domingo, 31 de octubre de 2021

The Last Duel (2021)

Ridley Scott ha dirigido a sus 84 abriles la película El último duelo, basada en una historia real que tuvo lugar a finales del siglo XIV y que tuvo como protagonistas a Jean de Carrouges (Matt Damon) y Jacques Le Gris (Adam Driver), dos amigos que se convirtieron en rivales y enemigos. Todos los hechos tuvieron lugar en la Francia de finales del siglo XIV, cuando Marguerite de Carrouges declaró haber sido violada por el caballero Le Gris, el que tiempo atrás era el mejor amigo de su marido Jean. Ante tal ofensa Jean acusó ante el Rey Carlos VI a su antiguo amigo, ante lo que el monarca (único con poder para hacerlo en aquellos tiempos) decide autorizar un duelo a muerte entre ambos.


Esta película está ambientada de manera perfecta, tanto en las localizaciones, como en los vestuarios de la época y tiene un montaje y una fotografía realmente extraordinarios. Pero ante todo tenemos una historia real contada desde tres perspectivas diferentes, que dividen la película en tres tercios, más uno añadido que es el propio duelo. En cada uno de esos tercios se pueden ver los puntos de vista de Jean de Carrouges, Jacques Le Gris y la más afectada Marguerite de Carrouges que es la que sufrió la violación. Esta tarea parece fácil, pero con una gran maestría el director, repitiendo algunas escenas, sabe dar apreciaciones y detalles que diferencian de manera bastante importante la visión de cada uno de los implicados. Para nada se hace repetitiva y consigue tenerte pegado a la pantalla hasta la última escena. Un ritmo que nunca decae, unas veces más ágil y otras más tranquilo, pero siempre con paso firme.
Se trata de un relato medieval, pero si que es cierto que en determinados momentos se nota un enfoque moderno, aunque se respeta y mucho cuáles eran las normas que regían en aquella época y que importan mucho en la toma de decisiones.


Pero el retrato de los personajes me parece soberbio y además a eso ayuda la gran actuación de los actores. Jean de Carrouges, interpretado por un soberbio Matt Damon, te seduce desde el inicio con esos intentos del caballero por demostrar su valía, un gran guerrero, pero analfabeto y acomplejado en su faceta social, que sale muy reforzado como animal instintivo que cuadra perfectamente con la sociedad de la época, el típico hombre que se ve mejor de lo que es. Pierre d'Alençon al que da vida Ben Affleck, es un personaje muy importante, primo del rey y dueño y Conde de la comarca y que da prioridad en sus relaciones a Jacques Le Gris, a quien trata como su mejor amigo. Affleck, que sinceramente como actor no me vuelve loco, saca aquí su lado más divertido y disfrutable, teniendo la relación con Jean ya deteriorada de antemano. Jacques Le Gris al que interpreta Adam Driver es el personaje enamoradizo, ligón, culto y buen guerrero, pero que se pasa de la raya debido a la barra libre que le concede Pierre, que le protege siempre, por eso intenta irse de rositas después de su fechoría.


Pero la actriz que acaba redondeado el reparto y es la clave de todo es Marguerite de Carrouges, a la que da vida una extraordinaria Jodie Comer, que aporta ese factor emocional que no necesita de momentos dramáticos. De hecho el tercio de la visión de los hechos por su parte es la más aclaratoria de todas, ya que ella deja claro que fue violada, en una época en la que a la mujer no se la solía creer, y dependía exclusivamente de que su marido le quisiera creer y defender. Pero es con la actuación de ella, donde la película crece más y más, una mujer de rompe y rasga para la época, adelantada a su tiempo.
Por último el duelo final está rodado de manera pluscuamperfecta, además de tener por momentos similitudes con Gladiator, cuando el rey (Alex Lawther) disfruta del circo casi romano que está viendo como espectador de primera línea (al igual que Cómodo, al que daba vida Joaquin Phoenix), y tiene clara su preferencia.


En definitiva El último duelo es tremendo en toda sus proposiciones, en su desarrollo y en su desenlace, tanto retratando una rivalidad llevada hasta sus últimas consecuencias, como reflejando un momento histórico con mucha veracidad, a la vez que se da un aire moderno.

