lunes, 16 de junio de 2014

La Grande Bellezza (2013)

Cartel del film

 
 
Paolo Sorrentino dirigió en 2013 La Gran Belleza, film que recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. Igual que cuando se concibe una caricatura, la más grande y sorpresiva virtud que hay en juego, es la enorme capacidad para captar, con una suave y a su vez genial pincelada, el espíritu profundo de una situación compleja.
En la primera escena, tras el prólogo, nos encontramos ante un cuadro de lo más paradójico dónde puede escucharse el silencio en un ático repleto de gente cantando, bailando y bebiendo o esnifando al compás de ritmos pachangueros, y a su vez puede estarse en el vacío más absoluto rodeado de grandes estatuas, monumentos que son patrimonio de la humanidad y edificios prefabricados llenos de Leds... Esa mascarada inicial, nos descubre a todos los fantasmas de la alta sociedad italiana del momento en la que se mueve a sus 65 años Jep Gambardella (Toni Servillo) escritor que escribió un solo libro hace casi 40 años y practica el periodismo.
 





 
La Gran Belleza es la historia de un viaje, de una ciudad que nunca fue novelada (aunque esa es la intención última del protagonista), pero que siempre fue vivida como una ficción tragicómica, llena de episodios dantescos y patéticos. Esa Roma, que se describe con una soberbia fotografía en el film, a través del maravilloso personaje de Jep, cuyo actor que lo encarna está sencillamente extraordinario, está conjugada entre su propia historia milenaria (él vive al lado del Coliseo romano) con un distanciado y frívolo presente. Así, se convierte en una película contradictoria, ya que en ese retrato tremendo de lo banal, opulento y superficial está el verdadero drama del protagonista, representante ilustre de una élite falsamente intelectual, que navega sobre políticos corruptos, sobres engordados e idearios berlusconianos. Lo que queda al final es una reflexión vital, con continuos flashbacks (que a veces desconciertan), sobre el paso del tiempo y la melancolía como hilo conductor a través de la bacanal audiovisual.






 
La Gran Belleza incordia al mismo tiempo que enamora, funciona por acumulación y termina teniendo un impacto duradero en el espectador, lo que yo denomino una película de largo recorrido. Consigue que muchas de las imágenes del film permanezcan en tu retina durante mucho tiempo, y no sólo lo digo porque salgan mujeres y hombres desnudos, sino porque hay escenas que se te quedan grabadas por su tremendo valor y significado. Una de las grandes virtudes del film, es que saca a la luz la belleza oculta de las cosas feas, Sorrentino asume un riesgo tremendo, y eso hace que o te rindas desde el primer momento o la critiques a saco, pero en el fondo es una obra muy italiana, muy mediterránea y a la vez universal y atemporal.
 




 
En cuanto a los peros de la película, para mi son las partes inconexas, donde se pierde la uniformidad, y te cambia completamente lo que te está contando, para introducir personajes sin presentártelos de una manera normal, cosa que se hubiera solucionado haciendo una pequeña introducción en cada caso, o utilizando otros recursos narrativos, para no perder la potencia que tiene el trabajo.
Sin duda, la película camina en el filo continuamente, entre el éxtasis y el hastío, y esa manera de contarlo me parece superlativa.
Su gran acierto, es ser la película más clásica y a la vez la más rompedora vista en años.






Os dejo con el tráiler de este muy recomendable film.
 
 

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