Tim Burton dirige en 1994, la que para muchos es su obra maestra, Ed Wood, que emana un amor infinito por el cine en cada uno de sus planos. Johnny Deep (actor fetiche de Burton) da vida a Ed Wood, un joven director de cine, que es un visionario sin formación académica de ningún tipo, pero que tiene aficiones como vestirse de mujer, y además no consigue tener oportunidades de hacer películas en unos grandes estudios. Pero consigue reunir a un curioso grupo de personajes, con los que realiza películas de bajo presupuesto, excéntricas y de cuidado técnico dudoso. Toda rodada en blanco y negro a drede, es un disfrute absoluto desde que empieza hasta que acaba.
A partir del guión de Scott Alexander y Larry Karaszewski, que se acercaron a la figura del considerado "peor director de todos los tiempos" con cariño y respeto, Burton supo interpretar ese guión e ir todavía más allá, estableciendo paralelismos entre él mismo y el cineasta maldito, en su relación particular y profunda con Vincent Price y Bela Lugosi, dos iconos absolutos del cine de terror, de un tiempo ya no recuperable, donde había magia...
En una escena memorable, Bela Lugosi, interpretado por un genial Martin Landau, es requerido por un integrante del equipo a que le estampe su firma como fan que es, y le dice que su película favorita es El rayo invisible, donde dice que estaba genial como acompañante de Karloff... a lo que Bela se cabrea y le dice "Karloff no se merece ni oler mi mierda... ¿creen que hace falta talento para interpretar a Frankestain con gruñidos?" a lo que acude presto Ed Wood para arreglarlo y decirle que para interpretar a Drácula si que hace falta presencia... la suya, claro. Después del incidente, Bela quiere seguir rodando...
Os dejo con la mítica escena.
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