Os dejo con el tráiler del film.

sábado, 30 de octubre de 2021

Escenas míticas del cine (CXCVII)

Penny Marshall dirige en 1988 Big, una comedia en la que Josh Baskin (David Moscow) es un niño de trece años que está cansado de que las chicas no le hagan caso y de que sus padres le sigan tratando como a un crío, por lo que quiere hacerse mayor. Una noche, en una feria, encuentra una vieja máquina que le concede un deseo a cambio de una moneda, justo lo que Josh necesitaba, y sin dudarlo ni un instante pide hacerse mayor. A la mañana siguiente descubre en el espejo un cuerpo de adulto, pero sigue teniendo mentalidad de un niño de treces años. La otra parte de la historia son los problemas y responsabilidades que debe asumir sin experiencia previa ninguna. Ese adulto de 30 años es Tom Hanks, pero la madre del niño piensa que su hijo ha sido secuestrado, así que Josh con la ayuda de su amigo Billy tiene que sobrevivir como un adulto, encontrando trabajo en una tienda de juguetes, donde se interpreta una de las escenas más famosas de la película, en la que toca un piano gigante con los pies junto a su jefe MacMillan (Robert Loggia).


Recordemos la mítica escena.

viernes, 29 de octubre de 2021

Mejores escenas cómicas del cine (XCIV)


Antes de convertirse en megaestrella Tom Hanks era especialista en comedias muy divertidas, una de las más famosas fue Esta casa es una ruina, dirigida en 1986 por Richard Benjamin. Anna Crowley (a la que da vida Shelley Long) una atractiva violinista, vive provisionalmente con su novio Walter Fielding (Tom Hanks) en el apartamento de su ex-marido. Cuando éste descubre la situación, la pareja se ve obligada a buscar otra vivienda. Pero ellos, a través de un amigo de Walter, que es agente de la propiedad, les proporciona una auténtica "ganga" a las afueras de la ciudad, que resulta ser un desastre y se cae a cachos.
En una escena desternillante Walter viene con la camisa rota de la cocina y medio chamuscado, ella ha intentado salvar el pavo, y los dos se ponen a echar agua a la bañera, que cae entera a la planta de abajo, algo que provoca una risa contagiosa de Walter.


Os dejo con la tronchante escena.

jueves, 28 de octubre de 2021

Escenas míticas del cine (CXCVI)

Como decía ayer, Sofia Coppola dirige en el año 2003 Lost in traslation, un film que con el paso del tiempo tiene un público muy dividido, o lo amas o lo odias, no tiene término medio. Se trata de una película poco asequible, en la que hay muchos momentos que no pasa nada (eso es lo que desquicia a los que la odian), nada comercial ni al uso, y la directora nos sumerge en la historia de dos personas perdidas en un país extranjero y hace que viajemos con ellos hacia adelante en su desorientación. La historia va de Bob Harris (Bill Murray), un actor norteamericano en decadencia que acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio, en medio de una importante crisis que desahoga la mayor parte del tiempo en el bar del hotel. Allí conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a la misma ciudad a hacer un reportaje, y mientras él trabaja, ella se aburre mortalmente. Es ahí, en ese momento donde la ciudad en la que están les aturde, con sus imágenes, sonidos, vistas, y sobre todo con su embrujo, pero además es el punto justo donde confluyen en compartir el vacío de sus vidas. Bob y Charlotte se van haciendo amigos y a medida que conocen y exploran Tokio, ven que lo suyo podría transformarse en algo más...


