jueves, 16 de enero de 2014

Yut doi jung si (The Grandmaster) (2013)

Cartel del film


 
Hacía tiempo que no veía una película asiática, y el otro día le tocó el turno a The Grandmaster, dirigida por Wong Kar-Wai de Hong Kong, que es un realizador con un sello personal tan particular, que resulta imposible separar el aspecto formal, de su concepción artística de la narración propiamente dicha. Sus películas, no se pueden simplificar en un argumento o sinopsis breve, en gran parte, la forma en la que están rodadas y eso, o se experimenta o es profundamente complicado de explicar.
 
 



 
Aquí habla de un relato sobre las artes marciales y el alma de la civilización china. Dos maestros de kung fu, Ip Man (Tony Leung, actorazo), el hombre que entrenó al mítico Bruce Lee, y la bella Gong Er (Zhang Ziyi, bellísima), que viene desde el norte, se reúnen en la ciudad natal de Ip Man de Foshan, en vísperas de la invasión japonesa en 1936. El padre de Gong Er, un gran maestro de renombre, también viaja a Foshan para su ceremonia de jubilación, que se llevará a cabo en el legendario burdel El pabellón de oro. Esta historia de traición, honor y amor se lleva a cabo durante la época tumultuosa que siguió a la caída de la última dinastía de China, un tiempo de caos, la división y la guerra que también fue la época de oro de las artes marciales chinas. Lo peor de todo es que a la invasión japonesa le siguió una guerra civil en la propia China, lo que provocó en su día la desaparición de muchas familias, costumbres, tradiciones y lugares. Hablamos de un período que comprende desde 1936 a 1953 aproximadamente. 





 
La mejor manera de disfrutar de esta película es la de dejarse llevar por completo y quedar atrapado en las espléndidas imágenes que nos propone el director, fluir con la película, como si de una partitura se tratase, ya que es como una suite contínua al estilo de una orquesta de música clásica. Aunque para mi, su fallo, como el de tantas otras películas asiáticas, son las transiciones silenciosas, con demasiados momentos de recreación de cosas sin importancia, que le quitan demasiado ritmo al film, bajo mi punto de vista. Eso si, las escenas de lucha son realmente espectaculares y muy logradas, con detalles excelentes, a destacar sobre todo la que se desarrolla en una estación de tren y la escena inicial.


 
 
 
Os dejo con el tráiler de ésta interesante partitura cinéfila de artes marciales... cuya sensación final es la de belleza incomparable por momentos, pero de sabor y corazón amargos.
 

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