lunes, 30 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXXIII)

Como decía ayer, en 1983 Brian de Palma dirige una obra maestra del cine, Scarface, traducida aquí como "El precio del poder". Hay películas buenas, muy buenas, y películas que son una obra maestra que te marcan y son cruciales en la carrera de varios de los actores integrantes del reparto y del propio director. Es el caso de este film, donde Al Pacino se doctora en una interpretación memorable de Tony Montana, un emigrante cubano (asqueado de su Cuba natal y su comunismo), frío, implacable, y sobre todo un tipo que le echa mucha testiculina a todo lo que hace, cuyo propósito es convertirse en un gángster importante, para conseguir así ganar dinero y poder. Inicia una carrera fulgurante desde los bajos fondos, deja de currar en un restaurante y con la colaboración de su amigo Manny Ribera (Steven Bauer), empieza a convertirse en traficante de cocaína, que quiere llegar a lo más alto. Aquí hay pólvora, sangre, droga, música disco de los 80...
La idea inicial de todo era hacer un remake ambientando la historia de nuevo en el Chicago de los tiempos de la ley seca, proyecto que fue ofrecido a Brian de Palma, quien lógicamente rechazó la oferta al no interesarle contar la misma historia de Howard Hawks otra vez, estaba muy visto. Es entonces cuando pasa a manos de Sidney Lumet, que tuvo la idea de ambientar la historia en Miami,a principios de los 80, cuando se produjo el boom de la cocaína. Martin Bregman, productor de la película, contrató a Oliver Stone para que escribiese el guión de la película, quien se puso manos a la obra para investigar sobre el mundo de la droga de Miami y Colombia y sus lazos. Cuando Stone terminó el guión se lo mostró a Lumet, a quien no le gustó, pero que si convenció a Pacino y Bregman. La resolución final fue que Lumet dejó el proyecto, que le fue ofrecido de nuevo a De Palma, que esta vez si aceptó realizar el film.
En sus contactos para lograr sus objetivos, Tony Montana tiene una reunión crucial con Alejandro Sosa (Paul Shenar) en la casa de éste, done ambos se dicen las cosas claras, mientras uno, Tony dice: "Todo lo que tengo en esta vida son mis cojones y mi palabra" a lo que Sosa le responde, después de decirle que su jefe Frank López (Robert Loggia) no es de su confianza, a lo que Tony le responde que él lo arreglará todo con López, que "Pero no olvides esto, sólo te lo diré una vez... A mi no me jodas Tony, no trates de joderme". Como su plan era claro, deja fuera de juego a Frank López y por su puesto se queda con su chica Elvira Hancock (Michelle Pfeiffer).
Pero antes de eliminar a López, Tony tiene una discusión con él, ya que quiere empezar a tomar decisiones y volar alto, mientras le dice que él se lleva bien con Sosa, que esa parcela la controla él, pero Frank le avisa de que Sosa es una serpiente y de que en palabras textuales: "Recuerda lo que te dije cuando empezabas, los tipos que duran en este negocio son los tipos que vuelan recto, los tipos discretos y los tipos que lo quieren todo chicas, champagne, fama... no duran nada".


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 29 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXXII)


En 1983 Brian de Palma dirige una obra maestra del cine, Scarface, traducida aquí como "El precio del poder". Hay películas buenas, muy buenas, y películas que son una obra maestra que te marcan y son cruciales en la carrera de varios de los actores integrantes del reparto y del propio director. Es el caso de este film, donde Al Pacino se doctora en una interpretación memorable de Tony Montana, un emigrante cubano (asqueado de su Cuba natal y su comunismo), frío, implacable, y sobre todo un tipo que le echa mucha testiculina a todo lo que hace, cuyo propósito es convertirse en un gángster importante, para conseguir así ganar dinero y poder. Inicia una carrera fulgurante desde los bajos fondos, deja de currar en un restaurante y con la colaboración de su amigo Manny Ribera (Steven Bauer), empieza a convertirse en traficante de cocaína, que quiere llegar a lo más alto. Aquí hay pólvora, sangre, droga, música disco de los 80...
La idea inicial de todo era hacer un remake ambientando la historia de nuevo en el Chicago de los tiempos de la ley seca, proyecto que fue ofrecido a Brian de Palma, quien lógicamente rechazó la oferta al no interesarle contar la misma historia de Howard Hawks otra vez, estaba muy visto. Es entonces cuando pasa a manos de Sidney Lumet, que tuvo la idea de ambientar la historia en Miami,a principios de los 80, cuando se produjo el boom de la cocaína. Martin Bregman, productor de la película, contrató a Oliver Stone para que escribiese el guión de la película, quien se puso manos a la obra para investigar sobre el mundo de la droga de Miami y Colombia y sus lazos. Cuando Stone terminó el guión se lo mostró a Lumet, a quien no le gustó, pero que si convenció a Pacino y Bregman. La resolución final fue que Lumet dejó el proyecto, que le fue ofrecido de nuevo a De Palma, que esta vez si aceptó realizar el film.
En sus contactos para lograr sus objetivos, Tony Montana tiene una reunión crucial con Alejandro Sosa (Paul Shenar) en la casa de éste, done ambos se dicen las cosas claras, mientras uno, Tony dice: "Todo lo que tengo en esta vida son mis cojones y mi palabra" a lo que Sosa le responde, después de decirle que su jefe Frank López (Robert Loggia) no es de su confianza, a lo que Tony le responde que él lo arreglará todo con López, que "Pero no olvides esto, sólo te lo diré una vez... A mi no me jodas Tony, no trates de joderme". Como su plan era claro, deja fuera de juego a Frank López y por su puesto se queda con su chica Elvira Hancock (Michelle Pfeiffer).


