En 1993 Chris Columbus dirige Señora Doubtfire, Papá de por vida, comedia relativa a la separación de un matrimonio compuesto por Daniel Hillard (al que da vida Robin Williams) y Miranda Hillard (Sally Field), aunque los tres hijos de ellos consideran a su padre el mejor y están muy unidos a él. Ella está cansada de que se comporte como un niño y pide el divorcio. El juez le concede la custodia a ella, y él solo puede verles un día a la semana, por lo que él decide con una gran treta hacerse pasar por una señora mayor que hará de canguro de sus propios hijos, la manera más ingeniosa de seguir viéndolos.
En una escena cómica tremenda, una vez hecha la entrevista con su ex-mujer y presentarse por teléfono como la Sra. Doubtfire (Ve Doubt Fire en un recorte de periódico y se lo inventa), Daniel necesita vestirse de arriba a abajo como el personaje que ha creado y recurre a su hermano gay, Frank Hillard (Harvey Fierstein), que le propone diferentes máscaras, diferentes maquillajes, hasta que acaba encontrando el personaje que le cuadra.
Álex de la Iglesia dirige quizás su película más redonda en el año 2000, La comunidad. En ella nos cuenta como Julia, a la que da vida una espléndida Carmen Maura, que es una mujer madura que trabaja en una agencia inmobiliaria, mientras su marido un competente Jesús Bonilla pierde más trabajos de los que pilla, se encuentra con 300 millones de pesetas escondidos en un piso donde su dueño murió. A continuación se traslada al apartamento de arriba y esconde el dinero, pero tiene que enfrentarse a una desquiciada comunidad de vecinos encabezada por Emilio (Emilio Gutiérrez Caba) que hará todo lo posible para retenerla y quedarse con la fortuna. La envidia y la avaricia, algo muy humano, es el verdadero leit-motiv. En esta película están reflejados muchos problemas que estaban de moda como el desempleo, la crisis, la dudas existenciales de la mediana edad, etc., y como es habitual el director cuela sus frikadas, que tiene aquí como protagonista a Charly (Eduardo Antuña) y sus disfraces de Darth Vader.
En una escena cómica de las muchas del film, Julia llega a casa y ve como un vecino García (Eduardo Gómez) está manipulando la cerradura de su vivienda, y le dice a ella que le estaba quitando silicona de un intento de forzar la cerradura. Ella entra en la casa y se pone a meter los fajos de billetes en una maleta, pero le llaman por teléfono de la agencia diciendo que dos personas (Mariví Bilbao y Silvia Casanova) van a ver el piso justo en ese momento, a ella le entran las prisas cuando empiezan a llamar, guarda la maleta y las recibe. Como se las quiere quitar de el medio, las acaba llamando momias lesbianas y las despide abruptamente.
En el año 1969 George Roy Hill dirige Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and Sundance Kid en inglés). Paul Newman es Butch Cassidy y Robert Redford es Sundance Kid, líderes de un grupo de pistoleros y asaltantes de Wyoming que no matan a sus víctimas, son pistoleros románticos. Butch es quien organiza, y Sundance el hombre de acción. Pero les pilla la civilización del Oeste, los tiempos están cambiando que diría Dylan y cuando asaltan un tren, los dos empiezan a ser perseguidos por un pelotón de hombres.
Sin ser un film perfecto, es uno de los títulos míticos por excelencia, no sólo dentro del género del western, sino del cine en general. Una de las películas más recordadas y queridas por sus dos estrellas principales, Newman y Redford, declarando el primero en alguna ocasión que fue el rodaje más divertido en el que había participado.
En una escena mítica, de las muchas que tiene, dentro de la banda de Butch hay disidentes, y cuando llegan a su lugar de reunión habla con News Carver (Timothy Scott) que le dice que están planeando el asalto del Flyer, pero Butch quiere atracar bancos, a lo que Harvey Logan (Ted Cassidy) dice que el objetivo es el Flyer haciendo ver que ahora es el jefe de la banda él y no Butch, es decir, un motín. La cosa acaba en un duelo, que dura segundos cuando Butch le pega una patada en los huevos a Logan y luego un puñetazo enorme de remate.
Randall Wallace, guionista de Braveheart de Mel Gibson en 1995, dio el salto a la dirección en 1998 con una ópera prima titulada El hombre de la máscara de hierro, basada en la novela de Alejandro Dumas y que sin quererlo se convirtió en una continuación de Los Tres Mosqueteros de Stephen Herek de 1993. Brillante al igual que aquella en su reparto, pero con la diferencia de cambiar a los jóvenes de aquella por cuatro pesos pesados que se roban el protagonismo como quieren y que se enfrentan a un Leonardo DiCaprio que se apunta a hacer un doble papel de hermanos opuestos.
