lunes, 30 de septiembre de 2019

Mejores escenas cómicas del cine (LXXIV)


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huído siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y como no revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En una escena magnífica, el Doctor se da cuenta de que el monstruo hace cosas muy raras dirigidas por un raro cerebro, es entonces cuando pregunta a Igor (Marty Feldman) sobre el cerebro que él le mando coger, y Igor responde que era de un A... Normal...



Os dejo con la graciosísima escena.

domingo, 29 de septiembre de 2019

Ad Astra (2019)


James Gray dirige esta odisea espacial llamada Ad Astra y que tiene a Brad Pitt como absoluto protagonista principal. Pitt da vida a Roy McBride, un astronauta que recibe una misión muy difícil y particular, la de localizar a su padre en los confines remotos del sistema solar, allá por Neptuno, quien lleva varias décadas desaparecido, pero del que tienen sospechas de que está detrás de una amenaza que podría acabar con la destrucción de la Tierra. Su padre, Clifford McBride, al que interpreta Tommy Lee Jones, es un héroe para todos los astronautas, un descubridor del espacio, un auténtico referente, pero cuya vida personal no cuidó o no se interesó de cuidar. Hay muchas escenas del espacio cuidadas especialmente y eso se agradece, pero siendo esa la temática, a día de hoy, ya se da por hecho.


Pero ese viaje que Roy hace, en un principio tiene a Thomas Pruitt (Donald Sutherland), un compañero de juventud de su padre, como compañero de viaje y asesor, aunque también con la labor de la empresa (la Nasa no se cita, tiene otro nombre) de vigilar a Roy, cuyas cualidades son extraordinarias. El viaje va primero a la Luna, donde hay una ciudad montada literalmente (se supone que estamos hablando dentro de muchos años), y donde sufren un ataque sobre ruedas que elimina a todos sus acompañantes, de ahí a Marte, donde será obligado por la empresa a mandar mensajes a su padre, sin recibir respuesta.
Pero es a partir de ahí, cuando Roy decide ir por libre, y se montará en una nave que le lleva al Proyecto Lima ubicado cerca de Neptuno, última posición referida de Clifford.


Pero Roy sufre un trauma interno, y es que la desaparición de su padre le ha dejado una huella mucho más profunda de lo que en un principio pudiera parecer. Esto es algo que al principio se lleva con soltura y naturalidad, primero con la idea clara de que su padre ya no está vivo, pero según va transcurriendo la cinta y los indicios de que su progenitor sigue vivo se acrecentan, y no tarda en quedarse varado en el plano emocional.
Todo esto está empaquetado de maravilla visualmente, es indudable, pero la cinta no busca la aventura exterior, sino la odisea interior del protagonista y es ahí donde el film se acaba resintiendo, teniendo un final, que de tanto esperarlo te decepciona porque está mal acabado y se vuelve una y otra vez sobre el mismo trauma sin resolver ni aportar nada nuevo. Brad Pitt está excelente, pero el director no le ha sabido sacar más partido a su personaje.


Os dejo con el tráiler del film.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Escenas míticas del cine (CV)


La primera película de Steven Spielberg fue El diablo sobre ruedas (Duel) en el año 1971, cuya idea original era una producción originalmente concebida para televisión. Una ópera prima donde estaban las bases de un director que cuatro años más tarde, puso patas arriba el mundo del cine a través de un gigantesco escualo blanco.
La historia narra como David Mann, al que da vida Dennis Weaver, conduce su Plymouth rojo y decide adelantar a un camión cisterna, sin ser consciente de que eso será como una ofensa al conductor, que a partir de ese instante perseguirá dando bocinazos y golpes en la parte trasera a David sin descanso. Podría parecer que el guión fuera aburrido, pero para nada, ahí está la grandeza de un Spielberg que no repite encuadres ni posiciones de la cámara y que mantiene la tensión en la hora y media de la cinta. Un film de pocos diálogos, muy pocos, pero tampoco los necesita.


