Geoffrey Lewis, que ayer martes falleció a los 79 años en su casa de Woodland Hills (California) era uno de los rostros secundarios más clásicos de la historia del cine, sobre todo por su aparición en muchas películas de su amigo Clint Eastwood. Participó en un buen puñado de westerns y películas protagonizadas por Clint como Infierno de cobardes, Un botín de 500.000 dólares, Duro de pelar, La gran pelea, Medianoche en el jardín del bien y del mal, El cadillac rosa o Bronco Billy. También es el padre de Juliette Lewis, la actriz y cantante de punk-rock. Geoffrey era cienciólogo y de sus diez hijos, además de Juliette, también se han dedicado a la interpretación Lightfield, Matthew y Dierdre.
Nacido en San Diego, Geoffrey Lewis creció en el estado de Rhode Island antes de que la familia volviera a California cuando él cumplió 10 años. Siempre tuvo claro que amaba la interpretación y acabó en el Plymouth Theater en Massachusetts. Debutó en el off de Broadway y a inicios de los setenta ya estaba en el cine en Coraje, sudor y pólvora (1972). Tras Dillinger (1972), de John Milius, coincidió con Eastwood en Infierno de cobardes (1973) y comenzó una larga amistad.
Nunca ganó un gran premio (solo fue candidato a un Globo de Oro por la serie Flo), pero Lewis desde luego era un tipo apreciadísimo por el gran público. En televisión trabajó en Lou Grant, Equipo A, Hawai 5-0, La casa de la pradera, Bonanza, El gran chaparral, Cannon, Misión: Imposible, Starsky y Hutch, Barnaby Jones, Falcon Crest, En el calor de la noche, Se ha escrito un crimen, Dawson crece, MacGyver, Autopista hacia el cielo, Las chicas de oro o Ley y orden. Aunque su trabajo más reputado en la gran pantalla fue en la miniserie El misterio de Salem's Lot, de Tobe Hooper.
Más reciente es su trabajo en Los renegados del diablo, una cinta de terror estrenada en 2005.
En homenaje os dejo con una escena de Infierno de Cobardes donde él participaba, la de los latigazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario