Que a Martin Scorsese le llegue otro reconocimiento más en su ya extensa carrera, no hace sino reconocer una labor dedicada por y para el cine. El jurado de estos premios ha destacado la renovación realizada por el director a lo largo de más de una veintena de películas, que le convierten en "una figura indiscutible del cine contemporáneo".
Nacido en New York en 1942, allí comenzó su carrera, paralelo al triunfo del nuevo Hollywood, y metido en una generación donde andaban George Lucas y Steven Spielberg, pero eso si, teniendo diferencias grandes entre ellos y su manera de hacer cine. Si Lucas se coronó con la ciencia ficción (Star Wars sobre todo), y Spielberg con el cine de aventuras y títulos gloriosos, a Scorsese siempre le fueron los bajos fondos, el desenfreno, la oscuridad de los años 70, las consecuencias de las drogas, la violencia del ser humano, las mafias y los mafiosos, las vidas duras, los personajes que dejan tocados las guerras, etc... Dirigió su primer film en 1967, aunque no fue hasta 1972 cuando ya fue la cosa más en serio.
Pero estos premios, cierran una trilogía con los cineastas neoyorkinos, ya que Woody Allen y Francis Ford Coppola habían ya recibido el suyo anteriormente. Ya tiene un Óscar, tres globos de Oro, dos premios Bafta, un Emmy y un premio del gremio de directores de EEUU, todos ellos merecidos sin duda.
Sus filmografía es espectacular con títulos como Malas calles (1973), Taxi Driver (1976), El color del dinero (1986), La última tentación de Cristo (1988), Uno de los nuestros (1990), El cabo del miedo (1991), Casino (1995), Guns of New York (2002), El aviador (2004), Shutter Island (2010) o El Lobo de Wall Street (2013) dan fe de una carrera impresionante, y en donde actores fetiche para él como Robert de Niro, Leonardo Di Caprio tienen mucha importancia, además de otros como Joe Pesci, Ray Liotta, Sharon Stone, Lorraine Bracco, incluso su compañero de generación Harvey Keitel, han sido básicos y fundamentales.
En el aspecto musical, sabida es su admiración por los Rolling Stones, a los que incluso hizo una película documental "Shine a light" (2008), a Bob Dylan con "No direction home" (2005) y como no "The Last Waltz" (1978), el tremendo adiós de The Band, incluso también rodar vídeos con por ejemplo, el gran Michael Jackson y su Bad en 1987.
Os dejo con una escena mítica de la película El cabo del miedo, ese remake del film de 1962 que tan bien dirigió y donde Robert de Niro y Nick Nolte interpretan los papeles principales.
Sam Bowden es un abogado, interpretado por Nick Nolte y Max Cady al que da vida Robert de Niro, un antiguo cliente al que defendió 14 años atrás cuando trabajaba en el turno de oficio. Cady fue juzgado por violar y golpear brutalmente a una joven y Bowden horrorizado por el crimen, ocultó pruebasque podrían haber reducido la condena de Cady e incluso que saliera absuelto. Cady era analfabeto en el momento del juicio y no se enteró del asunto. Pero en la cárcel aprendió a leer, estudió derecho y se convirtió en su propio abogado, solicitando la revisión de su caso varias veces, y empieza a entender que Bowden ocultó pruebas en su juicio.
En dicha escena mítica, Cady llama por teléfono a la hija de Bowden, Danielle, interpretada por Juliette Lewis, y a la que engaña, mientras le dice ser su nuevo profesor, para quedar con ella, todo ello hablando boca abajo en el teléfono mientras hace ejercicio... la cara de loco psicópata de De Niro no tiene precio...