Cartel del film
Alejandro González Iñarritu, el director mexicano, ha realizado la película El Renacido, después de su éxito del año pasado con Birdman, por la que recibió el Óscar a la mejor película. Este film se basa en la novela de Michael Punke, que a su vez está inspirada en un hecho histórico real. Iñarritu, no sé si conscientemente o no, ha hecho un remake, ya que la historia que nos cuenta del trampero Hugh Glass, metido a la peletería, ya nos fue contada en 1971 cuando Richard C. Sarafian realizó "El hombre de una tierra salvaje (Man in the wilderness)" que protagonizaba Richard Harris. Pero por si fuera poco, se emparenta muchísimo también con otro título un año posterior, de 1972, "Jeremiah Johnson" donde Robert Redford da vida a un hombre que ha decidido vivir en las montañas, donde dominan los violentos indios, y gracias a un viejo trampero consigue sobrevivir.
Tom Hardy & Leonardo Di Caprio
Hasta aquí, lo que digamos es la parte explicativa inicial, pero ahora vayamos al film en concreto, que sin duda es de una gran calidad. Evidentemente, el ramillete de actores es de primer nivel, con Di Caprio haciendo de Glass, Tom Hardy de John Fitzgerald, Domhnall Gleeson como el capitán Henry y Wild Poulter como Bridger, entre otros. Pero ante todo, se trata de un trabajo visualmente exquisito, a lo que ayuda mucho la excelente fotografía de Emmanuel Lubezki, quien te sumerge en esos parajes nevados, para que sientas incluso el mismo frío que los protagonistas. Para redondear, tenemos la atmósfera que crea la música de Carsten Nicolai y Ryûichi Sakamoto, que relatan a la perfección la violencia y crudeza visual de todo lo que hay en la película, que es bastante.
La historia en si se desarrolla en 1823, en las profundidades de la América salvaje, donde el explorador Hugh Glass participa junto a su hijo mestizo Hawk en una expedición de tramperos que recolecta pieles. Glass es el guía del grupo, que primero sufrirá el ataque de los indios reduciendo en número considerable al contingente y luego el propio Glass resulta gravemente herido por el ataque de un oso. Al principio el grupo transporta al explorador malherido, hasta que se dividen y es abandonado a su suerte por un traicionero miembro del equipo, John Fitzgerald interpretado de manera magistral por Tom Hardy. A partir de aquí, el instinto de supervivencia y la fuerza de voluntad harán que Glass se enfrente a un territorio hostil, a un invierno muy duro y a la guerra constante entre indios nativos americanos, para tratar de conseguir acabar su venganza. Una trama relativamente sencilla expuesta de manera brutal.
Sin embargo, hay dos cosas de la cinta que me dejaron algo inquieto, por un lado las constantes referencias en forma de alucinaciones o sueños del protagonista que recuerda a su mujer asesinada por los franceses, que para mi repite en demasiadas ocasiones y ralentiza el ritmo, y por otro la cuestión del metraje, algo largo bajo mi punto de vista, que viene influido por mi primer apunte. Esta película, con poquito más de dos horas hubiera estado cercana a la obra maestra, así no deja de ser un gran film, pero con cosas mejorables.
Domhnall Gleeson
En cuanto al plano actoral, posiblemente estemos ante el papel que por fin le de el ansiado Óscar a Leonardo Di Caprio después de 4 nominaciones. Es curioso como en el éxito de Titanic en su día, él ni estuvo nominado, y luego tanto en El aviador, Diamante de sangre o El Lobo de Wall Street rozó la estatuilla, sin llegar a conseguirlo. Aquí parece que puede haber un momento de inflexión, ya que todo lo que tiene que pasar en este papel, y como lo interpreta, realmente es impresionante. Por otro lado Tom Hardy, que también está nominado como mejor actor de reparto, lo borda haciendo de malvado. Ambos personajes se parecen en el instinto de supervivencia, sin embargo sus motivos son bien distintos. Glass busca vengar la muerte de su hijo, y Fitzgerald sólo mira el dinero y no a las personas.
El director mexicano ha demostrado en algunas ocasiones lo de ir de sobrado, incluso ser algo arrogante, si se me permite la expresión, cosa a lo que ayuda mucho la seguridad que tiene uno en si mismo, sin duda. Pero para mi, precisamente eso es lo que hace que sus dos o tres voladas en el film, no consigue que sea una obra redonda e inolvidable. Esas idas de olla de espiritualidad trascendental me temo que le restan empaque al film, que sólo con la crudeza visual y el sencillo guión, se bastaban solos para crear algo grande. Eso no quita, para que cuando hay que rodar los momentos más físicos, se baje cámara en ristre y ruede como pocos, tanto en el ataque del inicio del film, como en el ataque del oso, ambas escenas habría que ponerlas en las escuelas de cine.
Os dejo con el tráiler de este gran film que es El Renacido.
O sea, la película está bien contada y bien interpretada. Pero me parece excesivo el revuelo y muchos los humos de su realizador. Al fin y al cabo, sólo es otra película de aventuras en tierras salvajes, más o menos como las que citas de los años setenta, más modestas pero igualmente memorables.
ResponderEliminarSaludos.
Ricard: Pues si, y bien hecha. El problema está en la arrogancia de su director al que le sobran cosas, pero no deja de ser, como bien dices, una historia de aventuras dura, con momentos duros, en la onda de las obras setenteras.
EliminarSaludos.