El tiránico Luis XIV, al que da vida Leonardo DiCaprio, sume a Francia en la miseria más absoluta, mientras que D'Artagnan (Gabriel Byrne) sigue cumpliendo con su trabajo como mosquetero, sus tres ex-compañeros Aramis (Jeremy Irons), Athos (John Malkovich) y Porthos (Gérard Depardieu) planean un golpe para salvar el país del rey, liberar al Hombre de la Máscara de Hierro, un preso que resulta ser Phillipe, hermano gemelo del rey, para reemplazar a uno por otro. El rey es un déspota que vive para llevarse a la cama a las chicas de la corte y destrozar cuantas vidas se topan con él. Pero los tres mosqueteros en 1662 viven a su aire, Porthos es un mujeriego, Aramis es sacerdote y Athos sólo se preocupa por su hijo.
En una escena mítica, de repente D'Artagnan le pide a Aramis que acuda en presencia del rey, su majestad le pide que mate al líder secreto de los jesuitas, porque se le oponen. Mientras tanto en París la población se muere de hambre, algo que el consejero del rey (Hugh Laurie) recuerda al monarca, pero justo en ese instante aparece Aramis...
En el año 2020 Leigh Whannell (que hizo Saw en 2004) dirige El hombre invisible, cinta basada en la mítica novela de H. G. Wells de 1897 (autor también de novelas como La máquina del tiempo, o La guerra de los mundos), de la cual ya habían sido adaptadas a la gran pantalla diversos trabajos como el de James Whale en 1933, encarnando Claude Rains al maníaco protagonista. Este film tuvo mucho éxito, así Universal recicló años después el concepto en una cadena de secuelas cuyo título daba idea de la decreciente calidad y escasez de ideas como "El regreso del hombre invisible" (1940), "La mujer invisible" (1940), "El agente invisible" (1942) o "La venganza del hombre invisible" (1944), antes de rematar con la inevitable "Abbot y Costello contra el hombre invisible" (1951). Ya después vinieron otras versiones más o menos fieles con la obra original, una turca de 1955, otra rusa de 1984 y en ese mismo año una adaptación de la BBC como miniserie de televisión de seis capítulos, ambientada en la época de la novela, y que es la más respetuosa con el texto original. En los 80 y 90 hubo cierta degeneración en carnaza para serie B del tema del hombre invisible, aunque de esa época me gusta rescatar el film "El hombre sin sombra"(2000) de Paul Verhoeven donde el papel principal era para Kevin Bacon.
En esta cinta del año 2020 Cecilia Kass, a la que da vida Elisabeth Moss, escapa de la casa de su novio, Adrian Griffin, al que encarna Oliver Jackson-Cohen, que es un ingeniero millonario especializado en óptica, que ha estado maltratándola psicológicamente, y ejerciendo sobre ella un control obsesivo. Asustada, ella se esconde en el hogar de un amigo policía, James Lanier, al que da vida Aldis Hodge, y semanas después recibe la noticia de que su ex-novio se ha suicidado. Sin embargo, su cordura se empieza a tambalear cuando empieza a tener la certeza de que en realidad sigue vivo. El hermano de su ex-novio, Tom (Michael Dorman), es el abogado que gestiona su testamento y le comunica que le ha legado a ella una fortuna de cinco millones de dólares. En vida siempre él le prometió que la acecharía, aunque fuera de manera invisible y ella empieza a sentirse vigilada, acosada, lo que carcome su vida y alienándola con la gente que la rodea que piensan que sufre un trastorno mental. La interpretación de Elisabeth Moss está a una gran altura, la verdad.
De la novela original, si tenemos al científico apellidado Griffin que crea un sistema para volverse invisible, la fórmula química de la novela de Wells es aquí sustituida por un traje de alta tecnología que refleja la luz, y eso sí, a semejanza de la novela, el tipo es un individuo mentalmente inestable.
En una escena que se ha convertido en mítica Cecilia entra al laboratorio donde ve una cámara que la graba y se ve en una pantalla, de repente un mecanismo se activa y el aparato que hay allí empieza a construir una figura, que es un traje de altísima tecnología que refleja la luz, ante lo que ella asiste alucinada.
Como decía ayer, en 1977 Steven Spielberg dirige Encuentros en la tercera fase, cinta de ciencia ficción dentro de una década como los 70 donde este tipo de cine tuvo un renacimiento, y diría que hasta una reinvención. No sólo se trataba del aspecto visual, que recibió un gran empuje gracias al desarrollo de nuevos efectos especiales por parte de la industria Light and Magic de George Lucas, tampoco del sonido, aunque éste entró en una nueva dimensión gracias a los efectos creados por especialistas como Walter Murch o la música compuesta por gente como John Williams, que reemplazaron las piezas electrónicas por partituras con aproximación neoclásica, todo cambió, tanto en la forma de realizar las películas como en el modo en que eran promocionadas y vendidas.
Steven Spielberg, fue, sin embargo, un visionario muy alejado del resto de directores que hoy día se limitan a copiar los mismos clichés que él y el resto de su quinta de jóvenes talentos inventaron en los 70 como Scorsese o Coppola. Hay que decir que a este director siempre se le relaciona con éxitos comerciales, cine de entretenimiento y exitoso, pero tal vez debido a ese aura, parece haberle costado demostrar que muchas de sus películas más comerciales están cerca de otras corrientes cinematográficas.
En la historia se nos cuenta como una noche, cerca de su casa en Indiana, Roy Neary, al que da vida Richard Dreyfuss, observa en el cielo unos misteriosos objetos voladores. A partir de ahí, vive totalmente obsesionado por comprender lo que ha visto, lo que le aleja y distancia de su esposa Ronnie (Teri Garr, a la que conocimos muchos en el Jovencito Frankesntein). Pero él encuentra apoyo en una mujer que también ha sido testigo de los mismos hechos, y juntos intentan encontrar una respuesta al misterio que ha alterado considerablemente sus vidas. Al mismo tiempo, un gran grupo de científicos internacionales comienza a investigar las apariciones de ovnis y otros extraños fenómenos en la zona. Además todos los personajes del film parten hacia un punto clave donde cada uno de ellos encuentra lo que busca, es el Monte del Diablo, que realmente está en Dakota del Sur, y que desde el estreno de el trabajo es lugar de peregrinación continuo y mundial.
John Williams se encargó de la banda sonora y compuso más de trescientas variaciones del tema de cinco notas que se utiliza para poder comunicarse con los seres extraterrestres, en una escena absolutamente mítica. Del resto de temas me quedo hoy con The mountain.
En 1977 Steven Spielberg dirige Encuentros en la tercera fase, cinta de ciencia ficción dentro de una década como los 70 donde este tipo de cine tuvo un renacimiento, y diría que hasta una reinvención. No sólo se trataba del aspecto visual, que recibió un gran empuje gracias al desarrollo de nuevos efectos especiales por parte de la industria Light and Magic de George Lucas, tampoco del sonido, aunque éste entró en una nueva dimensión gracias a los efectos creados por especialistas como Walter Murch o la música compuesta por gente como John Williams, que reemplazaron las piezas electrónicas por partituras con aproximación neoclásica, todo cambió, tanto en la forma de realizar las películas como en el modo en que eran promocionadas y vendidas.
Steven Spielberg, fue, sin embargo, un visionario muy alejado del resto de directores que hoy día se limitan a copiar los mismos clichés que él y el resto de su quinta de jóvenes talentos inventaron en los 70 como Scorsese o Coppola. Hay que decir que a este director siempre se le relaciona con éxitos comerciales, cine de entretenimiento y exitoso, pero tal vez debido a ese aura, parece haberle costado demostrar que muchas de sus películas más comerciales están cerca de otras corrientes cinematográficas.
Pero nos centramos en este film donde encontramos cierta intención por parte del director por agradar a todo tipo de público, pero es que el tema de la llegada de extraterrestres que se trata en la película, es pionero en abordar el tema con un rigor científico tremendo. De hecho, mucho de lo que sucede en la cinta, está basado en las teorías de investigadores en la materia, como el caso del famoso investigador UFO, Joseph Allen Hynek, que incluso realiza un cameo al final de la cinta. Además, Spielberg, que llevaba desde los comienzos de su carrera en el cine queriendo dar el salto a la ciencia ficción, se involucró y mucho en las propias investigaciones de su amigo Hynek. Es importante aclarar, que este tema del contacto con alienígenas Steven lo trata de manera pacífica, sin amenazas, como por contra si había sido diferente en películas anteriores como por ejemplo Últimatum a la Tierra de Richard Wise, donde acababan siendo violentos, de hecho los alienígenas de Spielberg tienen apariencia inofensiva, incluso débil.
En la historia se nos cuenta como una noche, cerca de su casa en Indiana, Roy Neary, al que da vida Richard Dreyfuss, observa en el cielo unos misteriosos objetos voladores. A partir de ahí, vive totalmente obsesionado por comprender lo que ha visto, lo que le aleja y distancia de su esposa Ronnie (Teri Garr, a la que conocimos muchos en el Jovencito Frankesntein). Pero él encuentra apoyo en una mujer que también ha sido testigo de los mismos hechos, y juntos intentan encontrar una respuesta al misterio que ha alterado considerablemente sus vidas. Al mismo tiempo, un gran grupo de científicos internacionales comienza a investigar las apariciones de ovnis y otros extraños fenómenos en la zona. Además todos los personajes del film parten hacia un punto clave donde cada uno de ellos encuentra lo que busca, es el Monte del Diablo, que realmente está en Dakota del Sur, y que desde el estreno de el trabajo es lugar de peregrinación continuo y mundial.
John Williams se encargó de la banda sonora y compuso más de trescientas variaciones del tema de cinco notas que se utiliza para poder comunicarse con los seres extraterrestres, en una escena absolutamente mítica.
Si hay una comedia romántica por excelencia de Woody Allen, esa es Annie Hall, de 1977. Aquí será un momento clave de su filmografía, ya que si bien su primera etapa era más disparatada, no exenta de genialidad, con referentes en Bob Hope o los Hermanos Marx, será en esta cinta donde manteniendo la fidelidad a su comicidad basada en sus típicas neuras, deseos y miedos, cobró más seriedad en el asunto de las relaciones y de las reflexiones de sus personajes siempre urbanitas.
