Marvel hace tiempo que está en horas bajas, personalmente lo último bueno desde mi punto de vista fue Vengadores: Endgame y el cierre de Lobezno (Logan). Es por esto que Kevin Feige y su gente tenían que replantearse el futuro y lo hicieron con un as en la manga, un éxito seguro, que era la unión del mercenario bocazas junto al regreso de Hugh Jackman. Y así fue, no solo ha sido un éxito si no que es un grandioso entretenimiento de 127 minutos. Es cierto que Deadpool suele ser irritante, pues aquí sube la apuesta, y eso si has visto las dos primeras partes y las has tolerado bien, hace que este sea el siguiente paso y todo sea coherente. La única diferencia con las dos primeras partes de Deadpool es el cambio de productora. Shawn Levy fue el encargado de dirigir esta película que está simplemente correcto.
Pero si de algo adolece el film es que los momentos de tensión no acaban de despegar, el guión hace aguas en cuanto a la continuidad de Logan, y además todo esto patina cuando ves el trabajo de la villana Cassandra Nova, a la que da vida Emma Corrin que está brutal en su actuación, pero lo que tiene entre manos es tan pobre que no le luce, sinceramente, y es una pena. Pero volvamos a los puntos buenos, y es que el contrapunto que supone dos figuras como la Deadpool y Lobezno, funciona a la perfección ayudados por la continua sucesión de cameos que les vienen bien. Por otro lado la implicación de Ryan Reynolds en el guión se nota en un sentido positivo.
En cuanto a la historia que se narra Wade Wilson empieza en la vida civil después de sus días como Deadpool, pero cuando su mundo natal se enfrenta a una amenaza existencial, Wade debe volver a vestirse a regañadientes y unirse a un Lobezno aún más reacio a ayudar.
La duda queda en si esto será solo un paréntesis o realmente lo próximo de Marvel cambiará el rumbo.
Os dejo con el tráiler del film.