James Mangold dirigió en 2019 este extraordinario biopic, Le Mans' 66 se tituló aquí, que tenía como gran virtud construir una gran película basada en dos pilares tremendos, como son las grandes actuaciones de Matt Damon y Christian Bale, además de reconstruir fielmente una de las rivalidades más fuertes de la historia de las carreras de coches, la que hubo entre Ford y Ferrari en los años 60, y que tuvo a la pista del circuito galo de Le Mans y su mítica prueba de las 24 horas como protagonista.
Ferrari llevaba años ganando esa mítica carrera, pero Enzo Ferrari tenía poca liquidez, por lo que Ford intenta comprar a la escuadra italiana, Enzo se niega y despide a sus emisarios, es entonces cuando Ford recluta a los mejores ingenieros, pilotos y mecánicos para hacer un coche que gane la mítica carrera.
Matt Damon encarna a Carroll Shelby, un tipo que fue piloto y ganó la mítica carrera, pero cuyos problemas de salud le obligaron a retirarse, a partir de ahí decide hacer coches y se convierte en un visionario automovilístico. Conseguirá, no sin reparos por parte de la empresa Ford, que su amigo y gran piloto, el británico Ken Miles, al que da vida Christian Bale, construya un coche desde cero para conseguir ganar esa carrera en Francia. Todo ese tipo de procesos son largos, y los resultados no suelen ser buenos al principio, pero la perseverancia de ambos y las gestiones de Shelby con Henry Ford II, hicieron que al final Miles llevara ese coche a competir de igual a igual con los Ferrari.
Hay muchas veces que digo, que hay cintas excesivamente largas que con un recorte funcionarían mejor, aquí las dos horas y media están totalmente justificadas, ya que el proceso de construcción del bólido es la clave de todo, y por supuesto los riesgos que conlleva. Pero aparte, está la vida de Miles con su sufrida mujer y su hijo que le adora, y luego las personalidades digamos no muy simpáticas que había dentro de una gran empresa como Ford, donde su máximo responsable se rodeaba de personas poco llevaderas, por decirlo finamente.
Pero qué bien está centrado el film en la pasión que une a dos hombres como Shelby y Miles, que personalmente son bastante distintos y eso provoca roces, e incluso peleas.
En una escena absolutamente mítica, Shelby sube al bólido a Henry Ford II (Tracy Letts), al que le cuesta entrar y dice "me he aplastado los huevos", a lo que Shelby contesta que "el próximo diseño será más cómodo, no se preocupe", "¿está preparado?" Ford: "El apellido que hay en ese volante debería decirle que nací preparado, arranque"... y Shelby arranca, uyyy que si arranca, la vuelta que le da en el coche hace que Ford acabe llorando del miedo que ha pasado.
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