Os dejo con la mítica escena de la persecución, que provoca que David se salga de la carretera.


viernes, 27 de septiembre de 2019

Amazing Grace (2018)


En enero de 1972 la gran Aretha Franklin actuó durante dos días dando un concierto de gospel en la Iglesia Bautista Misionera New Temple en Watss, Los Ángeles, grabando así el álbum más vendido de su carrera, el Amazing Grace. Las sesiones fueron filmadas por un equipo liderado por el director Sydney Pollack, pero el material de archivo sufrió problemas técnicos, quedando en una bóveda durante 40 años, un tesoro cinematográfico perdido, que antes de su muerte en 2008, Pollack dijo que quería que esa película se completara, y ha sido el productor Alan Elliot quien lo ha hecho, acompañado con una serie de gente apasionada con el proyecto. 
El Reverendo James Cleveland es el que hace de presentador del evento, músico, cuidador de Aretha, etc., y también apoyada por el Southern California Community Choir.


Aretha empezó de pequeña cantando en la iglesia temas gospel, y es más que evidente que la influencia de su padre, también reverendo (y que sale en este documental hablando) fue indudable. Con esa música creció, pero el diamante que era ella se extendió a más estilos, y en el soul se encontraba como pez en el agua, aunque soul y gospel navegan muy cercanos siempre. Pero aquí se juntan por un lado la tremenda voz de Aretha en un momento cúspide de su carrera, y por otro el oficio religioso expresado a través de la música. Casi todos los allí congregados eran de la comunidad negra, y celebran ese oficio como una fiesta, bailan, se vuelven locos de felicidad y exaltan la figura de Jesús, a través de la música angelical de una voz como la de reina del soul. Entre el público, algo infiltrados estaban Mick Jagger y Charlie Watts de los Rolling Stones.


Suenan el espiritual Mary, don't you weep, el medley precious Lord/take my hand/You've got a friend, Old Landmark, Give yourself to Jesus, How I got over, What a friend we have in Jesus, Amazing Grace, Wholy Holy de Marvin Gaye (una pieza colosal en su voz), You'll never walk alone, Precious memories, Climbing higher mountains, God will take care of you, etc... Todas ellas con un sentimiento sublime y con una diva que incluso se emociona y llora. En algún momento del documental podemos ver como se mezclan imágenes del ensayo, con lo que fue la actuación, estando perfectamente enlazadas.


Os dejo con el tráiler de esta joya de documental.

jueves, 26 de septiembre de 2019

Escenas míticas del cine (CIV)


EL Cid, dirigida por Anthony Mann en 1961, es una de las grandes superproducciones que se rodó en España en varias localizaciones. Es un film que se toma bastantes licencias en cuanto a la historia real del personaje histórico español, pero es innegable que Charlton Heston (El Cid) y Sophia Loren (Jimena) que estaban en la cúspide de su carrera están soberbios.
En una escena rodada en Torrelobatón (Valladolid), El Cid decide dar libertad a presos, que venían a ser reclamados por el Rey Alfonso VI mediante su enviado el Conde García Ordoñez (Raf Vallone), situación que le llevaría al destierro de Castilla, por parte del Rey al que defendía y por el que luchaba en la Reconquista contra los musulmanes. Ordoñez le acusa de traición. Esa misericordia que mostraba con los rivales, siempre le engrandeció pero al noble le sentó fatal.  Esta escena está rodada con una calidad soberbia.


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 25 de septiembre de 2019

Escenas míticas del cine (CIII)


En el año 2002 Steven Spielberg rodó Atrápame si puedes, el biopic sobre Frank Abagnale Jr., un estafador de los más grandes de la historia, un tipo que admitió haber asumido al menos ocho personalidades distintas en los años en que cometió dichos fraudes. Es sin duda, una de las películas más distintas y variadas de la filmografía de Spielberg, y donde hay aventura, drama, intringa y cómo no comedia y romance también.
El personaje de Abagnale es interpretado por Leonardo Dicaprio, un joven y escurridizo delincuente de los años 60 que pasó por copiloto de la Panam, médico, abogado, etc., mientras Carl Hanratty (al que da vida Tom Hanks) es el agente del FBI, algo torpón todo hay que decirlo, el que le persigue sin descanso siguiendo su pista para detenerlo y llevarlo ante la justicia, aunque siempre Frank se las ingenia para ir delante de Carl.
En una escena memorable, Carl llega a la habitación de hotel donde está Frank, pero no le conoce aún y consigue eludirle haciéndose pasar por un agente del servicio secreto.



