jueves, 28 de abril de 2022

Muere Juan Diego.

Muy triste me he quedado al conocer la muerte de Juan Diego, para el que suscribe un magnífico actor, a los 79 años de edad, después de una larga enfermedad que le estaba dejando muy delgado, que no inactivo. Hablamos de un enorme referente, que ha brillado en una muy larga trayectoria que ha incluido teatro, televisión y, por supuesto, cine. Nació en Bormujos, Sevilla, a finales de 1942 y entre sus galardones destacan el Goya a mejor actor y la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián por Vete de mí (2006), además de dos Goyas como mejor actor de reparto por El Rey Pasmado (1991) y París-Tombuctú (1999). Su temprana vocación interpretativa empezó en 1957, cuando subió por primera vez a un escenario. Tres años más tarde en Sevilla interpretó Esperando a Godot, de Samuel Beckett, un trabajo polémico que cimentó su prestigio ante la crítica. Amplió estudios con su formación en el Conservatorio de Música y Declamación, lo que le permitió entrar en contacto con Televisión Española, donde intervino en gran cantidad de programas como telenovelas, producciones dramáticas y el por entonces popular Estudio 1. Así se forjó su experiencia en las tablas y familiarizarse con los estamentos de la profesión. Políticamente empezó siendo simpatizante del Frente de Estudiantes Sindicalistas, rama juvenil del falangismo disidente (que daría lugar a Falange Española Independiente). Pero en 1975 junto a otros militantes acabó formando parte del Partido Comunista de España, partido clandestino aún en ese momento.


Precisamente en 1975 Juan Diego aparece junto a Ana Belén en La criatura, polémico film de Eloy de la Iglesia, con quien ya había colaborado en Algo amargo en la boca (1969) y participó en en la primera cinta de Francisco Rodríguez, La casa grande, que entró en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Para entonces nuestro protagonista era ya un actor conocido en el extranjero, pues en 1970 había participado en la película de Ettore Scola El demonio de los celos, junto a Marcello Mastroianni y Monica Vitti.
Pero fue en 1984 con Los Santos Inocentes de Mario Camus, con un personaje, el del Señorito Iván (curiosamente que representaba todo lo que él odiaba) cuando su carrera se asienta de manera definitiva. Un clásico absoluto de la historia del cine español, que adaptaba la imprescindible novela de Miguel Delibes homónima, muestra de la dura vida de una familia campesina de la región extremeña, regidos por un implacable "señorito" dueño de las tierras al que daba vida de manera sublime Juan Diego. Renuncia, sacrificio y obediencia marcan su existencia hasta el final de sus días. El público, en su día, aplaudía cuando moría su personaje al final del film, cosa que por dentro le llenaba de alegría.
En 1986 participa en El viaje a ninguna parte, la crónica de Fernando Fernán Gómez sobre un mundo en el que ya no tendrían lugar los últimos cómicos. También Dragon Rapide, en la que encarnó a Francisco Franco a punto de incorporarse al Bando Nacional. Esa fue su primera candidatura a los Premios Goya (recibió 9 en total), seguida por su papel de San Juan de La Cruz en la película de Carlos Saura La noche oscura (1989), hasta que haciendo de intrigante capuchino en el Rey Pasmado (1991) consigue su primera estatuilla. 


A mediados de la década de los 90 disminuyó su actividad cinematográfica y se centró en su carrera teatral, estrenando en esa época El lector por horas, en la que compartía escenario con Jordi Dauder y Clara Sanchís.
En 1999 regresa al cine y por la puerta grande con París-Tombuctú, en la que daba vida a un anarquista que andaba desnudo por las calles del pueblo. Asunción Balaguer y Liberto Rabal fueron los encargados de anunciar que había ganado su segundo Goya como mejor interpretación masculina de reparto. Luis García Berlanga, director de la película, en ausencia del actor, recogió el cabezón en su nombre, agradeciéndole en sus palabras ser el "único actor que tuvo las pelotas de salir en pelotas". 
En el año 2000 repite candidatura por You're the one (una historia de entonces) de José Luis Garci, además de un pequeño papel en Fugitivas de Miguel Hermoso.
En 2002 regresó a la televisión bajo las órdenes de Benito Zambrano en Padre Coraje, papel por el que obtuvo el premio de la Unión de Actores. Eran los tiempos del No a la guerra en la que él encabezaba muchas de las protestas. En 2003 participa en El séptimo día, película de Carlos Saura sobre los hechos de la matanza de Puerto Hurraco y en 2005 se involucra en la famosa serie Los hombres de Paco hasta 2010, que dejó de emitirse.
En 2006 se consagra definitivamente con su Goya a mejor actor protagonista por Vete de mí, de Víctor García León. Una de las últimas veces que apareció con todo su esplendor en la pantalla fue en la película Anochece en la India, de 2014 dirigida por Chema Rodríguez.


Para mí Juan Diego representa muchas cosas, todas ellas duras, combativas y aunque parezca un contrasentido, entrañables. Actor muy reconocible, que con apariencia descompuesta siempre hacía su labor de manera perfecta, con esa característica voz con nudos, ese traqueteo de sus palabras tan característico que ha marcado buena parte del cine español.

En homenaje os dejo con una escena de la película El Rey Pasmado de 1991 dirigida por Imanol Uribe y donde encarna a Villaescusa, un fraile que asegura que la pretensión del rey es grave pecado que puede traer el castigo a todo el país. En una escena imborrable declara ante El Gran Inquisidor (Fernando Fernán Gómez) que el rey se ha ido de putas...

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