Ayer por fin tuve la oportunidad de ver el biopic dirigido por Bryan Singer sobre la banda Queen, y titulado como una de sus afamadas canciones, Bohemian Rhapsody. Ni que decir tiene que hablamos de una banda de rock británica cuya historia es fundamental explicar para generaciones como las actuales, que han visto como la imagen de esta banda clave en la década de los 70 y con grandes momentos en los 80 ha sido algo cambiada o modificada, ya bien sea por musicales en teatros, cambios de cantante (después de la muerte de Mercury) que nadie entendía, etc...
Y este film cumple muy bien ese objetivo y además entretiene y mucho. Que Roger Taylor y Brian May hayan estado a cargo de la producción ejecutiva, hace que muchas cosas hayan sido cuidadas al detalle, y que sobre todo, la vida excesiva que llevaba Freddie Mercury fuera del escenario (y que afectó a la banda) haya sido tratada sutilmente y con suavidad, eso si, sin negar la homosexualidad de su protagonista.
El film se convierte de esta forma y por derecho propio, en una celebración de la música de la banda, y se centra mucho en un personaje, en su cantante, pianista y compositor Freddie Mercury, al que borda Rami Malek (recordemos que Sacha Baron Cohen abandonó el proyecto porque quería que fuera más adulto), pero de una manera muy inteligente ya que no imita al original, sino que se mimetiza con él y se convierte en él, tanto en sus movimientos, como en sus gestos (el lenguaje no verbal) que simple y llanamente borda. Freddie desafió estereotipos e hizo añicos tradiciones para convertirse en un showman único y de los más queridos del mundo. La explicación del origen de su familia (recordemos que Farrohk Bulsara, su auténtico nombre, nació en Zanzíbar, actual Tanzania) es muy importante y está muy bien explicada.
Ese meteórico ascenso al olimpo de la música está muy bien diseccionado, primero mostrando como se conocen, luego cuando deciden grabar el primer disco, las tensiones con el jefe de EMI, su revolucionario sonido, y luego la crisis de esa época en la que el estilo de vida de Mercury estaba fuera de control y afectó de manera tremenda al grupo, hasta la reunificación en el Live Aid de 1985. Muy interesante también es la aportación de Lucy Boynton en el papel de Mary Austin, su esposa (y que lo fue hasta el día de su muerte en 1991), y como ella se va dando cuenta del giro que va sufriendo hasta que admite su bisexualidad (aunque realmente pasado al otro lado, no volvió a la hetereosexualidad). La banda era como una familia, eso está muy bien explicado, y como en toda familia las trifulcas, peleas y reconciliaciones estaban a la orden del día. Ni que decir tiene, que todos los actores que interpretan a los miembros del grupo están excelentes (a parte de su caracterización brutal), Gwilym Lee como Brian May, Ben Hardy como Roger Taylor y Joseph Mazello como John Deacon.
Pero hay un acontecimiento que marca la película, y se ve desde el principio al adelantar en un flashback lo que se puede ver al final, es decir, el concierto del Live Aid de 1985. Antes Freddie arrepentido había pedido volver al grupo, y en ese evento es el regreso triunfal en un concierto que resultó mítico y cuya actuación es recordada siempre, porque Mercury lo dio todo y se nota, inolvidables esos alaridos que pusieron patas abajo el antiguo estadio de Wembley.
Antes de esa actuación la voz del grupo comentó su enfermedad al resto de la banda en los ensayos y no quería lloros, lo que perseguía era hacer música con sus compañeros hasta que dejara de existir. Os aseguro que ver en el cine esa actuación del Live Aid, esa rememoración, me hizo recordar la original que pude ver por televisión, y me emocioné otra vez (y lo dice un no fanático del grupo).
Os dejo con el tráiler del film.