Sergio Leone dirige en 1968 para mi su obra maestra incontestable, después de su trilogía del Spaguetti Western, Once upon a time in the west (traducida aquí como "Hasta que llegó su hora"). Con uno de los comienzos más sangrientos y espectaculares de la historia del cine, Brett McBain (granjero víudo de origen irlandés) y sus hijos que viven en una zona desértica y pobre, son asesinados por una banda de pistoleros, antes de la llegada de su futura esposa Jill (Claudia Cardinale) que viene desde Nueva Orleans (en realidad una fulana). Esa banda de pistoleros la lidera Frank interpretado por un Henry Fonda en estado de gracia, y que en muchos momentos del film es el mejor malo que he visto en el cine. En el lado opuesto está Harmonica (Charles Bronson), cuya venganza será lenta pero segura.
Pero en esta película, en la que todo es sublime, hay dos cosas que se salen del tiesto, por así decirlo, una es la belleza inconmensurable de Claudia Cardinale, porque no se puede tener más estilo y a la vez ser más guapa, y por otro lado la banda sonora de el maestro Ennio Morricone, que también había puesto música a la trilogía del dólar. Esta historia donde todo el rato hay personajes al borde de la muerte, cuenta con una música soberbia, donde suenan clavicordios, armónicas, orquesta, etc., todo en su justa medida para describir cada pasaje del film.
En fin os dejo con el Once Upon a Time in the West theme.
Y con la música de la escena final.
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