Cartel del documental
Kurt Cobain baja del escenario, agarra una cámara con las dos manos y la acaricia, mientras empieza a amasar saliva dentro de la boca. Cobain escupe a la lente que le está grabando y se va hacia la otra punta del escenario, destruyendo todo lo que se encuentra en un comportamiento entre ridículo y desesperado. No lo hace por llamar la atención. No quiere ser imitado, necesita estallar, sacar toda esa hiperactividad que sus padres no supieron curar. No está loco, ni drogado o, al menos, su comportamiento no obedece a la influencia de las drogas. El líder de Nirvana no era tan especial pero, en tan solo 27 años de vida, no dio tiempo a comprobar muchas cosas, pero si a que era un genio, componiendo como pocos lo han hecho.
Como todo músico muerto antes de tiempo, se convirtió en mito, pero el film nos descubre a la persona, alguien demasiado sensible, muy descontrolado y confuso y que no toleraba la humillación. Para ello se parte desde su primera época en Aberdeen (Washington), su infancia y adolescencia, el divorcio de sus padres, su primera novia, etc., todo ello para explicar hasta como llega su éxito con la banda de grunge Nirvana.
Morgen se ha encargado de desnudar al inventor del grunge en una cinta que tiene momentos terroríficos, también irónicos y también muy kitsch. Es decir, puro Cobain. El film no ahonda en los asuntos de Nirvana, ni en las teorías conspiratorias que rodean su muerte, es una narración en orden cronológico a través de diarios, vídeos y audios que el músico, el mismo que acabó una de sus actuaciones enseñando el pene a una de las cámaras que lo grababan, dejó a lo largo de su vida. Una existencia durante la que sufrió cinco humillaciones y un fuerte dolor de estómago, un intento de suicidio al enterarse de que su mujer quería ponerle los cuernos y seis heridas graves que provocaron que se disparara en la cabeza el 5 de abril de 1994.
Quizás, desde mi punto de vista, me sobran las escenas familiares, excesivas, en las que la intimidad del matrimonio queda muy expuesta, y sobre todo es que no aguanto a Courtney Love, me parece una Yoko Ono moderna, bastante insufrible.
Kurt tampoco es que fuera un tipo ejemplar ni mucho menos, pero queda claro que era muy monógamo, al contrario que ella, y que quería mucho a su hija.
En definitiva un documental interesante, para aquellos que quieran indagar en la personalidad del mito, pero que musicalmente poco aporta. Dave Grohl no habla en la cinta, si Krist Novoselic y Courtney Love (ya sabemos que Courtney y Dave no son precisamente amigos). También hay declaraciones de sus padres, madrastra, etc...
En cuanto a lo musical destaca una versión de Kurt de And I love her de los Beatles, hasta ahora inédita. Pero poco se habla de la escena de Seattle, demasiado poco, ni de grupos aledaños.
Todo este material que estuvo analizando concienzudamente durante años es el que nutre este buen documental que lleva el título de uno de los cassettes más reveladores con los que se encontró Morgen, Montage of Heck. El film muestra cómo la vida de Cobain estuvo marcada por distintas humillaciones que le fueron destruyendo. Las declaraciones de Love que le señalaban como un suicida potencial se refuerzan con la constante repetición en sus diarios de la palabra “suicidio” o de frases como “el día más feliz de mi vida será el que no tenga un mañana”. Otro triste miembro del club de los 27.
Todo este material que estuvo analizando concienzudamente durante años es el que nutre este buen documental que lleva el título de uno de los cassettes más reveladores con los que se encontró Morgen, Montage of Heck. El film muestra cómo la vida de Cobain estuvo marcada por distintas humillaciones que le fueron destruyendo. Las declaraciones de Love que le señalaban como un suicida potencial se refuerzan con la constante repetición en sus diarios de la palabra “suicidio” o de frases como “el día más feliz de mi vida será el que no tenga un mañana”. Otro triste miembro del club de los 27.
Os dejo con el tráiler del documental.
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