Como decía ayer, en el año 2001 Jean-Jacques Annaud dirige Enemigo a las puertas, centrada en plena II Guerra Mundial, en concreto en 1942, en plena lucha de los ejércitos de Alemania y Rusia, desde la entrada alemana en territorio ruso, y la encarnizada lucha que mantienen en la famosa batalla de Stalingrado, donde se combate calle a calle y cuyo desenlace todo el mundo espera. Hay un francotirador ruso llamado Vassili Zaitsev al que da vida Jude Law, que persevera en la empresa de eliminar a sus enemigos uno por uno, siendo un tirador superlativo. El Comisario Danilov (oficial encargado de la propaganda soviética) al que da vida Joseph Fiennes, lo convierte en un héroe nacional (después de salvarle la vida) que debe servir de ejemplo para animar a las tropas a proseguir la lucha contra el ejército alemán, a pesar del gran número de bajas. Para contrarrestar al tirador soviético, los alemanes mandan a su mejor francotirador, el Mayor König (Ed Harris), lo que acabará convirtiendo el film en un duelo entre ambos a vida o muerte. La música fue compuesta por James Horner, ya conocido por el director con el que había hecho por ejemplo la música de El nombre de la rosa, que como era habitual lo hizo de manera precisa y concisa.
Os dejo con el tema inicial de la banda sonora titulado The river crossing to Stalingrad.
En el año 2001 Jean-Jacques Annaud dirige Enemigo a las puertas, centrada en plena II Guerra Mundial, en concreto en 1942, en plena lucha de los ejércitos de Alemania y Rusia, desde la entrada alemana en territorio ruso, y la encarnizada lucha que mantienen en la famosa batalla de Stalingrado, donde se combate calle a calle y cuyo desenlace todo el mundo espera. Hay un francotirador ruso llamado Vassili Zaitsev al que da vida Jude Law, que persevera en la empresa de eliminar a sus enemigos uno por uno, siendo un tirador superlativo. El Comisario Danilov (oficial encargado de la propaganda soviética) al que da vida Joseph Fiennes, lo convierte en un héroe nacional (después de salvarle la vida) que debe servir de ejemplo para animar a las tropas a proseguir la lucha contra el ejército alemán, a pesar del gran número de bajas. Para contrarrestar al tirador soviético, los alemanes mandan a su mejor francotirador, el Mayor König (Ed Harris), lo que acabará convirtiendo el film en un duelo entre ambos a vida o muerte.
En una escena mítica, Vassili y el Comisario Danilov están en una fuente llena de cadáveres, pero intentan disparar a un pez gordo alemán que va a ducharse, Vassili no sólo matará al alto mando alemán, sino a todos los que están con él, más otro soldado que lo descubre y quiere lanzarle una granada.
Como decía ayer, Douglas Trumbull dirigió en 1983 Proyecto Brianstorm, que tenía de protagonistas a Christopher Walken y a Natalie Wood (en su último film, ya que murió accidentalmente durante el rodaje en 1982). Nos cuenta la historia del Doctor Brace (Christopher Walken) y la Doctora Reynolds (Louise Fletcher), que están a punto de culminar un proyecto, que consiste en una máquina grabadora que, unida a unos sofisticados sensores de ondas cerebrales, puede leer y grabar todas las sensaciones físicas y emocionales del individuo. Como punto álgido del proyecto, se quería conseguir que esa suma de sensaciones, grabadas en una cinta de 10 cm, pudiera ser reexperimentada por otra persona diferente a través de un curioso casco. Durante los experimentos dirigidos a explorar las posibilidades del invento, Lillian muere de un ataque al corazón, pero antes consigue enlazarse a la máquina para grabar su traumática experiencia. Es la excusa que necesitan los militares, que están financiando la idea, para quitársela a los civiles e investigar aplicaciones militares.
Trumbull, es una persona interesante dentro del mundo de la ciencia ficción, y sobre todo dentro del campo de los efectos especiales, donde desplegó su talento en films como 2001: Una Odisea en el espacio (1968), La Amenaza de Andrómeda (1971), Encuentros en la tercera fase (1977), Star Trek: La película (1979) o Blade Runner (1982), y a finales de los 70 se le consideraba el mejor en ese apartado. Su primer film es Naves misteriosas de 1971, pero pasaron doce años hasta este segundo y a la postre último film, este Proyecto Brainstorm de 1983. En esta película se explora casi de manera inicial el asunto de la realidad virtual, que se haría de manera mucho más evidente en películas posteriores como en la muy buena Días extraños (1995), que se basa en conceptos similares. Este film pasó desapercibido, siendo bueno, y con la muerte de Wood y las ganas de acabar con el proyecto de MGM, todo se torció y sin promoción casi pasó sin pena ni gloria, provocando la salida del mundo del cine de Douglas. James Horner compuso la banda sonora del film, por la cual le dieron el Óscar.