Aquí Allen interpreta a Alvy Singer, un cómico judío y cuarentón de Brooklyn, New York, que se enamora de Anni Hall (Diane Keaton). Él trabaja de cómico en clubs nocturnos, y ella es una tímida cantante que no se atreve a dar el paso definitivo. Después de un tiempo juntos, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, etc., pero sobre todo su relación con Annie que le marcó mucho. Al final llegará a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que arruinan su relación con las mujeres.
En una escena mítica los dos vienen de jugar al tenis, y Alvy le dice a ella lo bien que juega al tenis, aunque le dice lo mal que conduce, lo bien que viste a lo progre, su corbata (que ella dice que se la dio su abuela), etc., vamos que ella le invita a subir a su casa y allí ve y comenta todo lo que ve, fotos, libros...
En el año 2021 Ilya Naishuller dirige Nadie, una película que me sorprendió desde su inicio, y que me parece una acertadísima vuelta de tuerca dentro del género acción. El film se centra eb la vida de Hutch Mansell al que da vida Bob Odenkirk, conocido por ser el abogado Salu Goodman o Jimmy mcGill de las series Better Call Saul o Breaking bad, es un hombre de familia corriente, con un empleo rutinario (contador en la empresa del padre de su esposa) hasta que un día unos ladrones entran en su casa y él renuncia a defenderse y defender a su familia con el fin de evitar complicaciones. Eso decepciona a su hijo Blake (Gage Munroe) y a su mujer Becca (Connie Nielsen) que empiezan a distanciarse de él. Este incidente le empieza a reconcomer por dentro y hará que salga a la luz su lado más violento y oscuro.
El asunto es que cuando Hutch empieza a repartir es un auténtico crack, y no deja títere con cabeza, como en la escena mítica del autobús, con unos tipos que iban de malotes y acaban bastante mal.
Como todo el mundo sabe, o debería saber, casi todo lo que ha tocado o en todo aquello que Steven Spielberg ha decidido participar, acaba siendo éxito seguro. En 1985 Robert Zemeckis dirige Regreso al futuro, mientras que el guión era del propio Zemeckis y su amigo Bob Gale, mientras que la producción corrió a cargo de Spielberg. Este film fue la joya de la corona de la Amblin Entertainment, la mítica productora de Steven Spielberg de los 80, y refleja perfectamente lo que eran las producciones juveniles de la época, siendo su mejor exponente.
La idea de la cinta, según Bob Gale, se le ocurrió tras ojear el anuario del instituto de su padre, fue entonces cuando pensó cómo sería si él y su padre fueran amigos cuando éste era un adolescente, se lo trasladó a Zemeckis y el guión empezó a fluir.
Columbia Pictures era la productora encargada inicial, pero la aparcaron, luego Zemeckis tuvo que venderla a otras productoras, siendo rechazada por Disney por considerar que un film que narra como una madre se enamoraba de su propio hijo, no era apropiado para su sello (algo comprensible). Ahí es donde entró Spielberg, que se hizo cargo de la producción, pero volvió a aparcarse para que Zemeckis dirigiese Tras el corazón verde en 1984, pero al retomarlo, todo fue viento en popa, y salió a la luz en 1985. Para el papel protagonista el director tenía claro que tenía que ser Michael J. Fox, aunque en esa época estaba comprometido rodando la serie Enredos de familia, después de un primer rechazo por el actor, lo retomaron haciendo un cuidadoso planning para él que le permitía sobrellevar ambos proyectos, por el día curraba en la serie y por las noches en la película, mientras las escenas de día se rodaban en fin de semana.
La historia que se nos cuenta es la de Marty McFly (Michael J. Fox), cuyo amigo Doc (Christopher Lloyd) es un científico al que todos consideran un loco. Doc crea una máquina para viajar en el tiempo que primero prueban con un perro, al que llaman Einstein, pero cuando lo prueban con Marty, un error fortuito hace que McFly llegue a 1955, año en el que sus padres aún no se habían conocido. Después de impedir su primer encuentro, debe conseguir que se conozcan y se casen, de lo contrario su existencia no sería posible.
La banda sonora original del film es una mezcla de la partitura escrita por Alan Silvestri y una selección de temas de pop, rock y soul muy interesantes entre los que estaban Huey Lewis & The News, Lindsay Buckingham, Eric Clapton o Etta James.
Os dejo con el tema Einsten disintegrated de Alan Silvestri.
Hoy 24 de octubre se estrenó en todo el mundo el biopic de Bruce Springsteen dirigido por Scott Cooper (que dirigió Crazy Heart e hizo ganar el Oscar a Jeff Bridges) titulado Deliver me from nowhere y que está basado en el libro de Warren Zanes. Desde luego si echamos la mirada atrás y revisamos los últimos films hechos sobre estrellas de la música, Elvis, Bob Dylan, Elton John, etc., digamos que este evita desde el primer momento los tópicos en los que si caían los anteriores, ya que se trata de un film bastante intimista y centrado en una época concreta en la que el artista no pasaba por su mejor momento personal. El propio Springsteen ha estado involucrado en el desarrollo del proyecto, aunque prefirió mantenerse al margen del rodaje en las escenas más íntimas. Según declaraciones del propio Bruce: "Involucra, en cierto modo, algunos de los días más dolorosos de mi vida, sabía que si estaba allí, Jeremy no sería capaz de sentirse completamente libre".
