En 1997 James Cameron dirigió, produjo, hizo el guión y montó la superproducción Titanic, que ya había tenido años atrás dos films dedicados al mismo tema, primero fue El hundimiento del Titanic de 1953 dirigido por Jean Negulesco, siendo creo la más floja, y la segunda que fue, pienso, la mejor titulada La última noche del Titanic dirigida por Roy Baker en 1958, basada en el libro de Walter Lord, bastante más cercana a la realidad. Pero Cameron en 1997 rompió la baraja, ya que partió de un presupuesto que superaba los 200 millones de dólares, pero nos guste o no (y yo tardé mucho en ver este film porque su publicidad y marketing fueron escandalosos y me echaban para atrás) es una cinta muy importante en la historia del cine, sobre todo en el aspecto de la producción. Recuperó la inversión con creces ya que recaudó más de mil millones en total, fue innovadora en efectos especiales y ganó un total de once Oscars, que se dice pronto.
La idea le surgió a James Cameron cuando vio en la televisión un documental sobre el hundimiento del Titanic, ya que quedó impresionado por las historias que narraban los supervivientes. Decidió que esas historias debían llevarse a la gran pantalla, empezó a trabajar en el guión, pero teniendo en mente que no quería una película más sobre catástrofes, lo que realmente ansiaba era convertir el film en un gran espectáculo, y así lo hizo.
El director se valió de un largo flashback para enseguida centrarse en la joven pareja protagonista interpretada por Jack (Leonardo DiCaprio) y Rose (Kate Winslet), como si fueran modernos amantes de Verona, incluyendo en la trama la desaparición de un diamante para dar algo de suspense. De hecho, una anécdota interesante del director, es que cuando tuvo que convencer a los productores para obtener la financiación, simplemente les enseñó un dibujo del Titanic y les dijo: "trata del barco más Romeo y Julieta".
Jack es un joven artista de clase baja, que gana en una partida de cartas un pasaje para viajar a América en el Titanic, el trasatlántico más grande y seguro jamás construido (o eso se publicitaba). A bordo conoce a Rose, una joven de buena familia y clase alta, venida a menos y que va a contraer un matrimonio de conveniencia con Cal (Billy Zane), un millonario engreído a quién solo le interesa el prestigioso apellido de su prometida. Jack y Rose, obviamente se enamoran, pero el prometido y la madre de ella Ruth (Frances Fisher) ponen todo tipo de trabas a su relación.
En medio de todo el embrollo el gigantesco y lujoso transatlántico se aproxima a un iceberg enorme, con el que inevitablemente van a chocar, esa escena al principio de la película sigue impactando, ya que los daños que sufre el buque al impactar con el bloque de hielo gigante resultan ser fatales e irreparables, la cara del primer oficial Murdoch (Ewan Stewart) es un poema.
Os dejo con la mítica escena.



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