miércoles, 26 de junio de 2024

Escenas míticas del cine (CCCXLXI)


En 1955 John Sturges dirige Conspiración de silencio, el primer western rodado en CinemaScope producido por la Metro Goldwyn Mayer, siguiendo el cambio de rumbo emprendido por su nuevo presidente en ese momento Dore Schary, tras haber sustituido a Louis B. Mayer como consecuencia de la crisis económica sufrida por la "major" desde finales de la década de los 40. Mayer concebía el cine como puro entretenimiento, y era partidario de repetir fórmulas exitosas, mientras que Schary defendía que los filmes además de divertir, debían informar y formar, ni que decir tiene que Schary era liberal y votante del partido demócrata. Es curioso, porque esta cinta iba en principio a ser dirigida por Richard Brooks, quien incluso trabajó en el guión con Millard Kaufman, pero una serie de desavenencias le retiraron del proyecto. Don Siegel consideraba el guión maravilloso, e intentó sin éxito dirigir el film, a Richard Fleischer se lo ofrecieron pero estaba dirigiendo otra película (20.000 Leguas de viaje submarino), pero por suerte acabó llegando a las manos de Sturges, con un buen bagaje ya por entonces.
Pero vayamos al film en sí, que se ambienta en 1945, justo cuando acaba la II Guerra Mundial. Un hombre con un solo brazo llega al desolado pueblo de Black Rock, se trata de John MacReedy, al que da vida el magnífico Spencer Tracy, y que busca a Joe Komaco, un granjero japonés, cuyo hijo le salvó la vida durante la guerra. El comportamiento de los vecinos es extremadamente hostil y grosero y las preguntas de MacReedy sobre Komaco no reciben respuesta, evidenciando que ocultan algo, lo que despierta aún más la curiosidad del forastero, que no se irá hasta averiguar el terrible secreto que los habitantes del pueblo esconden.


En una escena mítica John entra en un bar del pueblo y Coley Trimble (Ernest Borgnine) le recibe de forma violenta, a lo que MacReedy responde soltando mandobles con un solo brazo y repartiendo estopa, ante la atenta mirada de Hector David (Lee Marvin) y Reno Smith (Robert Ryan).

Os dejo con la mítica escena.

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