Cartel del film
Hace muchos años que vi la tercera parte de la saga de Mad Max, Más allá de la Cúpula del Trueno, y sinceramente sólo recordaba la parte de la batalla en la jaula entre Max Rockatansky (Mel Gibson) y el Maestro-Golpeador (Angelo Rossitto-Paul Larsson). Esta tercera parte la dirigen a pachas George Miller y George Ogilvie.
La historia de Max continúa en ambientes desérticos, sin restos de la antigua civilización, y recorre el vasto páramo por medio de una carroza arrastrada por camellos, la cual es robada por un aviador loco llamado Jedediah (Bruce Spence) que vuela con su hijo. Sigue su pista hasta un emporio comercial llamado Negociudad, pero antes, el mono de la carroza le habrá arrojado sus botas, armas y un silbato, pertenencias que le ayudarán.
En Negociudad los ladrones entran a hacer negocio, para en teoría, construir un nuevo mundo, donde ingresa a sus puertas Max, mientras es estrictamente observada por los guardias de su fundadora, Tía Ama (Aunty Entity) interpretada por una muy digna Tina Turner.
En el camino hay comerciantes, que antes fueron ladrones, y Max ingresa en la cola de nuevos ciudadanos de Negociudad, e inicialmente no es admitido, por no tener bienes con los que comerciar, pero sorprende al encargado llamado El Colector (Frank Thring) apuntándole con un arma. Entonces se produce una negociación, en la que Max termina comerciando o intercambiando sus habilidades para la lucha, y se le lleva desarmado ante Tía Ama. Allí en su salón es puesto a prueba al sobrevivir a los ataques de sus guardias. Negocian, y ella le muestra el funcionamiento de la ciudad y al dúo que le maneja la planta, El Maestro Golpeador (Master-Blaster). La energía de Negociudad y sus aparatos consumen energía del metano, que proviene de las heces de cerdo (no me quiero ni imaginar como olía aquello en el rodaje porque hay cerdos de verdad).
La clave es tumbar a Golpeador en el Thunderdome (donde existe la ley de que dos hombres entran y uno sale) para dominar el cerebro del Maestro, para ello Max llega a un acuerdo con Tía Ama, que rompe al no querer dar muerte al Golpeador cuando lo tiene rendido. Esto supone su expulsión de Negociudad, va a la ruleta de la fortuna y allí entre las varias opciones sale Gulag, por lo que es desterrado hacia el desierto.
Este film evita seguir ahondando en la definición de su personaje central, aumenta la cuota de diálogos del resto de personajes e incide con más intensidad en la descripción de los mismos y de la sociedad futura que habita tan desolado mundo. Esa sociedad, que a pesar de la inclusión de niños perdidos que encuentran a Max en la segunda mitad del film, queda expuesta en dos formas muy distintas, la de la herencia directa del pasado y ha evolucionado hacia la violencia extrema y lo dictatorial de la Tía Ama.
El choque de ambos mundos y el papel que juega Max entre uno y otro acerca y mucho, los postulados de esta tercera parte a los de la segunda, conociendo aquí el enemigo de primera mano.
Pero, y ahí viene el bajón en esta entrega, las escenas de acción son mucho menores, y a pesar de su gran final, la parte del desierto y la tribu que rescata al protagonista es algo aburrida y con poco peso. La inclusión de los niños perdidos es forzada y hace que el conjunto cojee, y no de la impresión de un todo cohesionado.
El plano actoral está muy bien, con un Gibson perfecto, una más que digna Tina Turner y unos secundarios que rodean que cumplen a la perfección, pero la película se queda sólo en un buen intento. Es bueno recordar su escaso presupuesto.
Os dejo con el tráiler de Mad Máx, más allá de la cúpula del trueno.
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