En 1988 Clint Eastwood dirige y produce Bird, el biopic sobre Charlie Parker, al que da vida un magnífico Forest Whitaker. Aquí se narra la corta pero intensa vida de este mítico saxofonista considerado uno de los mejores intérpretes del saxofón alto y padre del bebop junto a Dizzy Gillespie. Nacido en Kansas City, ya desde joven destaca y su fama se desata en su llegada a New York en 1940. Toda esa fama no es bien digerida por la persona, que comienza a abusar del alcohol y las drogas, por lo que su vida se acaba convirtiendo en un infierno.
En la escena inicial de la película y mientras salen los créditos se ve al joven Charlie que ya toca el saxo por casa, y una de sus actuaciones en un club neoyorkino donde hace un solo espectacular que jalean sus músicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario