sábado, 30 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXVII)

En 1980 Stanley Kubrick dirige El resplandor, un film con el que esperaba romper la taquilla después del fracaso en ese sentido de Barry Lyndon (1975) (aunque luego lo remendara el mercado casero). Este film estaba basado en la novela de un joven escritor que tenía sus mismas iniciales curiosamente, y que respondía al nombre de Stephen King, del que no había leído nada pero había visto el film Carrie (1976), dirigida por Brian de Palma, basada en otra novela suya. Kubrick entonces echó mano de la escritora Diane Johnson, y él mismo escribió el guión dejando fuera a King, quien siempre manifestó su rechazo a la película, de hecho decía que Stanley no entendía las reglas del género del terror. Curiosamente años después King recuperó los derechos de la novela para producir y escribir una adaptación televisiva, enormemente fiel al libro, dirigida por Mick Garris y con Rebecca de Mornay en su reparto, y que no resiste comparación con el original. Sea como fuere, El Resplandor ha pasado a la historia del cine como una de las adaptaciones que mejoran con creces el material original.
La historia nos cuenta como Jack Torrance (Jack Nicholson) se traslada con su mujer Wendy (Shelley Duvall) y su hijo de siete años Danny (Danny Lloyd) al impresionante Hotel Overlook en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones durante la temporada invernal, época en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Buscan paz y sosiego para que Jack escriba una novela. Pero, poco después de llegar al hotel, Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad y se suceden extraños y espeluznantes fenómenos paranormales.
En una escena brutal, Danny va en su triciclo de juguete por las habitaciones y se encuentra a dos hermanas gemelas que le hablan  y le dicen "ven a jugar con nosotras".


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 29 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXVI)


Stanley Kubrick dirigió en 1987 La Chaqueta Metálica (Full Metal Jacket), un film acerca de la preparación de los Marines americanos en la Academia, antes de partir hacia la Guerra de Vietnam y su posterior manera de desenvolverse en la batalla, y todas las circunstancias en las que se ven envueltos.
En esa primera parte de la película, el Sargento mayor Hartman, un personaje interpretado de manera magistral por R. Lee Ermey, los tiene entrenados de una manera brutal para lo que les espera. La primera parte de la película acaba cuando el recluta patoso (Vincent D'Onofrio) mata al Sargento harto de su ninguneo y su mofa constante, delante de sus compañeros, que provocan su cambio de carácter y su locura. Es en la segunda parte cuando se cuenta como estos reclutas se comportan en el campo de batalla en Vietnam. 
Precisamente en esa primera parte los futuros marines sufren desde el principio el carácter duro y mal hablado del Sargento Hartman, que se refleja en una escena donde tiene estopa física y oral para todos, especialmente impactante es su escena con el Recluta Bufón (Matthew Modine) al que obliga a confesar que dijo algo hasta que lo admite, la represalia es un puño en el estómago de los que duelen de verdad y una soflama hablada de las que humillan y que también hace con el compañero de al lado el Recluta Cowboy (Arliss Howard).
Cuando ya llegan a Vietnam, la primera escena se desarrolla cuando Bufón y su compañero Rompetechos (Kevin Major Howard) toman algo y reciben la visita de una prostituta mientras suena el These boots are made for walking de Nancy Sinatra, y ella dice "yo hacer contigo amor bueno"... Bufón hace una foto a Rompetechos y un vietnamita le roba la cámara y se la llevan en una moto, pero antes suelta una de esas frases lapidarias: "La mitad de estas putas amarillas son oficiales del Vietcong, la otra mitad tienen tuberculosis, así que asegúrate de follar con las que tosen..."


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 28 de abril de 2022

Muere Juan Diego.

Muy triste me he quedado al conocer la muerte de Juan Diego, para el que suscribe un magnífico actor, a los 79 años de edad, después de una larga enfermedad que le estaba dejando muy delgado, que no inactivo. Hablamos de un enorme referente, que ha brillado en una muy larga trayectoria que ha incluido teatro, televisión y, por supuesto, cine. Nació en Bormujos, Sevilla, a finales de 1942 y entre sus galardones destacan el Goya a mejor actor y la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián por Vete de mí (2006), además de dos Goyas como mejor actor de reparto por El Rey Pasmado (1991) y París-Tombuctú (1999). Su temprana vocación interpretativa empezó en 1957, cuando subió por primera vez a un escenario. Tres años más tarde en Sevilla interpretó Esperando a Godot, de Samuel Beckett, un trabajo polémico que cimentó su prestigio ante la crítica. Amplió estudios con su formación en el Conservatorio de Música y Declamación, lo que le permitió entrar en contacto con Televisión Española, donde intervino en gran cantidad de programas como telenovelas, producciones dramáticas y el por entonces popular Estudio 1. Así se forjó su experiencia en las tablas y familiarizarse con los estamentos de la profesión. Políticamente empezó siendo simpatizante del Frente de Estudiantes Sindicalistas, rama juvenil del falangismo disidente (que daría lugar a Falange Española Independiente). Pero en 1975 junto a otros militantes acabó formando parte del Partido Comunista de España, partido clandestino aún en ese momento.


Precisamente en 1975 Juan Diego aparece junto a Ana Belén en La criatura, polémico film de Eloy de la Iglesia, con quien ya había colaborado en Algo amargo en la boca (1969) y participó en en la primera cinta de Francisco Rodríguez, La casa grande, que entró en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Para entonces nuestro protagonista era ya un actor conocido en el extranjero, pues en 1970 había participado en la película de Ettore Scola El demonio de los celos, junto a Marcello Mastroianni y Monica Vitti.
Pero fue en 1984 con Los Santos Inocentes de Mario Camus, con un personaje, el del Señorito Iván (curiosamente que representaba todo lo que él odiaba) cuando su carrera se asienta de manera definitiva. Un clásico absoluto de la historia del cine español, que adaptaba la imprescindible novela de Miguel Delibes homónima, muestra de la dura vida de una familia campesina de la región extremeña, regidos por un implacable "señorito" dueño de las tierras al que daba vida de manera sublime Juan Diego. Renuncia, sacrificio y obediencia marcan su existencia hasta el final de sus días. El público, en su día, aplaudía cuando moría su personaje al final del film, cosa que por dentro le llenaba de alegría.
En 1986 participa en El viaje a ninguna parte, la crónica de Fernando Fernán Gómez sobre un mundo en el que ya no tendrían lugar los últimos cómicos. También Dragon Rapide, en la que encarnó a Francisco Franco a punto de incorporarse al Bando Nacional. Esa fue su primera candidatura a los Premios Goya (recibió 9 en total), seguida por su papel de San Juan de La Cruz en la película de Carlos Saura La noche oscura (1989), hasta que haciendo de intrigante capuchino en el Rey Pasmado (1991) consigue su primera estatuilla. 


A mediados de la década de los 90 disminuyó su actividad cinematográfica y se centró en su carrera teatral, estrenando en esa época El lector por horas, en la que compartía escenario con Jordi Dauder y Clara Sanchís.
En 1999 regresa al cine y por la puerta grande con París-Tombuctú, en la que daba vida a un anarquista que andaba desnudo por las calles del pueblo. Asunción Balaguer y Liberto Rabal fueron los encargados de anunciar que había ganado su segundo Goya como mejor interpretación masculina de reparto. Luis García Berlanga, director de la película, en ausencia del actor, recogió el cabezón en su nombre, agradeciéndole en sus palabras ser el "único actor que tuvo las pelotas de salir en pelotas". 
En el año 2000 repite candidatura por You're the one (una historia de entonces) de José Luis Garci, además de un pequeño papel en Fugitivas de Miguel Hermoso.
En 2002 regresó a la televisión bajo las órdenes de Benito Zambrano en Padre Coraje, papel por el que obtuvo el premio de la Unión de Actores. Eran los tiempos del No a la guerra en la que él encabezaba muchas de las protestas. En 2003 participa en El séptimo día, película de Carlos Saura sobre los hechos de la matanza de Puerto Hurraco y en 2005 se involucra en la famosa serie Los hombres de Paco hasta 2010, que dejó de emitirse.
En 2006 se consagra definitivamente con su Goya a mejor actor protagonista por Vete de mí, de Víctor García León. Una de las últimas veces que apareció con todo su esplendor en la pantalla fue en la película Anochece en la India, de 2014 dirigida por Chema Rodríguez.


Para mí Juan Diego representa muchas cosas, todas ellas duras, combativas y aunque parezca un contrasentido, entrañables. Actor muy reconocible, que con apariencia descompuesta siempre hacía su labor de manera perfecta, con esa característica voz con nudos, ese traqueteo de sus palabras tan característico que ha marcado buena parte del cine español.

En homenaje os dejo con una escena de la película El Rey Pasmado de 1991 dirigida por Imanol Uribe y donde encarna a Villaescusa, un fraile que asegura que la pretensión del rey es grave pecado que puede traer el castigo a todo el país. En una escena imborrable declara ante El Gran Inquisidor (Fernando Fernán Gómez) que el rey se ha ido de putas...

miércoles, 27 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXV)

Como decía días atrás, en 1960 John Sturges dirige Los 7 magníficos, un clásico entre los clásicos que fue en su día un bombazo de taquilla con un reparto maravilloso y una de esas películas que han disfrutado generaciones enteras desde su estreno. No es una obra maestra, pero es un film muy disfrutable en cada nuevo visionado, además de tener el placer de ver a actores míticos, muchos de ellos en el zenit de sus respectivas carreras. La idea partió del protagonista principal Yul Brynner, quien convenció al productor Walter Mirish de que había que hacer un remake de Los siete Samurais de Akira Kurosawa, de 1954, cumbre del japonés. El olfato de Brynner acertó de pleno ya que el aspecto psicológico de la trama y que envuelve a los personajes con sus propios miedos y deudas con la vida es evidentemente más complejo en la cita japonesa, pero Sturges con sus guionistas resuelve la papeleta con mucha dignidad, y aunque es un film menor que el original, tiene emoción y fuerza suficientes para salir a flote. Y se logró gracias a tres pilares fundamentales, el reparto soberbio y entregado, una música épica y un director que sabía lo que hacía.
La historia cuenta como unos humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de la agricultura, se hallan a merced de una banda de forajidos que constantemente les exigen un pago por sus cosechas. Ellos no saben defenderse y acaban decidiendo contratar los servicios de siete pistoleros, implacables mercenarios, donde cada uno tiene una habilidad especial en el manejo de las armas.
En una mítica escena Chris Larabee (Yul Brynner) ha hecho correr la voz de que se necesitan pistoleros para hacer frente a los forajidos y defender a los humildes mexicanos que piden ayuda. 
Chris y Vin Tunner (Steve McQueen) van en busca de Lee (Robert Vaughn) que tiene sus problemas y sus historias, pero le quieren por ser buen tirador.


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 25 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXIV)

Como decía ayer, Christopher Nolan, después del tremendo éxito de El Caballero Oscuro hizo Origen en 2010, una película cuya idea primigenia databa por lo menos de 2001, pero que el mismo director tuvo que madurar para darle una forma más entretenida con la acumulación de experiencia. Aquí nos cuenta la historia de Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) que es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. Esa curiosa, pero extraña habilidad, le convierte en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero le condena a ser un fugitivo, y por tanto a llevar una vida normal, siempre escapando. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer lo contrario de lo que ha hecho siempre, "la incepción", que consiste en implantar una idea en el subconsciente, en lugar de extraerla. Como es lógico no todo el plan sale bien, desde el momento en que alguien interviene y predice cada uno de sus movimientos, alguien a quien sólo Cobb puede descubrir. El reparto es excepcional, pero hay un personaje en concreto que me resultó muy inquietante por su bipolaridad, el de Mal a la que da vida Marion Cotillard que oscila entre femme fatale y sufrida esposa de Cobb que solo quiere estar con él. El resto del reparto es una consecuencia de la necesidad de entrar en sueños ajenos, por lo que Cobb necesita un equipo integrado por otro personaje muy interesante que es Arthur, al que da vida Joseph Gordon-Levitt que quizás merece más presencia, aunque tiene momentos de mucho lucimiento en el film, y Eames que interpreta un Tom Hardy lleno de carisma (sobre todo en sus críticas a Arthur) y mucho encanto.
Como casi todas las películas de Nolan, esta generó debate sobre el desenlace e incluso sobre la posibilidad de que el director nos hubiera estado tomando el pelo, disfrazando la película de una cosa cuando realmente era otra, habilidad del director que ha practicado más veces y que a mí me pasa constantemente con sus films.
En una escena mítica, en medio de un sueño Arthur debe encargarse de que dicho sueño no se altere y debe ir cargándose a todos aquellos que quieren interferir, con momentos rocambolescos de giros de encuadre y perspectivas realmente interesantes.