Una escena mítica es cuando la Doctora Reynolds está trabajando en su sala, pero sufre un accidente y se le caen materiales al suelo, al intentar recogerlos ve que le empieza a dar un ataque al corazón, pero antes consigue enlazarse a la máquina para grabar su traumática experiencia y que quede grabado.
Douglas Trumbull dirigió en 1983 Proyecto Brianstorm, que tenía de protagonistas a Christopher Walken y a Natalie Wood (en su último film, ya que murió accidentalmente durante el rodaje en 1982). Nos cuenta la historia del Doctor Brace (Christopher Walken) y la Doctora Reynolds (Louise Fletcher), que están a punto de culminar un proyecto, que consiste en una máquina grabadora que, unida a unos sofisticados sensores de ondas cerebrales, puede leer y grabar todas las sensaciones físicas y emocionales del individuo. Como punto álgido del proyecto, se quería conseguir que esa suma de sensaciones, grabadas en una cinta de 10 cm, pudiera ser reexperimentada por otra persona diferente a través de un curioso casco. Durante los experimentos dirigidos a explorar las posibilidades del invento, Lillian muere de un ataque al corazón, pero antes consigue enlazarse a la máquina para grabar su traumática experiencia. Es la excusa que necesitan los militares, que están financiando la idea, para quitársela a los civiles e investigar aplicaciones militares.
Trumbull, es una persona interesante dentro del mundo de la ciencia ficción, y sobre todo dentro del campo de los efectos especiales, donde desplegó su talento en films como 2001: Una Odisea en el espacio (1968), La Amenaza de Andrómeda (1971), Encuentros en la tercera fase (1977), Star Trek: La película (1979) o Blade Runner (1982), y a finales de los 70 se le consideraba el mejor en ese apartado. Su primer film es Naves misteriosas de 1971, pero pasaron doce años hasta este segundo y a la postre último film, este Proyecto Brainstorm de 1983. En esta película se explora casi de manera inicial el asunto de la realidad virtual, que se haría de manera mucho más evidente en películas posteriores como en la muy buena Días extraños (1995), que se basa en conceptos similares. Este film pasó desapercibido, siendo bueno, y con la muerte de Wood y las ganas de acabar con el proyecto de MGM, todo se torció y sin promoción casi pasó sin pena ni gloria, provocando la salida del mundo del cine de Douglas.
La música corrió a cargo de James Horner, recibiendo el Óscar por ella.
La vida de Brian de los Monty Python es sin lugar a dudas una de mis películas favoritas de la que ya hablé aquí en su día largo y tendido. Un film que tuvo unos comienzos difíciles, ya que su controvertido guión provocó que EMI renunciara a producirla y por tanto financiarla días antes de comenzar el rodaje, y fue George Harrison, el Beatle y amigo personal de los Python, quien puso el parné. George dijo que lo hacía porque le apetecía ver el film, y desde luego recuperó con creces su inversión.
Recordemos que Brian es hijo de una feminista judía y un soldado romano. A pesar de ello, desarrolla un profundo odio hacia los romanos y dedica su vida a la lucha por la independencia de su pueblo. Involucrado en el Frente Popular de Judea, pronto comienzan sus problemas con los opresores, y también, con otros grupos independentistas que prefieren pelear entre sí, antes que oponerse al invasor... como en tantos casos (la actualidad me resuena en la cabeza). Pero el infortunio de Brian le hace acabar crucificado como Jesús, llevando así una vida paralela.
En una mítica escena cómica, Brian (Graham Chapman) vende en el circo romano todo tipo de despojos humanos después de la carnicería consumada en el ruedo. Mientras tanto en las gradas ya casi vacías, se discute entre tres hombres y una mujer, adelantándose en el tiempo al menos 43 años, comienzan a utilizar el lenguaje inclusivo, tan de moda en los días actuales, y donde Eric Idle dice que se va a hacer mujer.... para tener hijos ¡¡¡pero si es que estos hombres eran unos visionarios!!!
