En 1963 Luchino Visconti adapta la inmortal novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, El Gatopardo quizás la mejor adaptación de un libro al séptimo arte. Ambientada en el Siglo XIX, es la época de la unificación de Italia en torno al Piamonte, cuyo artífice fue Cavour. La acción se desarrolla en Palermo y el protagonista principal es Don Fabrizio, Príncipe de Salina al que da vida un magnífico Burt Lancaster, y su familia, cuya vida se ve alterada tras la invasión de las tropas de Garibaldi de Sicilia en 1860. Todos correrán a refugiarse en la casa de campo que tiene la familia del Príncipe en Donnafugatta. Hasta allí se desplazan, además de la mujer del Príncipe y sus tres hijos, el joven Tancredi (Alain Delon), sobrino predilecto de Don Fabrizio y simpatizante del movimiento liberal de unificación.
Con una magistral dirección y una puesta en escena de fuertes influencias pictóricas, la película se sustenta en un guión adaptado rico en detalles y matices de Suso Checci D'Amico y ENrico Medioli, al que Visconti viste con las mejores galas, mientras la fotografía de Giuseppe Rotunno es extraordinaria, el vestuario es magistral por Piero Tosi y la música de Nino Rota es maravillosa, recuperando para la ocasión una sinfonía suya inacabada y un vals inédito de Verdi.
En la escena mítica del baile sucede una muy interesante conversación entre Don Fabrizio y Angelica (Claudia Cardinale), portentosa secuencia de insuperable diseño y la excelente música que incluye ese "Vals brillante" de Verdi.
Os dejo con la mítica escena.
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