viernes, 28 de agosto de 2020

Escenas míticas del cine (CXLVI)


Como decía ayer, Robert Zemeckis dirige Náufrago en el año 2000, una obra de arte de película, en la que Chuck Noland (Tom Hanks), un ejecutivo de la empresa multinacional de mensajería FedEx sufre un accidente de avión y se ve apartado de su vida y su prometida, quedando aislado completamente en una isla tropical en medio del Océano Pacífico. Durante cuatro años lucha por su supervivencia, absolutamente solo, aprendiendo técnicas de subsistencia, mientras la dura soledad le va torturando. La actuación es portentosa, a la vez que el director demuestra un virtuosismo detrás de la cámara realmente asombroso.
Cuando Chuck va recogiendo paquetes de FedEx del avión siniestrado, que llegan a la orilla de los que se va sirviendo para curarse heridas, pescar o incluso poder hablar, los utiliza para todo. Una de ellas es una pelota de la marca Wilson, a la que mancha de sangre de una de sus heridas con la mano, y luego le dibuja una cara, y se la pone para acompañarle. Es tal la compañía que le hace que le llama como a una persona y le dice "Wilson". Cuando decide que su única salida es hacer una pequeña embarcación y surcar el mar hasta que le salven, lo hace con su inseparable Wilson, hasta que un golpe de mar los separa, una desgarradora y curiosa escena, en la que los gritos de Chuck, se convierten casi en un himno.


Os dejo con la mítica escena.

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