lunes, 30 de marzo de 2020

Escenas míticas del cine (CXXV)


Howard Hawks dirige Río Bravo en 1959, un western algo claustrofóbico (ideal en los tiempos que vivimos), pero una de las cumbres de un director que fue maestro en varios géneros, pero que en el western lo bordó. Con guión de sus íntimos colaboradores Leight Brackett y Jules Furthman basado en la historia de B. H. McCampbell, que narraba una amistad a través del enfrentamiento entre el sheriff John T. Chance al que da vida John Wayne y sus dos ayudantes contra un terrateniente Nathan Burdette (John Russell) que quiere rescatar a su hermano encarcelado Joe Burdette (Claude Atkins). Chance sólo tiene la ayuda de un viejo simpático, algo cascarrabias, pero mítico personaje Stumpy a cargo del entrañable Walter Brennan, de Dude (Dean Martin), un tipo dado a la bebida por culpa de su mujer y en cierto modo también por Colorado Ryan, al que da vida un joven cantante Ricky Nelson (sustituto de Elvis Presley, que no llegó a un acuerdo económico por medio de su agente). Los cuatro se enfrentan al  terrateniente, cerrándose poco a poco el cerco sobre ellos y tendrán en la prisión del pueblo su propia prisión, y a la vez un lugar seguro.
Como no puede ser de otra forma también hay lugar para el amor en un western evidentemente masculino, y ahí es donde reluce con protagonismo estelar Angie Dickinson, dando vida a Feather, una vividora que huye de su dudoso pasado y que enamora al sheriff. Precisamente la escena final, él hace llorar a Feather demostrándola de una manera tosca que la quiere, además de tener su lado cómico.


Os dejo con la mítica escena.

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