domingo, 20 de julio de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXV)

Mel Brooks dirigió a principios de 1974 Sillas de montar calientes, una parodia sobre los films del oeste, en la línea de las propuestas por Burt Kennedy o Bud Yorkin de aquella época, pero con su propio estilo, un desmadrado relato, tras los logros de las notales Los Productores (1967) convertida en un exitoso musical y El misterio de las doce sillas (1970).
Aquí se cuenta la historia del avaricioso gobernador Lepetomane, al que da vida el propio Mel Brooks, y su malvado ayudante Hedley Lamarr (Harvey Korman) que quieren que los habitantes de Rock Ridge abandonen la ciudad, para vender los terrenos a una compañía de ferrocarril. Para facilitar sus maquiavélicos planes, nombran sheriff a Bart (Cleavon Little), un negro condenado a la horca, para que fomente el desorden y la anarquía en la ciudad.
En el pueblo organizan una bienvenida, orquesta, coronas de laurel para recibirle, etc., hasta que entra en el pueblo y todos se quedan con la boca abierta por el color de su piel.


Os dejo con la graciosa escena.

sábado, 19 de julio de 2025

Mejores escenas cómicas del cine (CXIV)


Mi película favorita cómica, sin duda es El Jovencito Frankestein, dirigida por Mel Brooks en 1974. Una de las comedias más disparatadas, delirantes, ingeniosas y divertidas de la historia del cine. Se trata de una de esas conjunciones donde todo funciona, y no sólo eso, sino que lo hace con un encanto especial, algo tocado con una varita mágica e irrepetible. Además y por si fuera poco, tiene la capacidad curativa de hacer olvidar problemas de la vida cotidiana, y te sientes completamente absorbido por la pantalla, en su hora y tres cuartos de duración.
Rodada en blanco y negro aposta, en ella, el joven doctor Frederick Frankestein (Gene Wilder), un neurocirujano norteamericano, ha huido siempre del estigma legado por su abuelo, quien creó años más tarde un monstruo. Ahí, es donde el guión perpetrado por Brooks y Wilder hace un desprejuiciado homenaje, que a la vez es parodia, y cómo no, revisión del mito cinematográfico, cuya creación era de Mary Shelley.
En una escena cómica bestial el monstruo al que da vida (nunca mejor dicho) Peter Boyle, tiene un encuentro con Elisabeth (Madeline Khan), la obsesiva novia del doctor, y se produce una curiosa liberación sexual por parte de ella, a pesar de decir que está comprometida... y termina cantando aquello de Ohh dulce misterio de la vida...


Os dejo con la cómica escena.