En 1976 John Sturges dirige Ha llegado el águila, como se tradujo aquí del título inglés original que era The eagle has landed. Situado el relato en 1943 en plena Segunda Guerra Mundial, un comando alemán formado por 16 hombres planean tirarse en paracaídas sobre suelo británico para secuestrar al primer ministro inglés Wiston Churchill, durante la estancia de este en un pueblo del condado de Norfolk. La misión ha sido encomendada el condecorado héroe de guerra Coronel Steiner (Michael Caine), cuya sentencia de muerte por su oposición al genocidio judío ha sido suspendida y al irlandés Liam Davlin (Donald Sutherland), aunque supervisados y dirigidos desde Alemania por el Coronel Radl (Robert Duvall). Una vez aterrizan en Inglaterra, la misión consiste en dirigirse al pueblo camuflados con uniformes polacos. Precisamente en una mítica escena, se revisan los paracaídas, mientras el Coronel Kurt Steiner exige al Coronel Radl llevar debajo de los uniformes polacos los suyos alemanes, y si por cualquier cuestión la misión saliese mal, morir con sus uniformes verdaderos. La fascinante figura del capitán Steiner, un personaje que tenía mucho recorrido, ensombrece el estupendo trazado de personajes de una película a la que le falta un remate más contundente, pero ahí John Sturges (figura mítica de Hollywood de años atrás), un director eficaz y vigoroso, no tuvo el compromiso debido, ya que su máxima preocupación era cobrar para irse a hacer pesca de altura a la Baja California, cosa que le interesaba más que el cine hacía ya años y que por cierto era bastante caro. Así, Michael Caine en su autobiografía, admitía estar algo decepcionado con el resultado final de este film, y echaba la culpa de lo que podría haber sido un mejor acabado a Sturges.
Os dejo con la mítica escena antes referida.
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