Y es que Jeremy Allen White, actor elegido para interpretar a Bruce, no tiene un físico muy parecido a él, pero en lo que el actor ha trabajado es en los movimientos y gestos del músico, donde ahí se se aprecia un trabajo arduo.
Aquí desde el primer momento, se deja claro que no se va a hablar del Springsteen de estadios ni de sus shows en grandes recintos, si no que la película arranca cuando acaba la exitosa gira de The river, y el músico se pide a si mismo hacer otro tipo de canciones que el cuerpo le pide. Se hacen flashbacks continuos a su infancia en New Jersey, y a la relación con su madre y su padre, ésta última realmente difícil por los excesos de su progenitor con el alcohol.
Esa mirada contenida, oscura y que se adentra en las partes más vulnerables de la persona son las que dominan el trabajo.
Un papel muy importante en el film es el que desarrolla Jeremy Strong que hace de Jon Landau, el máganer de Bruce y que era siempre la primera persona en la que el artista se apoyaba tanto para entregarle los avances de sus composiciones, como para ser la persona que le prestara apoyo en los momentos duros.
La película está centrada en la concepción del disco Nebraska de 1982, que se grabó en su casa en cinta, con un cuatro pistas algo rudimentario, repleto de errores técnicos, pero con una pureza que al propio Bruce le encantaba y que quería que se reflejara en la edición final del disco, como así acabó siendo. El film se centra en ese proceso creativo, en el que vuelve a tener influencia de ese film de 1973, Badlands, de Terrence Malick, y en el que Bruce inicia una relación con una hermana de un antiguo compañero de instituto, Faye Romano (Odessa Young) que se verá afectada por el momento personal sombrío que domina su vida.
Pero será la relación con su padre Douglas (Stephen Graham) la que marque gran parte del film, una relación que le marcó de pequeño y le seguía afectando de mayor, hasta el punto de querer estar cerca de ellos cuando se mudan a California.
Ese contexto en el que trata de reconciliar las presiones del éxito con los fantasmas de su pasado, atormentan a la persona constantemente.
También es curioso como en el proceso de composición, aparecen canciones que quedarían aparcadas en ese momento porque iban en otra onda, hablamos de Born in the USA, Cover me, I'm on fire o Glory days, que ya formarían parte del siguiente disco Bron in the USA y que le darían a Bruce fama planetaria. Es interesante ver cuando Jon Landau muestra las canciones de Nebraska al jefe de CBS, la compañía discográfica, y su no comprensión de ese cambio, cuando lo que querían era seguir haciendo dinero con temas comerciales, pero eso sería más adelante.
Como decía no hace mucho, Quentin Tarantino dirigió su sexta película en 2009 llamada Malditos Bastardos, si juntamos las dos partes de Kill Bill en una sola, realmente es un film dividido en dos partes. En el film se nos cuenta una historia en la Francia ocupada por los nazis en la II Guerra Mundial, donde confluyen varios personajes, una joven judía llamada Shosanna Dreyfus (a la que da vida Mélanie Laurent) que al principio presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz) y que escondida huye a París, donde regentará un cine, la llegada de otro joven soldado alemán convertido en un héroe gracias al mismo cine, espías británicos, americanos, etc., y en medio de ellos, Los Bastardos, un grupo de judíos al servicio de los Aliados, que comanda un norteamericano llamado Aldo Raine (Brad Pitt), cuya única misión es sembrar el pánico, la muerte y la destrucción en las filas del ejército alemán. Los hombres de Raine y una actriz alemana Bridget von Hammersmark (Diane Kruger), que trabaja para los aliados, deben llevar a cabo una misión para hacer caer a los jefes del Tercer Reich.
El guion es otra locura perpetrada por Quentin Tarantino, capaz de cambiar la misma historia de la guerra, al tiempo que intercala reflexiones en forma de largos diálogos en escenas de acción rápidas y brutales y con un humor negro en muchas ocasiones muy destacado.
En una escena mítica Aldo Raine está intentando sacar información a un soldado alemán, de unos cuantos a los que han capturado, de donde está una parte de su ejército en el mapa, lógicamente el soldado se niega en varias ocasiones para no delatar a sus compañeros, pero sabe que su final no será bonito, Aldo le avisa de que el Sargento Donny Donowitz (Eli Roth), también conocido por su apodo "El oso judío" que se caracteriza por matar alemanes con su bate de beisbol y volarles la cabeza.
Hace ya 13 años, tal día como hoy, inauguré este blog en el que hablo sobre cine, películas, cortos, series, escenas míticas, escenas cómicas, estrenos de cine, bandas sonoras, noticias, etc...
