sábado, 26 de marzo de 2022

Death on the Nile (2022)

Hace 5 años Kenneth Branagh recuperó a Hercule Poirot, quizás el personaje más famoso creado por Agatha Christie, para hacer una nueva versión de Asesinato en el Orient Express, que a mí en su día me gustó, aunque tuvo división de opiniones entre crítica y público. Creo que Branagh es bastante respetuoso con la novela y tiene la virtud de conservar lo bueno de aquella cinta de hace un lustro y ahora con Muerte en el Nilo (novela de 1937) vuelve a estar a un gran nivel. Posee un enorme reparto, uno de los grandes atractivos para el público, y el director y actor se esmera en hacer una buena presentación de todos ellos para que queden situados en la mente del espectador antes de que suceda el crimen, rebosando encanto y clasicismo.

De esta forma, nos encontramos con similitudes con la cinta de hace cinco años casi inevitablemente y en líneas generales, pero a la que se le añade un músculo técnico soberbio, con un diseño de producción muy notable, una fotografía en 65mm sublime (de Haris Zambarloukos) y con un director que borda la puesta en escena. Es precisamente esa mezcla de lo analógico y lo digital lo que le da una pujanza tremenda al film, y enamora como he dicho antes, con el reparto fastuoso bastante coral y de nivel, que evoca al Hollywood clásico con Gal Gadot, Emma Mackey, Armie Hammer, Tom Bateman o una ya veterana Annette Bening, aunque obviamente la auténtica estrella es Poirot al que da vida el propio Kenneth Branagh.


Evidentemente la película sufre un giro a raíz de un crimen que se va mascando ya desde el inicio y que tiene su desenlace en el barco de vapor llamado Karnak. Allí disfruta Poirot de unas vacaciones egipcias, siendo invitado al enlace de una pareja supuestamente perfecta y que conforman Linnet Ridgeway a la que da vida una espléndida Gal Gadot y Simon Doyle al que interpreta Armie Hammer. Pero el nacimiento de esta pareja es algo brusco, ya que antes Simon estaba unido a Jacqueline de Bellefort (Emma Mackey), hasta que esta le presenta a su amiga Linnet bastante adinerada, decidiendo cambiar él una por otra. Jacqueline a partir de ese momento los persigue allá por donde van, por lo que la pareja recurre a Poirot para que les ayude y les sirva de protección. En toda esta parte de lujo en el barco de vapor y antes, la música es de un exquisito gusto.


Quizás la presentación de personajes se extiende demasiado en el tiempo, y es cuando fluye la sangre cuando el film se acelera, las sorpresas empiezan a salir a borbotones en este thriller de misterio, donde como siempre el propio Poirot se las apaña para ir salpicando la trama con pistas falsas, todo tipo de triquiñuelas argumentales y los típicos giros, que a mí a veces me producen algo de sopor, pero que son absolutamente fundamentales en un personaje tan definido.
Amor en exceso que produce dolor, teatralidad, dinero y con una factura deslumbrante se combinan en la película que aconsejo ver con siesta dormida.


Os dejo con el tráiler del film.

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