Cartel del film
Guillermo del Toro, el director mexicano, ha realizado en su último film un personalísimo ejercicio sobre lo gótico, encontrando además el pretexto narrativo para que la siniestra mansión que preside el relato a partir del segundo cuarto del mismo, supure directamente sangre (o algo viscoso muy parecido) en un cargador rojo oscuro, además del añadido de la arcilla del terreno, que propicia una eficaz metáfora visual sobre la malignidad que encierra la casa y su entorno. Los referentes son claros, Roger Corman (La caída de la casa Usher) o Sam Reimi (Posesión Infernal), etc...
La historia narra la vida de una escritora americana, Edith Cushing (Mia Wasikowska) que después de una tragedia familiar se encuentra en un dilema, elegir entre el amor de su amigo de la infancia y médico de su padre, o la tentación de un misterioso desconocido que le acaba robando el corazón, el enigmático Thomas Sharpe (Tom Hiddleston). En su intento por escapar de los fantasmas del pasado, emprende viaje con su amado a su mansión en Inglaterra, una casa que respira, sangra, rezuma... y recuerda. Allí compartirá vida con Thomas y su hermana Lucille (Jessica Chastain), que será una de las más malvadas villanas que haya visto.
Muy importante es el tema de diseño de producción y el vestuario, aquí cada elemento visto en pantalla, goza de un nivel de detalle único y pocas veces visto en grandes producciones. Desde los vestidos que utiliza Jessica Chastain hasta la misma casa, auténtica protagonista total. Además, Del Toro demuestra una característica muy inteligente y es que deja claro que el nivel de efectos visuales para una historia de terror, es mejor dejarlo en un margen mínimo, donde los fantasmas que aparecen son actores que interpretan espectros, logrando mayor interacción con el actor.
La música juega también un papel muy importante dentro de un romance gótico, donde la tentación de ideas de toques barrocos o minimalismo podía dominar, pero Del Toro contrató los servicios del español Fernando Velázquez, con un trabajo sencillo pero acertado.
Pasando ya al tercer cuarto, el director nos ofrece una visión retorcida e incómoda para el espectador, lejos del horror fantasmal, Del Toro indaga sobre los pecados de una familia, que son de dimensiones brutales.
La película tiene el sello inconfundible de su director, lo transpira y supura plasmándolo en un retrato, aunque a veces se pierde en su historia, un guión algo deshilachado en algunos momentos. Si bien la característica del romance gótico es el choque del pasado (fantasmas) y el presente (vivos) quizás peca de inocencia excesiva en algunos personajes, y la forma que se desarrolla el último cuarto del film me deja un poco descolocado.
Un film, en resumen, que despliega mucha parafernalia y efectismo, pero que narrando una interesante historia, a veces le faltan detalles para concretar una obra para el recuerdo.
Os dejo con el tráiler.
A esta le tengo aun mas ganas ....
ResponderEliminarJ Aybar: Pues esta es una gran película, algo fuerte en algunos momentos, pero visualmente y como historia no tiene desperdicio.
EliminarSaludos.
Maravillosa película, esta acaba en mí colección sí o sí.
ResponderEliminarMención especial al diseño de producción y al vestuario, espero como poco nominaciones para ambas.
Grijaldo: Me gustó mucho la verdad, Del Toro es un gran director sin duda.
EliminarLo del vestuario y el diseño de producción fijo que se se llevan algo en los Óscars.
Abrazos.