En una mítica escena, Tony acaba de liquidar a Frank y despierta a Elvira para decirle que se viene con él. En ese momento pasa un zeppelin cuyo rótulo dice "The word is yours" y describe perfectamente en ese momento la situación de Tony, tiene el poder, el dinero y la chica.

Os dejo con la mítica escena.

sábado, 28 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXXI)


En el año 2012 Quentin Tarantino dirige Django desencadenado, un western que es un desmesurado, violento, paródico y, en ocasiones, un gozoso homenaje al género del spaguetti western de parte de uno de los más fervientes admiradores de este subgénero. El personaje principal Django, al que da vida Jamie Foxx, es un esclavo negro al que libera King Schultz (Christopher Waltz), un cazarrecompensas alemán, a cambio de que lo ayude a capturar a tres asesinos a los que busca. Una vez finalizada con éxito la misión, los dos deciden seguir siendo socios con el fin de rescatar a Broomhilda (Kerry Washington), mujer de Django, quien fue comprada por un rico terrateniente sureño llamado Calvin Candle (Leonardo DiCaprio). El divertido personaje que hace Samuel L. Jackson de criado de Candle, es muy acertado.
En una mítica escena Schultz y Django entran en una ciudad y a todos sorprende ver a un negro a lomos de un caballo...


Os dejo con la mítica escena.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXX)

Como llevo diciendo estos días, Don Siegel dirige en 1979 La Fuga de Alcatraz, desarrollándose en San Francisco en 1960, donde Frank Lee Morris (Clint Eastwood), un preso muy inteligente que se ha fugado de varias prisiones va a parar a la cárcel de máxima seguridad de Alcatraz, situada en la isla rocosa en medio de la Bahía de San Francisco. Esta cárcel existió realmente (de hecho el film, está rodado allí). Esta prisión federal se extendía sobre los dos kilómetros cuadrados de la isla y funcionó desde 1934 hasta 1963, y en ella cumplieron condena gente como Al Capone, James 'Whitey' Bulger, Alvin Karpis o Robert Franklin Stroud (también conocido como "El hombre pájaro"). A pesar de que nadie había conseguido evadirse de esta fortaleza, Frank y otros reclusos intentan preparar minuciosamente un plan de fuga. 
La intensidad narrativa del film dentro de una historia que cautiva, hace que te metas en la fuga y quieras formar parte de ella, que cómo es lógico tiene sus altos y bajos y momentos complicados.
En una mítica escena, Morris habla mientras están comiendo con los compañeros de que sabe cómo salir de allí, los que atienden y están con él son los hermanos John Anglin (Fred Ward) y Clarence Anglin (Jack Thibeau), mientras el cuarto miembro es Charley Butts (Larry Hankin), que es el último en unirse y decidirse. Morris asigna a todos una misión, lo tiene todo perfectamente planeado y como huir por la noche si cada uno hace bien el papel asignado.