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 24 de abril de 2022

Bandas sonoras míticas del cine (CIII)

Christopher Nolan, después del tremendo éxito de El Caballero Oscuro hizo Origen en 2010, una película cuya idea primigenia databa por lo menos de 2001, pero que el mismo director tuvo que madurar para darle una forma más entretenida con la acumulación de experiencia. Aquí nos cuenta la historia de Dom Cobb (Leonardo Di Caprio) que es un experto en el arte de apropiarse, durante el sueño, de los secretos del subconsciente ajeno. Esa curiosa, pero extraña habilidad, le convierte en un hombre muy cotizado en el mundo del espionaje, pero le condena a ser un fugitivo, y por tanto a llevar una vida normal, siempre escapando. Su única oportunidad para cambiar de vida será hacer lo contrario de lo que ha hecho siempre, "la incepción", que consiste en implantar una idea en el subconsciente, en lugar de extraerla. Como es lógico no todo el plan sale bien, desde el momento en que alguien interviene y predice cada uno de sus movimientos, alguien a quien sólo Cobb puede descubrir. El reparto es excepcional, pero hay un personaje en concreto que me resultó muy inquietante por su bipolaridad, el de Mal a la que da vida Marion Cotillard que oscila entre femme fatale y sufrida esposa de Cobb que solo quiere estar con él.
Como casi todas las películas de Nolan, esta generó debate sobre el desenlace e incluso sobre la posibilidad de que el director nos hubiera estado tomando el pelo, disfrazando la película de una cosa cuando realmente era otra, habilidad del director que ha practicado más veces y que a mí me pasa constantemente con sus films.
En cuanto a la banda sonora se la encargó a su amigo Hans Zimmer, en el que confía plenamente y que sabe adornar con melodías que encajan a la perfección con la temática de la cinta, y no es fácil.


Os dejo con el tema Time que cierra dicha banda sonora.

sábado, 23 de abril de 2022

Bandas sonoras míticas del cine (CII)

En 1960 John Sturges dirige Los 7 magníficos, un clásico entre los clásicos que fue en su día un bombazo de taquilla con un reparto maravilloso y una de esas películas que han disfrutado generaciones enteras desde su estreno. No es una obra maestra, pero es un film muy disfrutable en cada nuevo visionado, además de tener el placer de ver a actores míticos, muchos de ellos en el zenit de sus respectivas carreras. La idea partió del protagonista principal Yul Brynner, quien convenció al productor Walter Mirish de que había que hacer un remake de Los siete Samurais de Akira Kurosawa, de 1954, cumbre del japonés. El olfato de Brynner acertó de pleno ya que el aspecto psicológico de la trama y que envuelve a los personajes con sus propios miedos y deudas con la vida es evidentemente más complejo en la cita japonesa, pero Sturges con sus guionistas resuelve la papeleta con mucha dignidad, y aunque es un film menor que el original, tiene emoción y fuerza suficientes para salir a flote. Y se logró gracias a tres pilares fundamentales, el reparto soberbio y entregado, una música épica y un director que sabía lo que hacía.
La historia cuenta como unos humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de la agricultura, se hallan a merced de una banda de forajidos que constantemente les exigen un pago por sus cosechas. Ellos no saben defenderse y acaban decidiendo contratar los servicios de siete pistoleros, implacables mercenarios, donde cada uno tiene una habilidad especial en el manejo de las armas.
De la música se encargó Elmer Bernstein, nada más y nada menos y por todos es siempre recordada la melodía principal, realmente portentosa, ese Main title and Calvera.

Os dejo con el Main title and Calvera.

jueves, 21 de abril de 2022

Bandas sonoras míticas del cine (CI)


