En 1961 J. Lee Thompson dirigió a un elenco impresionante de actores en una cinta de cine bélico, inspirado en hechos de la II Guerra Mundial, llamada Los Cañones de Navarone. Actores de la talla de Gregory Peck, David Niven o Anthony Quinn (que tiene más de una escena memorable en este film) están inmensos, en una misión inolvidable. La tirada de secundarios es espléndida también, entre ellos estaban Richard Harris, Irene Papas, Stanley Baker, Anthony Quayle o Gia Scala.
En 1943 la fuerzas del Tercer Reich ocupan Grecia y las Islas del Mar Egeo. Los alemanes planean una demostración de fuerza, con el objetivo de meter a Turquía en la guerra de su lado. 2000 soldados británicos se encuentran acorralados, mientras tanto, en la isla de Kheros. Pero muy cerca, en Navarone, hay instalados un par de enormes y poderosos cañones de largo alcance, cuya potencia es descomunal y cierra el paso de navegación por el Egeo, y con la posibilidad de hacer una masacre entre los ingleses allí destinados. El Alto Mando aliado manda destructores, pero sin éxito, tampoco la Royal Navy ni la RAF lo consiguen. La única y remota opción es enviar un comando de élite que se infiltre y consiga acabar con los cañones, ese comando será de seis hombres, que realizan una misión utópica y casi imposible, prácticamente suicida.
Todo ésto fue musicado de manera soberbia por Dimitri Tiomkin, con una música poderosa y brillante.
Os dejo con el tema central.
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