lunes, 20 de noviembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCXIV)


El director australiano Peter Weir dirige en 1985 Único Testigo (Witness), un muy buen thriller que se apoya en una ambientación dentro de la comunidad amish (una secta religiosa muy conservadora que vive como en el siglo XVIII) para darle un toque de originalidad a una intriga que funciona de lujo. La historia nos cuenta como en su primer viaje a Philadelphia, el pequeño Samuel Lap (Lukas Haas), miembro de una comunidad amish, es testigo en los baños de la estación, de un brutal asesinato. John Book (Harrison Ford), el policía encargado del caso, descubre que en el crimen están implicados compañeros policías que son corruptos, por lo que desde ese momento tanto la vida de Samuel como la suya propia, están en serio peligro. Book decide infiltrarse en la comunidad amish para protegerse, y llega a tener una aventura con la madre de Samuel, Rachel (Kelly McGuillis). Este film es casi un oasis en el desierto, y nos da una grata sorpresa, ya que sin necesidad de un despliegue de medios demasiado asombroso, saca todo el jugo a un argumento realmente sencillo.
En una escena mítica que sucede al principio del film y es la clave de todo el relato, Samuel va al baño de la estación y mientras hace sus necesidades ve como matan a un hombre entre dos individuos, uno de ellos es McFee (Danny Glover) que cree que hay alguien en los baños que lo ha visto todo y lo busca en los urinarios, pero el chico se busca la vida para no ser descubierto.


Os dejo con la mítica escena.

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