Es cierto que cuando inicié esta aventura, con expectativas muy modestas, la cosa era complicada, pero con el paso del tiempo, el trabajo, los posts realizados y demás, la respuesta es bastante sentida y sobre todo se comparten opiniones de todo tipo.
Quiero dar las gracias a todos, a blogeros que son seguidores, comentaristas y lectores, a los no blogeros que también comentan y leen, a los blogeros que sólo leen, a los que sin ser blogeros se hicieron seguidores, a los que no son ni blogeros ni seguidores, pero se pasan a leer o comentar, a aquellos que sólo leen aunque no digan nada, e incluso a aquellos que sólo se pasan a criticar pero educadamente, claro. Y desde luego ya desde el asunto de la pandemia que no fue fácil, ya hemos recuperando bastante aquello de ir al cine, durante un tiempo ha sido difícil, el séptimo arte lo merece y creo que ya estamos en los ritmos de antes.
Aparte de estadísticas, de si te visita más o menos gente, de si hay más o menos comentarios, lo importante es que el cine sigue muy vivo, se siguen haciendo grandes películas, claro que lo necesitamos y aquí vamos comentando sobre lo que un servidor puede ver.
Arnold Scharzenegger es un gran seguidor de este espacio y la devoción obviamente es mutua, siempre a los pies de un crack como él. Otro año más y parece increíble, hablando de estrenos fulgurantes, noticias, películas, cortos, manteniendo mis viejas secciones de escenas cómicas y escenas míticas, y alguna seminueva como las bandas sonoras míticas, en definitiva un trabajo constante del que estoy muy orgulloso y quería compartir con todos. Además sigue vivo mi viejo blog de música, aún más veterano.
Aún recuerdo el primer post hablando de la película Drive, que me impulsó de manera definitiva a hablar de cine a día de hoy, una de tantas películas que me dejó huella.
Hoy es un día de celebración, pero quiero tener un recuerdo para esa gran actriz Dian Keaton, que nos dejó el pasado domingo 12 de octubre a los 79 años. Diane saltó a la fama con El Padrino con el papel de Kay Adams en 1972, la mujer de Michael Corleone, ganó un premio Óscar por su papel en Annie Hall y se hizo con dos Globos de Oro y un Bafta. También fue conocida por su trabajo en films como Rojos, Cuando menos te lo esperas..., La habitación de Marvin, El padre de la novia o El club de las primeras esposas, a parte de la segunda y tercera parte de El Padrino, obviamente.
Si hay una comedia romántica por excelencia de Woody Allen, esa es Annie Hall, de 1977. Aquí será un momento clave de su filmografía, ya que si bien su primera etapa era más disparatada, no exenta de genialidad, con referentes en Bob Hope o los Hermanos Marx, será en esta cinta donde manteniendo la fidelidad a su comicidad basada en sus típicas neuras, deseos y miedos, cobró más seriedad en el asunto de las relaciones y de las reflexiones de sus personajes siempre urbanitas.
Aquí Allen interpreta a Alvy Singer, un cómico judío y cuarentón de Brooklyn, New York, que se enamora de Anni Hall (Diane Keaton). Él trabaja de cómico en clubs nocturnos, y ella es una tímida cantante que no se atreve a dar el paso definitivo. Después de un tiempo juntos, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, etc., pero sobre todo su relación con Annie que le marcó mucho. Al final llegará a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que arruinan su relación con las mujeres.
En una escena cómica ambos están en una librería, y Alvy escoge libros acerca de la muerte para regalárselos a Annie, un asunto con el que dice estar obsesionado, y su visión pesimista de la vida donde considera que hay cosas u horribles o miserables...
Quentin Tarantino dirigió su sexta película en 2009 llamada Malditos Bastardos, si juntamos las dos partes de Kill Bill en una sola, realmente es un film dividido en dos partes. En el film se nos cuenta una historia en la Francia ocupada por los nazis en la II Guerra Mundial, donde confluyen varios personajes, una joven judía llamada Shosanna Dreyfus (a la que da vida Mélanie Laurent) que al principio presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz) y que escondida huye a París, donde regentará un cine, la llegada de otro joven soldado alemán convertido en un héroe gracias al mismo cine, espías británicos, americanos, etc., y en medio de ellos, Los Bastardos, un grupo de judíos al servicio de los Aliados, que comanda un norteamericano llamado Aldo Raine (Brad Pitt), cuya única misión es sembrar el pánico, la muerte y la destrucción en las filas del ejército alemán. Los hombres de Raine y una actriz alemana Bridget von Hammersmark (Diane Kruger), que trabaja para los aliados, deben llevar a cabo una misión para hacer caer a los jefes del Tercer Reich.
El guion es otra locura perpetrada por Quentin Tarantino, capaz de cambiar la misma historia de la guerra, al tiempo que intercala reflexiones en forma de largos diálogos en escenas de acción rápidas y brutales y con un humor negro en muchas ocasiones muy destacado.
