domingo, 26 de diciembre de 2021

The Matrix Resurrections (2021)

Como decía el otro día, Los hermanos Wachowski (hace ya tiempo hermanas Lana y Lilly) dirigieron en 1999 The Matrix donde la realidad que vivimos no es real, premisa con la que arrancaba el universo de aquel film. Una película que fue toda una revolución en su momento, y se convirtió en referente e icono a imitar acabando el siglo XX. Las dos secuelas estrenadas cuatro años después, Matrix Reloaded y Matrix Revolutions, no llegaban al nivel de la primera, pero hicieron que la legión de frikies y seguidores fuera en aumento. Pasaron 16 años para la confirmación de una cuarta entrega, esta Matrix Resurrections, que por culpa de la pandemia ha tenido retrasos y al final ha sido dirigida en solitario por Lana Wachowski, que tenía una serie de ideas que debía plasmar en imágenes.


Y una primera cosa que hay que decir es que este nuevo film bebe mucho de la primera entrega, recurriendo bastante a imágenes insertadas de aquella, que tiene como objetivo construir algo nuevo a partir de cimientos sólidos y conocidos. Pero es algo evidente, todas las secuelas están condenadas, casi al nacer, de no tener ese elemento sorpresa de la primera de la saga, algo con lo que hay que jugar muy bien si se quiere hacer algo que sea distinto y que llame la atención. Es por esto, que en la primera media hora aproximadamente de la película me llamó sobremanera ese giro muy ingenioso, en el cual se deja claro que Matrix fue un videojuego, Thomas Anderson su creador y Trinity una mujer de la que estaba enamorado, pero con la que nunca había hablado, por lo que todo el equipo de Anderson debe crear la cuarta parte de ese videojuego. Es decir, nunca existió Matrix, solamente como ficción para los gamers. Se hacen muchos chistes y comentarios perspicaces e irónicos en torno a la legión de seguidores del videojuego de Matrix.


Pero como no podía ser de otra forma, esa primera parte ilusionante acaba desembocando en el mundo clásico de la saga, donde se despliegan los personajes ya conocidos, los nuevos o recuperados y con sus escenarios eléctricos o decadentes. Si que es cierto, que este cuarto capítulo no llega a esa grandilocuencia que agotaba de las partes 2 y 3, en eso les gana, es mucho más ágil y se agradece en el desarrollo. Pero, como siempre, hay que tomar decisiones y Lana Wachowski lo hace y una de ellas es introducir ya desde el principio a un Morfeo muy distinto al interpretado en su momento por Laurence Fishburne, y eso que el personaje al que da vida Yahya Adbul-Mateen II hace varios guiños de pleitesía y reverencia a su predecesor. 
El film se centra en la historia de rescate como hilo central, que se va adornando con momentos para la reflexión, la diversión, el espectáculo y la nostalgia. Pero es ahí donde el argumento flaquea, desde mi punto de vista, ya que toda la peripecia que se monta para liberar a Trinity de la cápsula aturulla bastante.
Hay que dejar claro que el film arriesga, y que sus más de dos horas de metraje son excesivas, pero que sale bastante airosa de su propuesta, teniendo en cuenta su limitación de salida.



Desde mi punto de vista esta cuarta parte se sitúa en segundo lugar de la saga por lo que arriesga, pero me da la sensación (y esto empieza a ser ya una constante) de que cuando los hermanos Wachowski rodaron la primera parte en 1999 eran hombres aún, pero cuando se cambiaron de sexo, han cambiado de opinión, y aquella gran obra la ven demasiado masculina y heteropatriarcal (vaya por dios), y Lana para quedarse tranquila ha metido muchas más mujeres, que por supuesto manden, que un personaje se declare gay, se habla de binario muchas veces, en fin, un desvarío en toda regla con respecto a la idea original, que tiene su punto álgido cuando tratan de igualar a Trinity con Neo, incluso ponerla a ella por encima.

Os dejo con el tráiler del film.

2 comentarios:

  1. The Matrix me fascinó. Nada menos. Y podría decir que me enamoré de Trinity, sus escenas de acción, alguna imitada por Fiona en Srek. Tan bien interpretada por Carrie Anne Moss.
    Y defiendo las secuelas, con énfasis. Tiene hallazgos como Perséfone, la bella Mónica Bellucci, humana o programa viviente. Tiene la famosas escena de beso, luego de que Neo rescata a Trinity y la revive. Y un final de trilogía, impactante.

    Yo sospechaba que los personajes podían regresar. Se nota una química entre Carrie y Keanu Reaves.
    Noto la escena en el ascensor, todos con sus celulares, conectados a una red, que está dentro de la Matrix.

    Que tengas un feliz año nuevo. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Demiurgo de Hurlingham: Si amigo, es una saga tremenda.
      La verdad es que yo pensaba que no daba para mucho más Matrix, pero aquí Lana le ha dado al tarro y se ha sacado varias ideas interesantes, no es la primera, pero se deja ver.

      Saludos y feliz año nuevo.

      Eliminar