Tim Burton dirigió en 1990 Eduardo Manostijeras, su obra cumbre, la que mejor define y expone todas sus obsesiones temáticas y sus filias visuales, y en el que de manera más precisa se dibuja a los que son los motores de verdad de su personal cine, los personajes. Se trata de personajes que transgreden el orden natural impuesto por la sociedad y que son muy peculiares, esos monstruos del cine (ya que él mismo admitía que había crecido viendo filmes de monstruos y eso se notaba en sus películas). Se trata de un cuento de hadas supremo, que cuenta como durante una noche de Navidad, una anciana le cuenta a su nieta la historia de Eduardo Manostijeras al que da vida un magnífico Johnny Deep (actor fetiche del director), un muchacho creado por un extravagante inventor (Vincent Price) que no pudo acabar su obra, dejando al joven con cuchillas en lugar de dedos. Danny Elfman fue el encargado de la banda sonora, una de las más mágicas de la historia del cine, que adorna a la perfección el film, todo encaja.
Os dejo con el tema The Grand Finale.
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