Alejandro González Iñarritu, el director mexicano, realizó la película El Renacido, después de su éxito del año anterior con Birdman, por la que recibió el Óscar a la mejor película. Este film se basaba en la novela de Michael Punke, que a su vez estaba inspirada en un hecho histórico real. Iñarritu, no sé si conscientemente o no, hizo un remake, ya que la historia que nos cuenta del trampero Hugh Glass, metido a la peletería, ya nos fue contada en 1971 cuando Richard C. Sarafian realizó "El hombre de una tierra salvaje (Man in the wilderness)" que protagonizaba Richard Harris. Pero por si fuera poco, se emparenta muchísimo también con otro título un año posterior, de 1972, "Jeremiah Johnson" donde Robert Redford da vida a un hombre que ha decidido vivir en las montañas, donde dominan los violentos indios, y gracias a un viejo trampero consigue sobrevivir. La historia en sí se desarrolla en 1823, en las profundidades de la América salvaje, donde el explorador Hugh Glass participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass es el guía del grupo, que primero sufrirá el ataque de los indios reduciendo en número considerable al contingente y luego el propio Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso. Al principio el grupo transporta al explorador malherido, hasta que se dividen y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro del equipo, John Fitzgerald interpretado de manera magistral por Tom Hardy. A partir de aquí, el instinto de supervivencia y la fuerza de voluntad harán que Glass se enfrente a un territorio hostil, a un invierno muy duro y a la guerra constante entre indios nativos americanos, para tratar de conseguir acabar su venganza. Una trama relativamente sencilla expuesta de manera brutal.
Evidentemente, el ramillete de actores es de primer nivel, con Di Caprio haciendo de Glass, Tom Hardy de John Fitzgerald, Domhnall Gleeson como el capitán Henry y Wild Poulter como Bridger, entre otros. Pero ante todo, se trata de un trabajo visualmente exquisito, a lo que ayuda mucho la excelente fotografía de Emmanuel Lubezki, quien te sumerge en esos parajes nevados, para que sientas incluso el mismo frío que los protagonistas. Para redondear, tenemos la atmósfera que crea la música de Carsten Nicolai y Ryûichi Sakamoto, que relatan a la perfección la violencia y crudeza visual de todo lo que hay en la película, que es bastante.


Os dejo con The Revenant main theme de Ryûichi Sakamoto.

miércoles, 13 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXIII)


Como decía ayer, Mervyn LeRoy dirige en 1951 Quo Vadis basada en la novela de Henryk Sienkiewicz con guión adaptado de S. N. Behrman, Sonya Levien y John Lee Mahin. Aquí se nos cuenta como el general romano Marco Vinicio (al que da vida Robert Taylor) regresa victorioso del frente de batalla y se ve obligado a acampar a las afueras por orden de Nerón (Peter Ustinov) mientras se enamora de la esclava cristiana Ligia (Deborah Kerr), que es criada como hija adoptiva de un general retirado. En su condición de sierva de Roma, Ligia es entregada por Nerón a Vinicio como premio por sus conquistas, además la relación entre el general y la joven cristiana, hace que el romano se interese por sus creencias.
Pero los desmanes y la locura de Nerón en el poder son cada vez mayores apoyado en Tigelino (Ralph Truman). En su delirio, el obeso emperador decide incendiar Roma y culpa de ello a los cristianos, cuya fama va en aumento y los romanos se sienten cada vez más amenazados por ellos. Petronio (Leo Genn), tío de Marco Vinicio y consejero del emperador había advertido en una escena memorable a Nerón de que su idea de convertir Roma en Nerópolis (locura máxima de Nerón) sepulta años y años de historia. La actuación de Peter Ustinov es memorable dando vida a un Nerón completamente loco. Pero también es mítico el momento en el que Séneca (Nicholas Hannen) le da la noticia a Nerón del suicidio de Petronio, a lo que este responde derramando una lágrima por un ojo por Petronio y otra por él mismo en un acto de "supuesto homenaje".


Os dejo con la mítica escena.

martes, 12 de abril de 2022

Escenas míticas del cine (CCXXII)

Mervyn LeRoy dirige en 1951 Quo Vadis basada en la novela de Henryk Sienkiewicz con guión adaptado de S. N. Behrman, Sonya Levien y John Lee Mahin. Aquí se nos cuenta como el general romano Marco Vinicio (al que da vida Robert Taylor) regresa victorioso del frente de batalla y se ve obligado a acampar a las afueras por orden de Nerón (Peter Ustinov) mientras se enamora de la esclava cristiana Ligia (Deborah Kerr), que es criada como hija adoptiva de un general retirado. En su condición de sierva de Roma, Ligia es entregada por Nerón a Vinicio como premio por sus conquistas, además la relación entre el general y la joven cristiana, hace que el romano se interese por sus creencias.
Pero los desmanes y la locura de Nerón en el poder son cada vez mayores apoyado en Tigelino (Ralph Truman). En su delirio, el obeso emperador decide incendiar Roma y culpa de ello a los cristianos, cuya fama va en aumento y los romanos se sienten cada vez más amenazados por ellos. Petronio (Leo Genn), tío de Marco Vinicio y consejero del emperador advierte en una escena memorable a Nerón de que su idea de convertir Roma en Nerópolis (locura máxima de Nerón) sepulta años y años de historia. La actuación de Peter Ustinov es memorable dando vida a un Nerón completamente loco.


Os dejo con la mítica escena.