Alfred Hitchcock dirigió Topaz en 1969, quizás una de las películas menos logradas del genio, ya que su ritmo lento agota, y por si fuera poco la historia en sí es poco emocionante, un guión adaptado de la novela de Leon Uris acerca de espías con el marco de la crisis de los misiles soviéticos en Cuba como telón de fondo. La verdad es que ni parece un film de Hitchcock ya que no logra involucrar al espectador de lleno, pero después del fiasco de Cortina Rasgada tres años antes, Alfred se metió en el proyecto casi de manera desesperada con una historia anticomunista, cuando él nunca había tenido ni roces con la política en su filmografía.
La película nos cuenta el viaje de Boris Kusenov (Per-Axel Arosenius) con su esposa e hija, de origen ruso que están en Copenhague de turistas, pero allí deciden buscar ayuda en la embajada estadounidense para exiliarse a ese país. Kusenov es un alto oficial ruso, al que los servicios de inteligencia le cobrarán el favor de acogerle, para que les confiese todo lo que sabe acerca de los misiles soviéticos en Cuba y sobre el significado de la palabra Topaz en la situación. Para aclarar el embrollo, contrata al agente francés André Devereaux (Frederick Stafford) quien tiene relaciones muy cercanas en Cuba.
En resumen, el film posee un buen puñado de instantes meritorios e imágenes poderosas, pero acusa la falta de un reparto demasiado heterogéneo en un argumento que resulta disperso y deslavazado que no permite ningún típico de química que impide chispa interpretativa.
Sin embargo la banda sonora de Maurice Jarre es una maravilla, adecuada al relato en todo momento.
Con películas como Psicosis, Los pájaros, Frenesí, etc, se le puede permitir a tan célebre director, una no tan lograda.
ResponderEliminarEse tema está muy bien.
El Demiurgo de Hurlingham: Efectivamente el genio también podía tener una película de no tanto nivel.
EliminarUn saludo.