En otra escena mítica Bob en el karaoke se decide, después del chupito meterse con More than this de Roxy Music, en un plan bastante patético y desanimado, que sin embargo gusta a Charlotte...

miércoles, 27 de octubre de 2021

Escenas míticas del cine (CXCV)

Sofia Coppola dirige en el año 2003 Lost in traslation, un film que con el paso del tiempo tiene un público muy dividido, o lo amas o lo odias, no tiene término medio. Se trata de una película poco asequible, en la que hay muchos momentos que no pasa nada (eso es lo que desquicia a los que la odian), nada comercial ni al uso, y la directora nos sumerge en la historia de dos personas perdidas en un país extranjero y hace que viajemos con ellos hacia adelante en su desorientación. La historia va de Bob Harris (Bill Murray), un actor norteamericano en decadencia que acepta una oferta para hacer un anuncio de whisky japonés en Tokio, en medio de una importante crisis que desahoga la mayor parte del tiempo en el bar del hotel. Allí conoce a Charlotte, una joven casada con un fotógrafo que ha ido a la misma ciudad a hacer un reportaje, y mientras él trabaja, ella se aburre mortalmente. Es ahí, en ese momento donde la ciudad en la que están les aturde, con sus imágenes, sonidos, vistas, y sobre todo con su embrujo, pero además es el punto justo donde confluyen en compartir el vacío de sus vidas. Bob y Charlotte se van haciendo amigos y a medida que conocen y exploran Tokio, ven que lo suyo podría transformarse en algo más...


Os dejo con una escena mítica, donde tanto Bob como Charlotte se impresionan de diferente manera ante la ciudad en la que están, su inmensidad, sus luces, sus imágenes... sé de lo que hablo, hará cuatro años en breve que estuve por allí.

lunes, 25 de octubre de 2021

Bandas sonoras míticas del cine (XCI)

Como dije hace unos días, Dune es el nuevo film del director francocanadiense Denis Villeneuve en el que hace su visión particular del clásico de la novela de Frank Herbert. Ya David Lynch en 1984 hizo el suyo, que a mi particularmente siempre me ha resultado difícil de digerir, pero sin embargo esta nueva que evidentemente 37 años después dispone de muchos más medios y eso es una ventaja en películas de ciencia-ficción, posee una cualidad indudable y es que el tratamiento que hace el director del conjunto y de los personajes, me parecen de un acierto total. Denis ya me dejó un buen sabor de boca con La Llegada, más tarde con la notable Blade Runner 2049, pero ahora se ha coronado.
Arrakis, el planeta del desierto, es el feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, pero queda en manos de la Casa de los Atreides, después de que el emperador ceda a ésta explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebeca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul Atreides (Timothée Chalamet), llegan al planeta con la esperanza de recuperar el nombre de la casa, pero pronto se verán envueltos dentro de una trama de traiciones y engaños que hará que desconfíen de sus más allegados y a valorar a los lugareños, los Fremen, una tribu de habitantes del desierto, que tienen estrecha relación con la especia. Stellan Skarsgârd, haciendo del villano, el Emperador Vladimir Harkonnen, aparece en pocas escenas pero está excelente, al igual que Dave Bautista como Rabban Harkonnen en modo secundario.
La banda sonora de Hans Zimmer es simplemente abrumadora y destaca incesante y atronadora, resonando constantemente, desde luego no pasa desapercibida, de las que te dejan clavado en la butaca.


Os dejo con el tema Herald of the change de esta fantástica banda sonora.

domingo, 24 de octubre de 2021

United 93 (Flight 93) (2006)

Hace un mes y unos días, se hizo un homenaje 20 años después, a los fallecidos (más de 3000) en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas del World Trade Center de New York, más los aviones que chocaron con ellas y sus pasajeros, y además otros dos aviones más, el que chocó contra una parte del Pentágono y un cuarto cuyo objetivo era la Casa Blanca y que los pasajeros abortaron, pero con el mal resultado de estrellarse. Hechos estos que impactaron al mundo y lo cambiaron para siempre, pero que hasta 5 años después no tuvieron reflejo en el mundo del cine con dos películas (que yo sepa, seguro que habrá más) acerca de aquel fatídico día, World Trade Center y United 93. Hablé de la primera hace un tiempo y ayer quise ver la segunda, bastantes años después de ser estrenadas, como quince. Como dije en su día World Trade Center se centraba en la monumental tragedia de las Torres Gemelas, pero United 93 se centra en ese cuarto avión aunque reflejando todo lo sucedido con los otros tres aviones y sus conexiones.