Os dejo con la mítica escena.

martes, 24 de septiembre de 2019

Escenas míticas del cine (CII)


Steven Spielberg dirigió en 1975 Tiburón (Jaws) una auténtica obra maestra del cine de suspense, terror, etc., que te mantiene en tensión todo el metraje, aunque al parecer es el film de Spielber que más errores tiene (casi trescientos). Esta película provocó que la gente se alejara de las playas durante años. Basada en la novela de Peter Benchley, Tiburón fue un éxito absoluto de taquilla en su época. Allí estaban el Jefe de Policía Brody, al que interpretaba Roy Scheider, el rudo cazatiburones Quint (enorme Robert Shaw) o el oceanógrafo Matt Hooper al que daba vida Richard Dreyfuss. Por si fuera poco la música la ponía John Williams, acertadísima. La tensión, la claustrofobia y el temor y miedo que genera esta cinta, han servido para influenciar a miles de cineastas que a día de hoy siguen haciendo remakes de esta joya, que no le llegan ni a la suela de los talones.
En una escena tremenda Quint y Matt, tienen una conversación cuando el oceanógrafo ha ideado una jaula para ver al tiburón protegido por la misma, Quint al verla y preguntarle que iba él a hacer con eso, si era una ducha portátil o una jaula para monos, le contesta que se va a meter dentro de ella para ver al animal, a lo que el cazatiburones se pone a canturrear "yo me voy de aquí...."


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 23 de septiembre de 2019

El hombre cono (2019)


Rubén Seca dirige este corto documental, que narra Sergi García Lorente, acerca de los peculiar que es un país como Japón. Con mucha más población por metro cuadrado, tiene un porcentaje de paro muy pequeño, comparado con nosotros, y eso se debe, entre otras cosas, a trabajos de lo más diversos, como cuidar conos, esos materiales que avisan de que se está realizando una obra, y que protegen a los trabajadores. Es entonces cuando entonces el director empieza a sacar ramificaciones de ese tipo de trabajador, y sus semejanzas o parecidos con personajes de películas y demás.


Os dejo con este interesante corto documental.

domingo, 15 de septiembre de 2019

It. Chapter Two (2019)


Andy Muschietti, el director argentino, dirige también esta segunda parte de It, la novela de Stephen King, con este punto final, su capítulo 2, una tarea gigante, que se ha dividido en dos partes, una novela titánica llevada a la gran pantalla con un trabajo encomiable. La It de hace dos años, como ya dije aquí, centraba la trama en seguir las andanzas de un grupo de adolescentes a finales de los años 80 (1989 para ser concretos) en un pueblo llamado Derry, en el estado de Maine, Estados Unidos, que empezaban con la desaparición de Georgie, hermano de uno de los protagonistas, Bill. Todo venía por Pennywise, un monstruoso y diabólico ser que adopta forma de payaso y que habitaba en el alcantarillado de la ciudad, alimentándose de niños que iban desapareciendo de manera misteriosa. A partir de ahí, también salían más temáticas como traumas infantiles, el ahora tan famoso bullying (pero que siempre ha existido), miedos interiores y la maduración de los personajes que plantan cara con valentía al mal encarnado en ese payaso.


Una de las frases que quedaron de aquella primera parte, de ese grupo de adolescentes era la que decía "Somos perdedores y siempre lo seremos". En esta segunda parte han pasado 27 años de aquello, desde que ese Club de los Perdedores formado por Bill (James McAvoy), Beverly (Jessica Chastain), Richie (Bill Hader), Ben (Jay Ryan), Eddie (James Ransone), Mike (Isaiah Mustafa) y Stanley (Andy Bean) se enfrentaron al macabro y despiadado Pennywise (Bill Skarsgärd). Abandonaron Derry, el pueblo que tantos problemas les ocasionó, pero ahora ya siendo adultos, siguen sin poder escapar de su pasado. Es Mike el que les llama, porque vuelven a pasar cosas extrañas en el pueblo, decide reunirlos de nuevo para poder superar sus traumas de la infancia, no sin cierto miedo y resistencia inicial por parte de muchos de ellos.