La banda sonora es una mezcla de temas compuestos por Ennio Morricone, aunque pueda parecer raro, la música de western que utiliza Tarantino pega en una película bélica, junto a una selección de temas para momentos concretos de Billy Preston o David Bowie entre otros.
El tema The Surrender (La Resa) suena cuando el batazo al soldado alemán...
Woody Allen dirige en 2011 Midnight in Paris, un film esperanzador, amable y vital, es por decirlo de manera fácil un film sencillamente embriagante, y en esa sencillez radica su grandeza. Una película de no muy grandes pretensiones, puede ser igual de buena que una arriesgada al máximo, y en este caso nos encontramos.
La historia va de un escritor norteamericano algo bohemio, Gil (Owen Wilson), hastiado de su trabajo y que llega a París con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta (muy conservadores), con el fin de preparar todo para su boda. En el transcurso de sus visitas a la ciudad, se encuentran con una pareja, de la cual fue novia Inez de él. En una noche que Gil se queda sólo y vagando por las calles de París soñando con los felices años 20, de los que él es absoluto fanático, sufre una especie de hechizo, que hace que a medianoche en un lugar del Barrio Latino (precioso por dios) se vea teletransportado en tiempo a otro universo y otra época donde conoce a personajes que jamás imaginaba conocería...
La banda sonora es música de jazz seleccionada por el director, y donde hay piezas realmente interesantes como la de Stephane Wrembel, ese Bistro Fada. Stephane Wrembel es un guitarrista de jazz francés que llevaba varios films colaborando con Allen.
Os dejo con el tema Bistro Fada de Stephane Wrembel.
Quentin Tarantino dirigió su sexta película en 2009 llamada Malditos Bastardos, si juntamos las dos partes de Kill Bill en una sola, realmente es un film dividido en dos partes. En el film se nos cuenta una historia en la Francia ocupada por los nazis en la II Guerra Mundial, donde confluyen varios personajes, una joven judía llamada Shosanna Dreyfus (a la que da vida Mélanie Laurent) que al principio presencia la ejecución de su familia por orden del coronel Hans Landa (Christoph Waltz) y que escondida huye a París, donde regentará un cine, la llegada de otro joven soldado alemán convertido en un héroe gracias al mismo cine, espías británicos, americanos, etc., y en medio de ellos, Los Bastardos, un grupo de judíos al servicio de los Aliados, que comanda un norteamericano llamado Aldo Raine (Brad Pitt), cuya única misión es sembrar el pánico, la muerte y la destrucción en las filas del ejército alemán. Los hombres de Raine y una actriz alemana Bridget von Hammersmark (Diane Kruger), que trabaja para los aliados, deben llevar a cabo una misión para hacer caer a los jefes del Tercer Reich.
El guion es otra locura perpetrada por Quentin Tarantino, capaz de cambiar la misma historia de la guerra, al tiempo que intercala reflexiones en forma de largos diálogos en escenas de acción rápidas y brutales y con un humor negro en muchas ocasiones muy destacado.
En una escena mítica el destino hace que todos se encuentren en el cine donde Shosanna espera su momento para la venganza. Hans Landa le pregunta a Bridget que le pasó en la pierna que lleva escayolada y ella le dice que fue practicando alpinismo, lo que provoca la risa tremebunda de Hans, luego le pide que le presente a sus amigos, que les presenta como italianos... y ellos se ponen a hablar en "italiano" con Hans...
Repetimos con una pareja que siempre ha sido sinónimo de éxito, Steven Spielberg a la dirección y John Williams a la banda sonora original. Hablamos hoy de E. T. de 1982, un film que es una mezcla de varios elementos, pero sobre todo es la historia de una amistad entre un niño de padres separados llamado Elliot, al que da vida Henry Thomas, y un entrañable ser proveniente de otro planeta. El ser se queda abandonado en la Tierra cuando su nave, al emprender el regreso, se olvida de él, encontrándose solo y tiene obviamente miedo, pero se hace amigo de Elliot, que lo esconde en su casa. Elliot y sus hermanos intentarán que el extraterrestre regrese a su planeta antes de que policía o científicos le descubran.
E. T. pasa por ser uno de los films más queridos de Spielberg, que en alguna ocasión ha comentado que para superar el divorcio de sus padres le gustaba inventar que tenía un amigo extraterrestre, esa idea germinó en este film.
En una escena mítica al inicio del film, Elliot va al cobertizo con la pizza que ha pedido con sus hermanos, pero va al cobertizo donde hay luz, tira su pelota de beisbol y se la devuelve alguien, es entonces cuando se asusta, se cae y va a casa a decirlo, salen todos y cuando llegan ven huellas pero nada más y creen que han sido coyotes. Pero al irse a dormir, Elliot sigue en vela, el perro nota algo y él decide bajar al cobertizo de nuevo con linterna, no ve nada allí y se adentra en la maleza, donde escucha algo y acaba viendo al ser extraterrestre, y sufriendo un shock, que le hace perder la linterna y asustarse de manera tremenda.
