Robert Eggers dirige este remake de Nosferatu, basado en la clásica novela de Bram Stoker, Drácula. Eggers ha vuelto al género del terror, después de dejarlo en El hombre del Norte y parcialmente en esa genialidad que fue El Faro, aunque este es el género en el que se desenvuelve como pez en el agua y está en su salsa. Pero esta revisión del clásico, tiene puntos muy a favor, dejando de lado las comparativas que siempre salen a escena rápidamente, y desde luego después de un primer visionado en mi butaca me ha resultado visualmente fascinante, me ha atrapado y me ha parecido que está muy bien rodada. Si se han visto anteriores films de este director, es conocido que le gusta hacer las cosas con calma y que sus trabajos tienen una cadencia y un ritmo, que linda con lo hipnótico en ciertos momentos y esa es una cuestión con la que no todo el mundo se engancha.
Ellen Hutter es el papel clave del film y Lily-Rose Depp hace una actuación realmente convincente, pero el papel de Willem Dafoe que da vida al Profesor Albin Eberhart Von Franz, hace que la película retome mucho empaque con su aparición, ya que es el que realmente sabe que le sucede a ella y quién está detrás de sus episodios nocturnos donde delira de forma brusca. A nadie escapa que esta historia profundamente gótica, tiene un componente de obsesión muy fuerte entre la joven hechizada y el aterrador vampiro que se encapricha de ella, que además ocasiona un terror a su paso realmente temible, incluso plagando una ciudad entera de una enfermedad mortal. El lado teatral que muestra la cinta juega a su favor y es una ayuda, en cierta forma es un acierto.
En definitiva una obra rodada con maestría, conocimiento absoluto del género y con una escena final de esas que se te quedan grabadas.
Os dejo con el tráiler del film.
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