Carol Reed dirige en 1949 El Tercer Hombre, adaptación de la novela de Graham Greene, una obra maestra del cine que cuenta entre sus papeles principales con Joseph Cotten y Orson Welles. Todo se desarrolla en Viena hacia 1947, en plena posguerra, con la ciudad dividida en cuatro zonas ocupadas por los aliados de la II Guerra Mundial, a la que llega Holly Martins (Joseph Cotten), un mediocre escritor de novelas del oeste con el fin de visitar a su amigo Harry Lime (Orson Welles), ambos amigos de la infancia, que le ha prometido un trabajo. Pero su llegada coincide con el entierro de Harry, supuestamente atropellado por un coche en plena calle. Pero algo no le cuadra a Martins, ya que todos dicen haber visto a dos hombres en lugar del atropello intentando ayudar a Lime, pero otro testigo asegura haber visto a un tercero.
Será cuando Martins inicie sus pesquisas, mientras el jefe de la policía militar británica le hace saber que Lime estaba implicado en un turbio asunto en el mercado negro con penicilina.
En el encuentro entre Martins y Lime, este último le suelta una frase lapidaria sobre hechos ocurridos históricos, comparando 30 años en Italia con 500 años en Suiza.
Os dejo con la mítica escena.
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