Paul Greengrass del que recuerdo con gran nivel su film Capitán Phillips (2013) y las varias de Bourne, todas ellas estupendas, dirige aquí con gran maestría una soberbia y compleja película con mucha tensión sostenida (en eso es un mago), una propuesta que funde como pocos con una clase tremenda, la ficción en el seno de lo real, o lo documental en el seno de la ficción, que consigue atraparte y conmoverte con una potencia de escenas e imágenes de alto voltaje. Hay mucho tema psicológico aquí, y asuntos anímicos que están al borde del desastre más absoluto, cuando sabes que vuelas en un aparato condenado a la muerte. No todo son parabienes, la película desde mi punto de vista abusa de demasiados datos técnicos, a veces parece que te están enseñando a ser controlador aéreo y por otro lado se echa en falta algo más de humanidad contando algún relato de los pasajeros, quizás se hacen todos rápidos y de una pasada. Eso si, ciertamente el film aprovecha al máximo las posibilidades de una historia real.


Casi dos horas de trabajo que no dejan a nadie indiferente, un cine valiente y contenido a la vez, y donde Greengrass se atreve con el vuelo United Airlines 93, el único que no llegó a su destructivo destino gracias a que los pasajeros decidieron morir en pie. Y de ese jardín sale más que airoso este director, dominando el asunto en todo momento y no perdiendo el control.
El reparto de actores es excelente y como no podía ser menos en una película coral todos están a un nivel parecido y alto. Aquí hay nervio y energía, pero también un crescendo (sobre todo el final) que te deja atónito.


En definitiva una cinta que consigue que no apartes la mirada de la pantalla durante todo el metraje, intrigado por el devenir de los acontecimientos aún sabiendo el final.

Os dejo con el tráiler del film.

domingo, 17 de octubre de 2021

Dune (2021)

Dune es el nuevo film del director francocanadiense Denis Villeneuve en el que hace su visión particular del clásico de la novela de Frank Herbert. Ya David Lynch en 1984 hizo el suyo, que a mi particularmente siempre me ha resultado difícil de digerir, pero sin embargo esta nueva que evidentemente 37 años después dispone de muchos más medios y eso es una ventaja en películas de ciencia-ficción, posee una cualidad indudable y es que el tratamiento que hace el director del conjunto y de los personajes, me parecen de un acierto total. Denis ya me dejó un buen sabor de boca con La Llegada, más tarde con la notable Blade Runner 2049, pero ahora se ha coronado.


Arrakis, el planeta del desierto, es el feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, pero queda en manos de la Casa de los Atreides, después de que el emperador ceda a ésta explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebeca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul Atreides (Timothée Chalamet), llegan al planeta con la esperanza de recuperar el nombre de la casa, pero pronto se verán envueltos dentro de una trama de traiciones y engaños que hará que desconfíen de sus más allegados y a valorar a los lugareños, los Fremen, una tribu de habitantes del desierto, que tienen estrecha relación con la especia. Stellan Skarsgârd, haciendo del villano, el Emperador Vladimir Harkonnen, aparece en pocas escenas pero está excelente, al igual que Dave Bautista como Rabban Harkonnen en modo secundario.


Los personajes por medio del director son tratados a posta con cierta distancia y frialdad lo que les hace perder calor humano, incluso en momentos trascendentales. No quiere decir que su actuación sea mala, ni mucho menos, están excelentes, impecables mejor dicho. El ritmo del film es peculiar, pero tiene la gran cualidad de cocinar con cuidado el drama y a la vez ir desgranando escenas de una intensidad brutal. Ni que decir tiene, que en esencia, todo lo que sucede en la historia es algo ya conocido y paralelo a historias de otras sagas, pero el tratamiento aquí me parece muy acertado. Por ejemplo, los continuos sueños premonitorios de Paul, están muy bien canalizados, y nos permiten entrar en su mente de manera tremenda.


Pero si algo eleva al film de manera genial es su parte audiovisual, con un diseño de producción bestial y apabullante, gran dirección de fotografía de Greig Fraser, lo que hace que los planos generales ganen mucho a lo que hay que añadir la composición que encanta de encajar al propio director. A esto hay que añadir un diseño de sonido espectacular que me hizo alucinar en la butaca, impresiona su manera de envolver el conjunto de la pieza. Y cómo no, la banda sonora de Hans Zimmer es simplemente abrumadora y destaca incesante y atronadora, resonando constantemente, desde luego no pasa desapercibida.


