domingo, 27 de octubre de 2024

Bandas sonoras míticas del cine (CXC)

Como llevo diciendo estos días atrás, en 1978 Alan Parker dirige esta maravillosa película, cuyo guión es de Oliver Stone. El film está basado en un hecho biográfico real acaecido en 1970, la historia de Billy Hayes (interpretado por Brad Davis de manera magistral), un joven norteamericano que fue detenido por posesión de drogas (hachís) en el aeropuerto de Estambul, Turquía, y que fue sentenciado a 30 años de prisión por dicho delito (en aquel país está duramente legislado).
La película, describe las vejaciones a las que fue sometido en un ambiente infrahumano, del que logró escapar a Grecia, donde fue detenido y deportado a los Estados Unidos. Billy escribió el libro homónimo en que se basa el film.
Para desgracia de Billy, el Gobierno turco desea dar un castigo ejemplar a los traficantes de drogas y es juzgado por posesión de drogas y condenado a cuatro años y dos meses, que deberá cumplir en una prisión de Estambul. Su padre (Mike Kellin) viaja a Turquía para gestionar su liberación, pero la embajada estadounidense nada puede hacer, ya que el presidente Nixon había tensado las relaciones con Turquía.
El joven Bill Hayes no tiene la cabeza muy bien amueblada, parece no valorar ciertas cosas. Es en ese pensamiento que se cree invencible, que no le van a pillar en un control de drogas en el aeropuerto, pero sacar dos kilos de hachís en un viaje a Turquía para luego venderlos a los amigos en Estados Unidos parece fácil. El caso es que le detienen cuando va a subir ya a las escaleras del avión y le descubren el fajo que lleva en la cintura. Una vez detenido es enviado a prisión, donde empezará su auténtico calvario, que no esperaba pasar ni en sus peores sueños.
Comienza entonces la pesadilla para el joven, que tratará de adaptarse al ambiente de miseria antológica de la prisión, a cuyos reclusos les ha afectado a la mente a muchos de ellos. Queda junto a dos presos extranjeros, Max (John Hurt) y Jimmy (Randy Quaid), que también deben cumplir largas y dolorosas condenas.
Un condenado turco, Rifki (Paolo Bonacelli) los provee y vigila, por encargo del jefe de la prisión, Hamidou (Paul L. Smith), un gendarme sádico y pervertido que abusa de los reclusos. 


Para la banda sonora Alan Parker quería usar temas existentes de Vangelis, pero el productor ejecutivo de la película, Peter Gruber, le aconsejó que considerara a Giorgio Moroder para componer una partitura original, ya que saldría más barato. Moroder trabajaba para la discográfica Casablanca Records, cuya división cinematográfica, Casablanca Filmworks, era la productora de la película, por lo que todo quedaba en casa. Moroder compuso una banda sonora recordada aún a día de hoy, que le llevó a conseguir su primera estatuilla.

Os dejo con el tema principal del film, una melodía inolvidable.

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