viernes, 21 de julio de 2023

Oppenheimer (2023)

Christopher Nolan acaba de estrenar su última película titulada Oppenheimer, un biopic acerca del brillante físico estadounidense que lideró los ensayos nucleares para construir la bomba atómica, que luego sería utilizada por el ejército norteamericano en el final de la II Guerra Mundial, cuando las lanzó sobre Hiroshima y Nagasaki. Nolan hace este film basándose en American Prometheus, la biografía escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin en torno a la figura de Julius Robert Oppenheimer. El director británico ha realizado una obra realmente potente, en la que además ha contado con un elenco extenso y de primer nivel de actores de varias generaciones.


Pero Nolan ha conseguido algo increíble con este film, ya que se reafirma su estatus autoral, que con una ya dilatada trayectoria que abarca casi 25 años, poco le queda por demostrar. Ha hecho thrillers enrevesados, se ha metido con aventuras cuánticas, escenificó un duelo de magos de manera genial, ha explorado como nadie a un gran superhéroe y se ha acercado al cine bélico de manera sublime. Aquí hace una exploración de la figura del padre de la bomba atómica que le consagra definitivamente en un estilo propio y genuino (enseguida te das cuenta de su sello personal) que es amado y odiado a partes iguales por el consumidor (yo soy de los primeros), y que ha conseguido convertir un biopic con una premisa algo sosa, en uno de los espectáculos más intensos, transcendentales y arrolladores de los últimos tiempos, que pienso, creará unanimidad.


Se trata de una cinta de tres horas, que a priori podría parecer un ladrillo, y nada más lejos de la realidad, se te hacen muy llevaderos esos 180 minutos, ya que la historia te engancha de una manera arrebatadora y una de las claves es que con un elenco de hombres salpicado con dos o tres mujeres se inventa una suerte de thriller de acción que tiene un evidente trasfondo bélico pero en el que no se dispara una sola bala. Pero una de las claves de esta obra es el ritmo (algo en lo que me gusta hacer hincapié), y aquí está muy logrado y es implacable, con un montaje excelente en el que se incluyen los juegos temporales que tanto gustan al director, los flashbacks y unos diálogos empleados de tal forma que consiguen moldear un relato tenso y a la vez afilado.



Un momento clave en el film es el 16 de julio de 1945, cuando en el desierto de Nuevo México se producen las pruebas en secreto de la detonación de la primera bomba atómica. Todo esto formaba parte del proyecto Manhattan, liderado por Oppenheimer para construir ese arma de destrucción masiva para su país. Impactado por su poder destructivo (más fuerte de lo que habría podido pensar según sus cálculos), el propio físico se cuestiona las consecuencias morales de su creación. Desde entonces y durante el resto de su vida, se opondría firmemente a la guerra nuclear y a la todavía más destructiva bomba de hidrógeno. Su vida daría un profundo vuelco, pasando de tener un papel fundamental en el mapa político de la Guerra Fría a ser acusado de comunista en la era McCarthy. Sufrió una caza de brujas (tejida por uno de sus mayores valedores inicialmente y que luego sería su mayor enemigo por pura envidia) en la que se cuestionaba su lealtad al país y fue tachado de espía por su pasado relacionado con el comunismo y obligado de manera poco decorosa a dimitir de cualquier función pública.


Cillian Murphy es un actor que quizás tenía encasillado en papeles de villano, pero aquí consigue una actuación verdaderamente brillante, Emily Blunt hace de Kitty, la que sería su mujer y le dio dos hijos, un papel que acaba siendo clave por muchas circunstancias y que ella borda, Robert Downey Jr. se doctora en el papel de Lewis Strauss, un personaje que llevado por la envidia y el odio intentará acabar con Oppenheimer (maquillaje y caracterización impecables las que le hicieron). Tenemos a Matt Damon como Leslie Groves, alto mando del ejército que reporta directamente con el presidente y que elige a Robert para liderar el proyecto, sólido y consistente. Y luego una serie de grandes actores que arropan de manera coral, entre los que quiero destacar al veterano ya Matthew Modine, Kenneth Branagh, Gary Oldman (en el papel de Truman, tres minutos fantásticos), Rami Malek o el propio Josh Harnett.
La banda sonora corre a cargo de Ludwig Göransson, muy interesante con cosas de antiguas películas como Tenet o Interstellar (de Hans Zimmer). Ni que decir tiene que la fotografía a cargo de Hoyte van Hoytema es de un nivel superlativo.


En definitiva una absoluta delicia de trabajo, que firmemente pienso que pasa a formar parte de las obras más importantes de este director, que ya son unas cuentas.

Os dejo con el tráiler del film.

4 comentarios:

  1. Me gusta tu reseña.
    Es cierto que Nolan ha hecho una magistral trilogía con un superhéroe. Agrego que el conflicto de la última película se basa en un reactor, que puede convertirse en una bomba atómica.

    Por lo que contás, esta biopic presenta a Oppenheimer con matices. Como haberse convertido en un opositor a la guerra nuclear.

    Saludos.

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    1. El Demiurgo de Hurlingham: Bien, no quiero dar más pistas de las debidas, pero si que es cierto que es un personaje el protagonista que tenía muchas caras, y creo que todas están expuestas.
      Digamos que una vez visto el poder destructivo de lo que él había ayudado a generar, se sorprendió negativamente y pasó de héroe a villano, de alguna forma.

      Saludos.

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  2. Me muero de ganas de ir a verla.
    En este momento de mi vida necesito una niñera o un buen samaritano... o una niñera samaritana

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    1. Frodo: Pues prepárate para disfrutar.
      Ja, ja, ja, bueno, no sé si la película te ayudará en el momento vital que estás, pero es un pelicularro, eso sí.

      Saludos.

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