Hace 101 años nació este descendente de familia judía bielorusa, residente en New York, cuyo nombre artístico es Kirk Douglas. Desde pequeño destacó en deportes como la lucha libre y en lides actorales, dónde le gustaba dirigir y actuar.
Lauren Bacall le introdujo en Broadway, situación que se vio interrumpida por su llamada al ejército en plena Segunda Guerra Mundial. Luego regresó, después de su licenciatura con honores a Broadway, dónde se hizo un nombre importante.
En 1946 actúa en su primer film, "El extraño amor de Martha Ivers" dónde ya deja su sello.
A partir de ahí su carrera es imparable El ídolo de barro (1949), El gran carnaval (1951), El loco del pelo rojo (1956), Senderos de Gloria (1957), Los Vikingos (1958), Espartaco (1960), Los héroes de Telemark (1965), El día de los tramposos (1970), La Furia (1978), Saturno 3 (1980), etc., y tantos más jalonan una carrera inolvidable. Nominado en tres ocasiones al Óscar, no fue hasta 1996 cuando subió al escenario para recogerlo, eso si, honorífico a su trayectoria profesional.
El último gran icono masculino de la edad de oro de Hollywood lo celebró rodeado de su familia, y donde Michael su hijo, excelente actor también, y su nuera Catherine Zeta-Jones organizaron la celebración como es habitual. Recientemente conoció a Judi Dench, que recibió el premio que lleva el nombre del actor en el Festival de Cine de Santa Bárbara. Se conocieron en la residencia de Douglas justo un día antes de la entrega del premio, y según sus propias palabras dijo "nunca olvidaré éste momento".
Hablamos de un tipo de sólidas convicciones, todo un carácter, actor de mil matices, productor arrebatado, y en definitiva un carisma auténtico del séptimo arte y vivo aún, junto que yo recuerde a Olivia de Havilland, son los únicos centenarios de esa generación.
En homenaje os dejo con una escena de El Día de los Tramposos, de 1970, y dirigida por Joseph L. Mankiewicz, ambientada en 1883 y donde un grupo de condenados ingresa en la prisión federal de Arizona, entre ellos Paris Pitman (Kirk Douglas) que ha enterrado un botín de medio millón de dólares en el desierto y su obsesión es fugarse para recuerparlos, por lo que intenta ganarse la confianza del nuevo alcaide, papel que hace Henry Fonda.
Un grande. Verlo actuar es toda una experiencia más allá del film que se trate. Si, creo que son los únicos de esa era que siguen entre nosotros, por lo menos de primer nivel cinematográfico.
ResponderEliminarUn saludo
Victor: Sin duda amigo, esta estirpe es ya legendaria, no me cansaré de recordarle, un mítico.
EliminarUn saludo.