sábado, 24 de mayo de 2025

Escenas míticas del cine (CDXVI)


En 2018 Clint Eastwood dirigió y protagonizó Mula (The Mule). Los últimos films de Clint Eastwood hasta este, me habían dejado una sensación irregular, aunque siempre son películas de las que sacar algo positivo, pero en las que la figura del héroe era la protagonista. Valoro mucho su labor como director, pero en The Mule, traducido aquí como Mula, tiene la novedad de que volvía a estar como actor, cosa que no sucedía desde 2012 (Trouble with the curve) y desde luego que siempre es un placer verle actuar, porque está realmente soberbio. Y es en esta película, en la que la figura del protagonista que él encarna, Earl Stone, la que cobra una magnitud primordial.
Basada en una increíble historia real que estaba recogida en un artículo del New York Times, Mula cuenta la historia de un nonagenario, al que su negocio de horticultor en el que siempre fue un crack, sufre un bajonazo con las nuevas tecnologías, que le llevan a una situación de ruina económica y de embargo de sus propiedades. Por si fuera poco, su excesiva dedicación al trabajo le ha hecho perder el contacto con su familia, cuya relación con ellos es casi nula (con excepción de su nieta que le adora), por lo que acepta un trabajo de conductor transportista, que entraña ciertos riesgos. Pronto verá que lo que hace es ser una "mula" que transporta cocaína para un cártel mexicano, siendo las cantidades cada vez más grandes al ser un buen y veterano conductor que pasa inadvertido para la policía.
Pero en esta historia aparecen todos los fantasmas personales del autor que son casi un clásico en su carrera, traumas como la familia, la hija y el padre ausente, situaciones en las que de nuevo ha de situarse al margen de la ley para acabar encontrando la paz con los suyos y consigo mismo. Evidentemente Eastwood enfoca de manera clásica la historia y con un tono muy amable, y por supuesto entrañable y con unos toques de humor maravillosos.
Pero también hay drama y mucho, tanto en el retrato social, en el paso del tiempo y los años, teniendo varios momentos que ponen el corazón en un puño al espectador que se mete a fondo en la historia.
Uno de esos momentos, es cuando está con su ex-mujer Mary (Dianne Wiest), ya bastante enferma, que le pregunta en qué está trabajando y de donde ha sacado tanto dinero, y le dice la verdad, que trabaja para un cártel mexicano llevando droga, y ella se ríe y no se lo cree...


Os dejo con la tierna y a la vez mítica escena.

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