Os dejo con la mítica escena.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXIX)


Como decía ayer, Don Siegel dirige en 1979 La Fuga de Alcatraz, desarrollándose en San Francisco en 1960, donde Frank Lee Morris (Clint Eastwood), un preso muy inteligente que se ha fugado de varias prisiones va a parar a la cárcel de máxima seguridad de Alcatraz, situada en la isla rocosa en medio de la Bahía de San Francisco. Esta cárcel existió realmente (de hecho el film, está rodado allí). Esta prisión federal se extendía sobre los dos kilómetros cuadrados de la isla y funcionó desde 1934 hasta 1963, y en ella cumplieron condena gente como Al Capone, James 'Whitey' Bulger, Alvin Karpis o Robert Franklin Stroud (también conocido como "El hombre pájaro"). A pesar de que nadie había conseguido evadirse de esta fortaleza, Frank y otros reclusos intentan preparar minuciosamente un plan de fuga. 
La intensidad narrativa del film dentro de una historia que cautiva, hace que te metas en la fuga y quieras formar parte de ella, que cómo es lógico tiene sus altos y bajos y momentos complicados.
En una mítica escena, Morris habla con otro recluso English (Paul Benjamin), que después de preguntarle si tiene miedo o no le gustan los negros, a lo que Morris en plan sorna le contesta que lo segundo, empieza a explicarle que lo del plan de fuga es muy complicado, "todo el que ha estado encerrado aquí, ha buscado la forma de fugarse, pero jamás lo ha logrado", y le explica porqué, ya que hay un guardia cada tres presos, salir de la celda es muy difícil, las barras están reforzadas, no hay manera de hacer un túnel ya que la isla es una roca viva...


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXVIII)

Don Siegel dirige en 1979 La Fuga de Alcatraz, desarrollándose en San Francisco en 1960, donde Frank Lee Morris (Clint Eastwood), un preso muy inteligente que se ha fugado de varias prisiones va a parar a la cárcel de máxima seguridad de Alcatraz, situada en la isla rocosa en medio de la Bahía de San Francisco. Esta cárcel existió realmente (de hecho el film, está rodado allí). Esta prisión federal se extendía sobre los dos kilómetros cuadrados de la isla y funcionó desde 1934 hasta 1963, y en ella cumplieron condena gente como Al Capone, James 'Whitey' Bulger, Alvin Karpis o Robert Franklin Stroud (también conocido como "El hombre pájaro"). A pesar de que nadie había conseguido evadirse de esta fortaleza, Frank y otros reclusos intentan preparar minuciosamente un plan de fuga. 
La intensidad narrativa del film dentro de una historia que cautiva, hace que te metas en la fuga y quieras formar parte de ella, que cómo es lógico tiene sus altos y bajos y momentos complicados.
En una mítica escena, casi al inicio del film, Frank es recibido por Arthur Dollison, el Alcaide, al que da vida un extraordinario Patrick McGoohan y que es bastante cruel. Dicho Alcaide le deja claro desde el inicio la vida que va a tener dentro de la prisión, y sobre todo que no va a conseguir escapar de ella, mientras le va contando todo eso utiliza un cortauñas, cuando lo deja de utilizar hay dos en el plato, y cuando Frank abandona su despacho solo hay un cortauñas, a la vez que el Alcaide ve que el recluso tiene un coeficiente de inteligencia superior...


Os dejo con la mítica escena.

martes, 24 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXVII)


Como alguna vez he dicho, en 1979 Ridley Scott dirige su segunda película, Alien, el octavo pasajero. Este es un film que tiene la gran cualidad de crear escuela, prácticamente inventa un género o lo renueva si se me apura, pero consigue que quede marcado en la retina de los espectadores y evidentemente como una obra cumbre de la cinematografía. Curiosamente no es ni la primera película de terror, ni la primera desarrollada en el espacio, ni tampoco la primera que enfrenta a un personaje solitario contra un ser que representa el mal, pero si que es cierto que fue la primera en unir todo eso en una cinta, y todo ello personalizado en una heroína femenina de mucho carácter.
La historia nos cuenta como la nave de carga Nostromo, de regreso a la Tierra, interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, Madre, ha detectado una misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige al extraño planeta, para investigar el origen de la comunicación, y en esa expedición llegan a una zona donde hay unos huevos, en cuyo interior hay unos bichos que buscan en su salida del huevo inocular su semilla dentro del cuerpo que pillen. En concreto lo hacen en el de Kane, al que da vida el mítico John Hurt, y cuando regresan a la nave tiene un extraño tentáculo alrededor de la cabeza, que si lo tocan le estrangula, y que si lo cortan, el líquido saliente agujerea el suelo de la nave. El doctor de la expedición es Ash (Ian Holm) que va intentando hacer experimentos, mientras el capitán de la nave Dallas (Tom Skerritt) va tomando las decisiones.
En una escena mítica al inicio del film, en la que no hay absolutamente ningún diálogo, la cámara nos muestra a la nave Nostromo, todo su interior en un paseo silencioso, hasta que de repente algo se enciende, es una pantalla y varias cosas dentro de la nave se activan...