Como todo el mundo sabe, o debería saber, casi todo lo que ha tocado o en todo aquello que Steven Spielberg ha decidido participar, acaba siendo éxito seguro. En 1985 Robert Zemeckis dirige Regreso al futuro, mientras que el guión era del propio Zemeckis y su amigo Bob Gale, mientras que la producción corrió a cargo de Spielberg. Este film fue la joya de la corona de la Amblin Entertainment, la mítica productora de Steven Spielberg de los 80, y refleja perfectamente lo que eran las producciones juveniles de la época, siendo su mejor exponente.
La idea de la cinta, según Bob Gale, se le ocurrió tras ojear el anuario del instituto de su padre, fue entonces cuando pensó cómo sería si él y su padre fueran amigos cuando éste era un adolescente, se lo trasladó a Zemeckis y el guión empezó a fluir.
Columbia Pictures era la productora encargada inicial, pero la aparcaron, luego Zemeckis tuvo que venderla a otras productoras, siendo rechazada por Disney por considerar que un film que narra como una madre se enamoraba de su propio hijo, no era apropiado para su sello (algo comprensible). Ahí es donde entró Spielberg, que se hizo cargo de la producción, pero volvió a aparcarse para que Zemeckis dirigiese Tras el corazón verde en 1984, pero al retomarlo, todo fue viento en popa, y salió a la luz en 1985. Para el papel protagonista el director tenía claro que tenía que ser Michael J. Fox, aunque en esa época estaba comprometido rodando la serie Enredos de familia, después de un primer rechazo por el actor, lo retomaron haciendo un cuidadoso planning para él que le permitía sobrellevar ambos proyectos, por el día curraba en la serie y por las noches en la película, mientras las escenas de día se rodaban en fin de semana.
La historia que se nos cuenta es la de Marty McFly (Michael J. Fox), cuyo amigo Doc (Christopher Lloyd) es un científico al que todos consideran un loco. Doc crea una máquina para viajar en el tiempo que primero prueban con un perro, al que llaman Einstein, pero cuando lo prueban con Marty, un error fortuito hace que McFly llegue a 1955, año en el que sus padres aún no se habían conocido. Después de impedir su primer encuentro, debe conseguir que se conozcan y se casen, de lo contrario su existencia no sería posible.
Me detengo en esa escena mítica inicial en la que hacen la prueba con el perro, y Doc está verdaderamente entusiasmado, sobre todo con que el coche alcance los 140 km/h y convierta al Delorean en una máquina del tiempo.
En 1988 Tom Holland dirige El muñeco diabólico donde el vudú y el terror se apoderan de un muñeco de aspecto inocente, pero en el que habita el alma de un asesino en serie. Cuando Andy Barclay (Alex Vincent), un niño de seis años de edad, asegura que "Chucky", su nuevo muñeco, ha arrojado violentamente por la ventana a su niñera, nadie le cree. Pero después ocurrirán una serie de horribles asesinatos, conducen al detective que se ocupa del caso hasta el muñeco, es entonces, cuando descubre el auténtico terror, y que no ha hecho más que empezar. El plan del malvado muñeco es transferir su diabólico espíritu a un ser humano, y el pequeño Andy parece ser el candidato perfecto.
En una escena mítica, el muñeco acaba de llegar a casa, y Karen Barclay (Catherine Hicks) madre de Andy, recibe una frase del muñeco, cuando va a la caja donde ha venido se da cuenta que las pilas estaban todavía en la caja, por lo que se asusta, y él se presenta como Chucky y se escurre debajo del sofá.
Woody Allen dirige en 2011 Midnight in Paris, un film esperanzador, amable y vital, es por decirlo de manera fácil un film sencillamente embriagante, y en esa sencillez radica su grandeza. Una película de no muy grandes pretensiones, puede ser igual de buena que una arriesgada al máximo, y en este caso nos encontramos.
La historia va de un escritor norteamericano algo bohemio, Gil (Owen Wilson), hastiado de su trabajo y que llega a París con su prometida Inez (Rachel McAdams) y los padres de ésta (muy conservadores), con el fin de preparar todo para su boda. En el transcurso de sus visitas a la ciudad, se encuentran con una pareja, de la cual fue novia Inez de él. En una noche que Gil se queda sólo y vagando por las calles de París soñando con los felices años 20, de los que él es absoluto fanático, sufre una especie de hechizo, que hace que a medianoche en un lugar del Barrio Latino (precioso por dios) se vea teletransportado en tiempo a otro universo y otra época donde conoce a personajes que jamás imaginaba conocería...
En una escena mítica está con Salvador Dalí (al que da vida Adrien Brody), y que ya había conocido en una fiesta como el mismo pintor español le recuerda y después de decirle que le encanta todo lo francés (está muy adaptado al idioma y demás) le pregunta si le gustan los rinocerontes, y dice que él los pinta, en eso que llegan los amigos de Dalí, Luis Buñuel entre ellos (Adrien de Van) y Man Ray (Tom Cordier) y a los tres el protagonista les cuenta su pequeña historia de que viene del futuro, siendo ellos surrealistas...