Desde luego en esta segunda parte han tirado la casa por la ventana, hay un diseño de producción enorme, además de un desfile de todo tipo de criaturas horribles, que en muchos momentos es algo desproporcionada en detrimento de la historia. Si que es cierto, que en el plano del terror, esta segunda parte da mucho más miedo que su predecesora, pero juega en una delgada línea, en donde cualquier paso en falso es definitivo. Lo que quiero decir, es que se ha priorizado en muchos momentos ampliar el espectro de público, con lo que la historia se resiente, aparte de ser un film muy largo de casi tres horas donde la tijera se podría haber utilizado, es una prueba del aguante del espectador, me parece un exceso 169 minutos.


Lo que si que diferencia esta cinta de la anterior es la colección de actores de primer nivel como Jessica Chastain o James McAvoy, entre los que ha emergido de manera brutal el eterno secundario Bill Hader, que está sensacional, con unos momentos de humor y comicidad de alto copete. Entre los cameos destacar el del propio Stephen King, como encargado de la tienda donde Bill recupera su antigua bicicleta, Peter Bogdanovic, etc... 
A todo esto se le unen los flashbacks donde aparecen ellos de adolescentes y los actores que les encarnaban en la cinta predecesora.


Sea como fuere, digamos que esta segunda parte explota a lo grande y con mayores alharacas lo que ya había en la primera, así que si te gustó aquella disfrutarás con esta, y si no te hizo tilín...

Os dejo con el tráiler.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Quien a hierro mata (2019)


Paco Plaza dirige este thriller vengativo, que ya en el inicio nos muestra una escena que dejará claro de que va la historia, cuando un mejillón es aplastado de un manotazo. Nos encontramos en esta cinta con un cóctel explosivo donde hay violencia, ira, venganza, ambigüedad moral, etc., con un regusto bastante amargo a lo largo del metraje. Aquí se mezcla el sello de autor del valenciano con un aire de película surcoreana (influencia de un cine que le encanta a este director) dominando el drama en casi toda la historia.
Una joya de película que te mantiene en suspense y en vilo hasta el final, con unos giros últimos que te dejan pegado a la butaca.


Todo se ambienta en un pequeño pueblo gallego donde vive Mario (Luis Tosar), un hombre ejemplar y en la residencia de ancianos donde trabaja como jefe de enfermeros, todos le aprecian. Pero cuando el narcotraficante más conocido de la zona, Antonio Padín (Xoán Cejudo), recién salido de la cárcel, ingresa en la residencia, Mario hará todo lo posible para que se sienta como en casa. Curiosamente el auténtico Antonio Padín fue un narco arrepentido, de los que el juez Garzón protegió de la mítica operación nécora, pero aquí los guionistas lo cambian por un narco ya en su vejez y que nunca se arrepintió.
Los dos hijos de Padín, Kike y Toño, están al mando del negocio familiar de droga, pero un fallo en una operación lleva a Kike (un extraordianario Enric Auquer) a la cárcel y les generará una gran deuda con un proveedor colombiano, una operación de la que el patriarca se había desentendido. Toño (otro gran Ismael Martínez) recurre al enfermero para que intente convencer a su padre de que asuma la deuda, pero Mario tiene planes distintos.


A su vez Mario, en su vida privada, tiene a su mujer embarazada, Julia (María Vázquez) y está en la etapa final del mismo. Ambos esperan a un niño, y según va avanzando la película intuyes claramente que el nacimiento del niño tendrá que ver, de una u otra forma con el desenlace de la historia. Todas las vendettas que ocurren en la trama, llegan a explotar juntas en muchos momentos y que hacen que se sientan muy a flor de piel, ya que tu como espectador has tomado partido por alguien. Ahí es donde emerge de manera impresionante, la figura de un valor seguro, la del actor Luis Tosar, superlativo en toda la película.


Pero todo se va retorciendo, y cuando piensas que todo acabará bien, habrá un final de pesadilla que te deja marcado. Esta película busca dejarte con la boca abierta, y desde luego lo consigue. Toda la parte de la enfermedad que va a peor de Antonio Padín y como se va notando su deterioro está hecho de maravilla, Xoán Cejudo estuvo extraordinario (murió poco después de rodar el film).
Suele suceder que en un pueblo como Cambados, no muy grande, todo el mundo se conoce, y a los narcos también se les reconoce rápido, porque sin duda dejaron huella en mucha gente de la zona. Un caldo de cultivo muy peligroso, que es la base de toda la trama.


Os dejo con el tráiler de esta gran película.