domingo, 14 de abril de 2019

Cold War (2018)


Hacía tiempo que quería ver una de esas grandes películas del pasado 2018 que se me escaparon (si uno pudiera ver todo el cine con las agendas tan apretadas que hay...), Cold War, dirigida por el polaco Pawel Pawlikowski. Cine europeo de alta calidad, película rodada a propósito en blanco y negro que nos cuenta un drama romántico, pero ante todo una apasionada historia de amor en tiempos difíciles y en circunstancias realmente complicadas para la pareja protagonista, nada más y nada menos que la Polonia de la postguerra y sus ruinas, la primera nación que invadió Hitler en su inicio de la II Guerra Mundial.
Se trata de un film extraordinario donde tienen mucho valor la fotografía, cada plano, cada escena y cada instante, tanto que se te quedan marcados.


Con un comienzo tremendo, el director rinde homenaje a la cultura popular y las canciones de amor. Tomasz Kot es Wiktor un pianista culto y buscador de talentos que en uno de sus castings conocerá a Zula (Joanna Kulig), una chica de pueblo con pasado problemático, a la que escuchará cantar y acto seguido se enamorará perdidamente de ella, lo que supondrá que la vida de ambos cambiará para siempre.
Pero podría ser una historia de amor más, hemos visto miles en el cine, sin embargo aquí sucede algo especial y mágico, ya que te engancha y con recursos sencillos, eso si, con detalles de mucha calidad en planos, elección de temas de la banda sonora y momentos, como esas pequeñas cosas que se saborean lentamente.


Se intuye desde el primer momento que este director viene del documental, esa descripción de los personajes, esos retazos de las vidas de los protagonistas, el cómo cuenta las vivencias de la pareja protagonista, ahí está la clave de todo. Ellos se conocen por accidente, pero en unos tiempos donde no había mucho lugar para la belleza, el amor y el arte, y si para la supervivencia en todos los sentidos, consiguen amarse saltando todas esas barreras.
La acción parte del lado comunista, casi todas las ciudades que salen en el film (Berlín del Este, Yugoslavia, Praga...) donde iba de gira la compañía, son del antiguo telón de acero, y eso produce terribles efectos en la vida de ambos. Eso se ve en como tipos mediocres y grises pueden ascender en la vida, porque sabe meterse en el terreno político de propaganda, aunque en el lado de la vida no sea tan sagaz...


La concatenación de imágenes, que en muchos momentos parecen cuadros es de un nivel extraordinario, los planos que rodean a los protagonistas, para ver a la persona desde todos los puntos de vista y como los demás le ven. Por otro lado, a medida que avanza el film te entra la duda de si el amor incondicional entre dos personas tan distintas, con un pasado y formación tan distintos, serán capaces de triunfar, y es entonces cuando ves todas las dificultades de gran proporción que tienen que ir salvando, y esos bajones que pasan.
Las escenas de bailes, tocando, grabando en el estudio, quedan grabadas para siempre en tu mente.


Os dejo con el tráiler de esta maravilla de película.

4 comentarios:

  1. Lo mejor que ha dado el cine europeo en bastante tiempo.

    Saludos.

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  2. Pues aquí no estamos de acuerdo. El film no se detiene en el desarrollo y para mi eso hace que sea atropellada y tosca. Le falta una mejor narración. La fotografía estupenda, nada que decir.
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Victor: Lo único que a veces no cuida, son los detalles de relatar con algo más de cuidado algunos cambios en el devenir de la vida de ambos, pero atando cabos lo sacas, por ponerle alguna pega a mi el final se me quedó algo frío.

      Saludos.

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