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXVI)

James Mangold dirigió en el año 2005 el biopic del gran cantante de la música country y rock Johnny Cash, donde también es muy destacable el papel de la que fue su segunda mujer y compañera en los escenarios la también cantante June Carter, Joaquin Phoenix borda el personaje de Cash, mientras Resse Whiterspoon hace de Carter, trabajo por el que recibió la estatuilla de la Academia de Hollywood. La historia comenzaba en Arkansas, en la época de la Gran Depresión donde John R. Cash es hijo de un aparcero y ya desde esa temprana edad tendrá traumas que le marcarán de por vida, como la muerte de su idealizado hermano mayor, las tensas relaciones con su padre alcohólico, mientras que su madre le inculcaba, curiosamente, la afición por la música. Pronto se hace músico, hace sus primeras grabaciones en la Sun Records no sin problemas, y pronto haría giras salvajes con pioneros del rock and roll como Elvis Presley, Carl Perkins o Jerry Lee Lewis con los que formó el Cuarteto del Millón de Dólares. Un momento clave es el concierto de 1968 en la Prisión de Folsom, con reclusos exaltados y fans del artista, un concierto que es un punto de inflexión y muy bien reflejado en el film.
En una escena mítica Johnny Cash sale al escenario a tocar con su mujer June Carter, pero está completamente fuera de si por las drogas, que le cambian el carácter, como en la parte en la que patea al batería diciéndole que toque más rápido, totalmente ido y fuera de sí, hasta que golpea el micrófono e incluso se cae, realmente formidables las caras desencajadas de Phoenix.


Os dejo con la mítica escena.

sábado, 21 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXV)

Como decía ayer, Tim Burton dirigió en 1988 Bitelchús, una de sus películas más divertidas, libres y sin restricciones regalándonos una cinta carismática a finales de los 80 con uno de esos personajes que ya se quedan para la historia, el que protagonizaba de manera genial Michael Keaton. Si, hablamos de aquel que había que nombrar tres veces para que hiciera un bio-exorcismo, aquel al que le salían serpientes de la cabeza o el que se anunciaba en la tele cual vendedor de coches americanos al canto de "Comeré lo que quiera que coma, cagaré lo que quiera que cague"...
La historia nos habla de un matrimonio de fantasmas Adam Maitland (Alec Baldwin) y Barbara Maitland (Geena Davis) que contrata los servicios de Bitelchús (Michael Keaton), un especialista en asustar mortales, para que ahuyente a los nuevos propietarios de su querida casa Victoriana.


En otra escena mítica Bitelchús llega empequeñecido y se da un golpe con el coche, la pareja no está muy conforme en cómo ha asustado a los inquilinos de su casa, pero el muerto más gracioso del universo tiene ganas después de muchos años de echar una cana al aire... y tiene un sitio donde le reciben con los brazos abiertos...

Os dejo con la mítica escena.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXIV)

Tim Burton dirigió en 1988 Bitelchús, una de sus películas más divertidas, libres y sin restricciones regalándonos una cinta carismática a finales de los 80 con uno de esos personajes que ya se quedan para la historia, el que protagonizaba de manera genial Michael Keaton. Si, hablamos de aquel que había que nombrar tres veces para que hiciera un bio-exorcismo, aquel al que le salían serpientes de la cabeza o el que se anunciaba en la tele cual vendedor de coches americanos al canto de "Comeré lo que quiera que coma, cagaré lo que quiera que cague"...
La historia nos habla de un matrimonio de fantasmas Adam Maitland (Alec Baldwin) y Barbara Maitland (Geena Davis) que contrata los servicios de Bitelchús (Michael Keaton), un especialista en asustar mortales, para que ahuyente a los nuevos propietarios de su querida casa Victoriana.


En la escena en la que Bitelchús se presenta ante el matrimonio, me parece espectacular, en la que entre otras cosas dice: "He visto El Exorcista 167 veces y cada vez que la veo la encuentro más graciosa, a parte de que estáis hablando con un muerto, ¿tengo buen currículum?".

Os dejo con la mítica escena.