domingo, 20 de diciembre de 2015

Star Wars. Episode VII: The Force Awakens (2015)

Cartel del film 

Mucho tiempo ha sido el esperado para ver la nueva entrega de la saga de Star Wars, habida cuenta encima de la ausencia de la Fox y que Disney se ha hecho cargo de esta nueva etapa, vistos los planes de la productora de George Lucas. Pero evidentemente hay cosas que nunca cambiarán, como ese inicio donde el mítico "en una galaxia muy, muy lejana..." que nos pone en antecedentes de lo que vamos a ver. La música de John Williams hace el resto y los aplausos saltan en la sala 25 de Kinépolis. Sobra decir que todo lo que esta saga lleva consigo, los frikies vestidos, los atuendos más que singulares, los niños jugando con espadas láser, etc., forman parte ya del show.
Aquí va mi visión del film, sin spoilers.


Y centrándonos en el film, la duda era clara, ¿estaría a la altura de sus predecesoras? Y sobre todo hablo de las que cronológicamente lo son, es decir, La Guerra de las Galaxias (1977), El Imperio Contraataca (1980) y El Retorno del Jedi (1983). Lo aclaro más adelante.
30 años después de la victoria de la Alianza Rebelde sobre la segunda Estrella de la Muerte (ahí se quedaba el Retorno del Jedi), la galaxia sigue en guerra. Aquí se ha constituido una nueva República, pero una siniestra organización, la Primera Orden, ha resurgido como alma del mal y del lado oscuro de las cenizas del Imperio Galáctico. A los viejos héroes de antaño, que luchan ahora en La Resistencia, se suman nuevos y jóvenes héroes como Poe Dameron (Oscar Isaac), un piloto de caza, Finn (John Boyega) un desertor de la Primera Orden (antiguo soldado), Rey (Daisy Ridley), una jóven chatarrera, y BB-8, un andoride errante y muy peculiar. Todos ellos juntos lucharán contra las Fuerzas del Mal, encabezadas por El Capitán Phasma (Gwendoline Christie), de la Primera Orden y Kylo Ren (Adam Driver), un temible y misterioso personaje que empuña una espada láser de luz roja (recordando por momentos a Darth Vader con su presencia), un malo malísimo, cuya lucha interior tendrá consecuencias sorprendentes.

Finn & Poe

He de decir, primero ante todo, que la nostalgia domina la película, y eso hace que pueda embaucarme y no ser objetivo, pero os aseguro que lo seré. Digamos, a modo de resumen, que el comienzo es extraordinario, tiene un bajoncillo hacia la mitad y remonta en el final con alguna que otra indefinición, que trataré de explicar bajo mi perspectiva. En esa primera parte es donde me ganan totalmente una Daisy Ridley, que para ser su primer film de altura está brutal, se come la pantalla desde el minuto 1, un John Boyega más que digno y un Oscar Isaac que está tremendo, aunque algo desaprovechado, eso si, la química que hay entre Ridley y Boyega y entre Boyega e Isaac es palpable y evidente, lo que hace que esta primera parte sea una gozada hasta la aparición de las viejas glorias, cosa muy de admirar.

Chewbacca & Han Solo

Y llegan las apariciones esperadas, como no, los aplausos se desbordan con la aparición de Han Solo (Harrison Ford muy mayor), Chewbacca (Peter Mayhew) y La Princesa Leia (Carrie Fisher) más gallina vieja que nunca. Ni que decir tiene, que Harrison Ford sigue ocupando la pantalla como pocos, los guiños humorísticos de Chewbacca son imprescindibles y ella... ella es una princesa, mayor, pero princesa. Pero para mi la auténtica estrella del film es BB-8, un pequeño robot de forma esférica, cuya misión en la trama del buen guión, es imprescindible, ya que porta una información muy valiosa, y que encima es ágil, listo y lleno de gags de humor, qué expresividad y qué carisma el del "bichito esférico". La parte de R2-D2 y C3PO simple y llanamente me enterneció. Ahhh si... y Luke Skywalker (Mark Hamill)... también sale claro... más aplausos.

BB-8 y Rey


La parte central de la película es dominio absoluto del director, que sin duda maneja un juguete carísimo que le sienta bien y no le quema en las manos. Su narrativa es excelente, el montaje que ordena desde las alturas perfecto, la fotografía excelsa además de un despliegue de precisión, fuerza e imaginación que hay que reconocer que en algún momento te hace levitar del asiento y aplaudir a rabiar, como el instante de la aparición del Halcón Milenario (más aplausos en la sala) esa "chatarra".
Todo está medido al detalle, y la familiaridad que desprende el conjunto es innegable, además de las naves, las criaturas, los entornos, etc., puestos al día para ser abrazados por los viejos fans y los nuevos. Pero... si... hay un pero, y es que cuando esa nueva perspectiva que ofrece este film empieza a dominar la película, hay algo que no acaba de casar, esos dos mundos que se juntan, el antiguo y el nuevo, faltan lazos fuertes y nexos de unión más claros, ahí para mi está el punto débil.


Era evidente que este testigo que se pasa de generaciones se viera reflejado en la pantalla, y aunque alguna aparición que otra es algo forzada, debe dejar claro de donde venimos, para saber hacia donde vamos, y que así las generaciones nuevas sepan apreciar la grandeza que encierran aquellos films de finales de los años 70.
En definitiva nos hayamos ante un trabajo entretenidísimo, de eso no cabe duda, pero no es una obra maestra, quizás también se le ha mirado con lupa en ese sentido, pero era algo de esperar. Sin duda supera a los Episodios I, II y III, pero no a la trilogía antígua (IV, V y VI).


Ojalá que las siguientes entregas nos hagan emocionarnos todavía más, lo deseo de corazón.

Os dejo con el tráiler oficial.

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