viernes, 26 de noviembre de 2021

Escenas míticas del cine (CXCVIII)

Como decía ayer, una de las películas más míticas de la historia del cine es Casablanca, dirigida por Michael Curtiz en 1942. El film transcurre durante la II Guerra Mundial, donde los alemanes conquistaron casi la mitad de Francia, incluyendo París. El gobierno francés se replegó a Vichíy en el sur del país y pactó la paz a cambio de colaboración. El general De Gaulle marchó con los opositores al invasor nazi hacia la zona de Marruecos en poder de Francia, después de la I Guerra Mundial. Debilitados y con muchas ciudades (como la importante Casablanca) dudando aún de en qué bando quedarse, apoyaban a los movimientos de resistencia en Europa. 
Conspiradores, espías, refugiados, ladrones y gentes de oscuro pasado se mezclaban con avanzadillas nazis e individuos tan hábiles como para no mojarse bajo un chaparrón, gente como Rick (Humphrey Bogart), el dueño de un turbio café de Casablanca, el local nocturno más popular de la ciudad. 
Casablanca nos sumerge en un universo negro en el que reina "un sentimental" con el corazón roto y lleno de cicatrices que encima se enamora de Ilsa (Ingrid Bergman).
Su escena casi final y postrera entre Rick a Ilsa es de esas impactantes por el dramatismo, cuando todos piensan que el final será feliz, él le dice a ella que suba al avión y se vaya con Victor Laszlo (Paul Henreid), una realidad descarnada que implica toda escena de desamor y esos ojos vidriosos de ella memorables y él suelta la frase "siempre nos quedará París", mientras el Capitán Louis Renault atiende las peticiones de Rick.


Os dejo con la mítica escena en el 79º Aniversario del estreno del film.

2 comentarios:

  1. Creo que la he visto cinco veces, y nunca me canso de ella. Una película extraordinaria, llena de detalles.

    Abrazos.

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    1. Gonzalo Aróstegui Lasarte: Pocas veces son creo, je, je. Un clásico del cine en mayúsculas.

      Abrazos.

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