Como decía ayer, en 1971 Don Siegel dirige a Clint Eastwood en Harry el Sucio. Harry Callahan es un duro policía criado en las calles de San Francisco, cuyo apelativo de "El Sucio" se lo ha ganado gracias a sus particulares métodos de lucha en contra de criminales, además de tener siempre que encargarse de los trabajos más desagradables. Cuando un francotirador que se hace llamar "Scorpio" asesina a una mujer desde una azotea y promete matar a más personas si la ciudad no le paga 100.000 dólares, el inspector Callahan será el encargado de intentar resolver el caso y dar caza al asesino. Nada se interpone entre su sentido del deber y su Magnum 44. Su personalidad y sus métodos quedan reflejados al inicio del film, cuando al entrar a comer un perrito caliente en el bar de siempre, se percata de que es posible de que se esté perpretando un atraco a un banco ya que ha visto un coche sospechoso justo enfrente, y sin perder la calma requiere al propietario a que llame a la policía para advertirlo. Pero no hay tiempo a que "llegue la caballería" como dice el propio Callahan. Suena la alarma, y todo se desata, de forma pausada, sin perder ni por asomo la compostura, Harry sale a la calle mientras da los últimos bocados al perrito, en dirección al banco con su Magnum 44 desenfundada y se enfrenta a los atracadores, abatiendo a dos de ellos que huyen en el coche y encarándose con el tercero que llevaba un rifle y le ha dejado herido y con el rifle a su alcance, es entonces cuando pronuncia una frase mítica y lapidaria: "Sé lo que te estás preguntando, si he disparado seis tiros o solo cinco. La verdad es que con todo este ajetreo he perdido la cuenta. Pero siendo este un Magnum 44, el arma más poderosa del mundo, capaz de volarte los sesos de un solo disparo, deberías preguntarte ¿es mi día de suerte? ¿verdad que sí, vago? A lo que el ladrón le dice que necesita saberlo...
Os dejo con la ultramítica escena.
Se nota en el teléfono el paso del tiempo, un telefóno de disco.
ResponderEliminarEstaba claro que el asaltante no tenía la menor oportunidad, estando el rifle no tan cerca y de todas maneras, lo tendría que tomar con las dos manos. Y poder sostenerlo, algo díficil estando herido.
Una escena memorable, sin duda.
El Demiurgo de Hurlingham: Sin duda, un teléfono setentero. El asaltante lo tenía todo en contra, una vez Harry le había alcanzado con su Magnum 44. Ese mismo actor volvería a salir más adelante en otra película de la saga y no tiene un buen final.
EliminarEscena de las muy míticas.
Saludos.