En definitiva una película que no te atrapa por que desprenda cariño, si no por todo lo contrario por ser cruda y visceral en todos los sentidos. Según reza al principio del film, esta es la parte uno y nos deja abierta de par en par la parte dos que espero no tarde den llegar. Como siempre el excesivo metraje, 155 minutos, podría haber sido reducido.

Os dejo con el tráiler del film.

jueves, 14 de octubre de 2021

Noveno Aniversario de My Kingdom for a Film.


Hace ya 9 años, tal día como hoy, inauguré este blog en el que hablo sobre cine, películas, cortos, series, escenas míticas, escenas cómicas, estrenos de cine, bandas sonoras, noticias, etc...
Es cierto que cuando inicié esta aventura, con expectativas muy modestas, la cosa era complicada, pero con el paso del tiempo, el trabajo, los posts realizados y demás, la respuesta es bastante sentida y sobre todo se comparten opiniones de todo tipo.
Quiero dar las gracias a todos, a blogeros que son seguidores, comentaristas y lectores, a los no blogeros que también comentan y leen, a los blogeros que sólo leen, a los que sin ser blogeros se hicieron seguidores, a los que no son ni blogeros ni seguidores, pero se pasan a leer o comentar, a aquellos que sólo leen aunque no digan nada, e incluso a aquellos que sólo se pasan a criticar. Y desde luego este año tan difícil, sin poder ir al cine durante un tiempo ha sido difícil, pero hay que continuar, el séptimo arte lo merece.
Aparte de estadísticas, de si te visita más o menos gente, de si hay más o menos comentarios, lo importante es que el cine sigue vivo, se siguen haciendo películas y lo necesitamos.


Benny Hill siempre es un seguidor constante de My Kingdom for a film, y la devoción es mutua, siempre a sus pies. Otro año  más y parece increíble, hablando de estrenos fulgurantes, noticias, películas, cortos, manteniendo mis viejas secciones de escenas cómicas y escenas míticas, y alguna seminueva como las bandas sonoras míticas, en definitiva un trabajo constante del que estoy muy orgulloso y quería compartir con todos. Además sigue vivo mi viejo blog de música, aún más veterano.
Aún recuerdo el primer post hablando de la película Drive, que me impulsó de manera definitiva a hablar de cine a día de hoy, una de tantas películas que me dejó huella.


Hoy en un día de celebración, quería recordar 
The Party (El Guateque), dirigida en 1968 por Blake Edwards. Hrundi V.Bakshi es un patoso actor de origen hindú (Peter Sellers) que está rodando una película en el desierto. Sus meteduras de pata son grandes y continuas y debida a una de ellas es despedido. De manera sorpresiva, recibe una invitación para asistir a una sofisticada fiesta, organizada por el productor de su última película.
Gracias al protagonista y la amalgama de gente que se junta en la fiesta, las situaciones se vuelven de lo más disparatadas.
En una escena tremenda y casi surrealista, va al baño a secarse al empaparse por una broma, y acaba liando una muy gorda con el papel higiénico...

Os dejo con la cómica escena.

domingo, 10 de octubre de 2021

Mr. Indifferent (2018)

En el año 2018 Arysab Feiz, director, escritor y animador iraní, dirige Sr. Indiferente, un corto animado que con sede en Teherán puso junto a Emirates NBD Banck un rostro al verdadero reflejo de la indiferencia. Un corto que desde el título nos muestra cómo el sentimiento de que todo nos da exactamente igual, no nos protege, si no que poco a poco acaba matando nuestra felicidad, ya que agria el carácter y nos convierte en anti-sociales. Aquí al principio el protagonista pasa de todo el mundo y de todas las situaciones, hasta que una anciana le agarra del brazo para cruzar un paso de cebra, ahí cambiará su actitud, y dejará de hacerse el loco. Un corto realmente instructivo.


Os dejo con este fantástico corto.