miércoles, 25 de marzo de 2020

Escenas míticas del cine (CXXI)


Anoche revisioné Los Siete Magníficos, película dirigida por John Sturges en 1960, un clásico entre clásicos, en su día film muy taquillero y que han disfrutado generaciones enteras desde su salida. No es que sea una obra maestra, pero es una película muy disfrutable con momentos realmente excelentes. La idea surgió de Yul Brynner, una de las estrellas que forman parte del reparto y que propuso al productor Walter Mirish hacer un remake de Los siete samurais de Akira Kurosawa (1954), acertando de pleno en su visión. Reorganizando todo y haciendo su remake con distancia y adaptándolo, y sin llegar a la excelencia del film japonés, cierto es que es muy loable. De hecho, Kurosawa impactado por el remake, lo agradeció de tal forma a Sturges, que le regaló una espada samurai a este.
Un pueblo mexicano es saqueado cada cierto tiempo por un despiadado grupo de bandidos, comandados por el temible Calvera (Eli Wallach, brutal como siempre) que se aprovechan de ellos sin piedad. Hartos de la situación, deciden defenderse y contratan los servicios de unos pistoleros comandados por Chris (Yul Brynner), que encabezaba el extraordinario reparto, aunque se llevaba a matar con Steve McQueen, y donde estaban también Charles Bronson, Robert Vaughn o James Coburn.
En una escena mítica, Chris hace el casting al grupo de pistoleros con el que va a trabajar, y aparece un chico joven interpretado por Horst Buchholz, muy impulsivo y orgulloso. Le prueba su rapidez con las palmadas de la mano y le deja en evidencia al sacarle antes la pistola de que junte las manos y el chaval hundido se va por donde había venido...


Os dejo con la mítica escena.

2 comentarios:

  1. Un buen remake, sin duda. Me has abierto las ganas de revisar la original y el epígono.

    Abrazos.

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    1. Gonzalo Aróstegui Lasarte: Dos miércoles seguidos en la 2, gratis y de tranqui, me las he chupado, es lo que tiene esta situación.

      Abrazos.

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