Hans Zimmer en la banda sonora del film, al igual que en la primera parte.


Arrakis, el planeta del desierto, es el feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, pero queda en manos de la Casa de los Atreides, después de que el emperador ceda a ésta explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. En la primer parte El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebeca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul Atreides (Timothée Chalamet), llegabann al planeta con la esperanza de recuperar el nombre de la casa, pero pronto se verían envueltos dentro de una trama de traiciones y engaños que hizo que desconfiaran de sus más allegados y a valorar a los lugareños, los Fremen, una tribu de habitantes del desierto, que tienen estrecha relación con la especia. Pero Paul decide unirse a la tribu de los Fremen y empezar un viaje espiritual y marcial para convertirse en el mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que se ha presenciado, una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido. A destacar la escena del coliseo en blanco y negro, llevando la decadencia de la Casa Harkonnen a lo más oscuro me parece sublime.


Denis Villeneuve hace un cosa especial en este film, ya que deconstruye el camino del héroe más clásico, para poner todo en clave bíblica y en un fantástico paralelismo con Moisés que también hacía una visita al desierto y vagaba por él para liberar a un pueblo al que pertenecía por adopción, cambia el abrir las aguas del Mar Rojo, por montar a lomos de un gusano gigante para demostrar que es el elegido, por cierto una escena absolutamente deslumbrante. De hecho, una cosa muy importante, es que Paul Atreides no es precisamente el modelo de salvador al que industrias como Hollywood nos tiene acostumbrados. 
En el plano actoral, a la brillante actuación de Timothée Chalamet como Paul Atreides, hay que añadir a Zendaya que interpreta a Chani, la Fremen enamorada de Paul, Javier Bardem da vida a Stiglar líder de los Fremen, Rebeca Fergusson como Jessica la madre de Paul, Charlotte Rampling como la Reverenda Madre Mohiam, Stellan Skarsgârd sigue haciendo del Barón Vladimir Harkonnen, Christopher Walken es el Emperador (excelente), Dave Bautista como Rabban Harkonnen, que es sustituido al mando del ejército por el sobrino del Barón Feyd-Rahuta interpretado por un asombroso Austin Butler (si, si, el mismo que hizo de Elvis) que es una locura de película de terror.


En definitiva, una epopeya de arena y sol y donde hay una mezcla de asuntos religiosos, supersticiones, tradiciones y manera de manejar la geopolítica muy interesantes.

Os dejo con el tráiler de esta tremenda película.

sábado, 25 de mayo de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXVI)

Alfred Hitchcock dirigió Topaz en 1969, quizás una de las películas menos logradas del genio, ya que su ritmo lento agota, y por si fuera poco la historia en sí es poco emocionante, un guión adaptado de la novela de Leon Uris acerca de espías con el marco de la crisis de los misiles soviéticos en Cuba como telón de fondo. La verdad es que ni parece un film de Hitchcock ya que no logra involucrar al espectador de lleno, pero después del fiasco de Cortina Rasgada tres años antes, Alfred se metió en el proyecto casi de manera desesperada con una historia anticomunista, cuando él nunca había tenido ni roces con la política en su filmografía.
La película nos cuenta el viaje de Boris Kusenov (Per-Axel Arosenius) con su esposa e hija, de origen ruso que están en Copenhague de turistas, pero allí deciden buscar ayuda en la embajada estadounidense para exiliarse a ese país. Kusenov es un alto oficial ruso, al que los servicios de inteligencia le cobrarán el favor de acogerle, para que les confiese todo lo que sabe acerca de los misiles soviéticos en Cuba y sobre el significado de la palabra Topaz en la situación. Para aclarar el embrollo, contrata al agente francés André Devereaux (Frederick Stafford) quien tiene relaciones muy cercanas en Cuba. 
En resumen, el film posee un buen puñado de instantes meritorios e imágenes poderosas, pero acusa la falta de un reparto demasiado heterogéneo en un argumento que resulta disperso y deslavazado que no permite ningún típico de química que impide chispa interpretativa.
Sin embargo la banda sonora de Maurice Jarre es una maravilla, adecuada al relato en todo momento.


Os dejo con el tema Topaz 'March' (Main Title), una marcha militar brutal.

viernes, 24 de mayo de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CLXXV)

En 1988 Michael Apted dirige Gorilas en la niebla, protagonizada por Sigourney Weaver que da vida a Dian Fossey, que es una inexperta zoóloga que llega a África para confeccionar un censo sobre una especie en peligro de extinción, el gorila de montaña. Acompañada de un rastreador nativo comienza su trabajo, quedando fascinada por la vida de dichos animales, a los que no tiene miedo en acercarse para estudiar su comportamiento. Entre Dian y los gorilas se establece una extraña relación afectiva. En su afán por defender la especie, la Doctora tiene serios problemas con las autoridades y cazadores furtivos, que venden las crías a zoológicos y matan a los adultos para la fabricación de souvenirs. Está basado en hechos reales, y sería lo que ahora se denomina un biopic, un film desgarrador y muy conmovedor.
La banda sonora corrió a cargo de Maurice Jarre y vuelve a dar en el clavo musicando las mejores partes del film con mucha delicadeza.


Os dejo con el tema Gorillas in the mist.

jueves, 23 de mayo de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLV)


Clint Eastwood protagonizó la tercera entrega de Harry, esta vez El Ejecutor en 1976, interpretando al inspector de homicidios de San Francisco Harry Callahan, dirigido por James Fargo y Robert Daley, en esta ocasión. En este caso, un grupo de terroristas autodenominados Acción revolucionaria del pueblo, amenazan con hacerlo volar todo después de robar en una fábrica de armas mucha munición, si no se cumplen sus demandas. Harry, sigue poniendo de los nervios a sus superiores por sus métodos poco ortodoxos pero efectivos, será quien los persiga, más después de que su compañero muera a manos de los violentos. Pone toda la carne en el asador y remueve toda la ciudad hasta encontrarlos, iglesias de por medio, y tendrá de compañera a Kate Moore (Tyne Daly), una mujer recién salida de la escuela de oficiales.
En una escena mítica, al final del film, el villano (hecho un Rambo) sigue disparando con su metralleta, pero Harry le apunta con un bazoca, hasta que le dispara y desaparece.


Os dejo con la mítica escena.