Darren Aronofsky dirige La Ballena, una película que quizás en la mano de otro director hubiera sido insoportable, por decir algo que suene decente, pero la manera en que este director va llevando la historia, hace que encaje en todo su desarrollo, no chirrie y acabes sintiendo una pena y a la vez una compasión por el protagonista Charlie, al que da vida un Brendan Fraser al que este papel le ha dado su primer Oscar de la Academia a mejor actor principal, mezclando mucho dramatismo y a la vez mucha complejidad, toda la que lleva interpretar a un personaje de más de 200 Kilos y que ha perdido todo el respeto por sí mismo imaginable. Y todo esto sucede en una semana, tiempo que va transcurriendo a lo largo de las casi dos horas, y donde realmente se está diseccionando toda una vida.
Es curioso el comienzo del film, con el protagonista practicándose una masturbación sucia que casi le provoca la muerte mientras ve sexo en el ordenador para ayudarle, y te temes lo peor desde el principio, pero todo se reconduce y acaba con una disección literaria que le puede salvar la vida. El viaje del protagonista es absolutamente personal, y asistimos desde el primer día de esa semana a los restos de una decisión de vida, que él ya tomo hace mucho tiempo y lo cambió todo. Es el retrato de un personaje que ya no quiere vivir y que va cuesta abajo y sin frenos, buscando su autodestrucción, a la vez que intenta recomponer la relación con su hija Ellie, a la que da vida una excelente Sadie Sink, mientras se gana la vida dando clases de inglés online sin mostrar su físico alegando que tiene la cámara rota.
Pero la virtud de este film, es que algo que podría ser muy agónico y un auténtico calvario para el espectador, produce empatía por varias cuestiones, primero un guión que no te cuenta todo de sopetón (de hecho a veces te gustaría saber más detalles exactos de lo que pasó años atrás), mientras te guarda algo gordo para el final, y por otro lado, el personaje principal tiene muchas contradicciones, es educado, desprende ternura y tiene sensibilidad, pero el contraste con su hija que tiene muchos detalles malvados con él, al que siempre culpa de haberla abandonado te produce sensaciones complicadas. Es entonces cuando el espectador va descubriendo, dónde y como quiere el director, quién es Charlie, al que Brendan Fraser transmite una mirada melancólica impresionante, y que mediante sus muecas esconde el dolor constante que soporta estoicamente.
En definitiva un film que trata un tema tan difícil como la obesidad mórbida y que consigue que no te centres en eso y vayas a descubrir la vida real de la persona que hay dentro.
He de decir, que me ha sorprendido muy positivamente la actuación de Fraser, y que se disputaba la estatuilla con Austin Butler, que hizo de Elvis Presley en Elvis, y no sabría bien calibrar porqué uno lo gana y el otro no, pero sinceramente pienso que Butler lo merecía, una vez vistas ambas.
En 1974, Francis Ford Coppola realiza la segunda parte del Padrino, basado igualmente en la novela de Mario Puzo. Aquí se desarrolla la continuación de la historia de los Corleone, por medio de dos historias paralelas, primero la elección de Michael Corleone como jefe de los negocios familiares y por otro los orígenes del patriarca, el ya fallecido Don Vito a quien da vida un inmenso y muy joven Robert de Niro, primero en Sicilia y luego en Estados Unidos, donde empezando desde abajo llegó a ser el capo de la mafia de New York.
Aquí suceden hechos realmente importantes en el devenir de la familia, y la película relata el reinado de Michael con todos sus problemas, y su manera de manejar todo. En una escena inolvidable que en la cinta recrea la noche del 31 de diciembre de 1958 en La Habana, los protagonistas son Michael Corleone (Al Pacino) y Fredo Corleone (John Cazale). Ambos han transitado un largo camino en la ciudad cubana, que les lleva a descubrir una traición que cambiará para siempre la historia de la poderosa familia. Mientras los invitados empiezan a abrazarse y desearse feliz año, en el fondo se ve a Fulgencio Batista, el anfitrión y dictador de la isla cubana, quien manejó sus designios durante casi una década con mano dura. En ese mismo instante Michael busca a Fredo, le toma del cuello y le besa en la boca mientras le dice "Sé que fuiste tú, ¡me destrozaste el corazón!". Es así como Michael descubre a su hermano, quien había mandado a unos matones a matarle en su propia casa. Mientras tanto, un matón de la familia intenta cargarse a Hyman Roth sin éxito.
Pero en otra escena igual de memorable, Fredo, después de engañar y traicionar a su hermano, vuelve a casa para dar una explicación a Michael, a la vez que busca su perdón. Pero Michael le da a entender que es demasiado tarde, es entonces cuando sale el Michael petreo que ni olvida ni perdona, que se ha vuelto desconfiado y muy despiadado ya que tiene enemigos hasta en su propia familia. La suerte de Fredo está echada y Michael ha decidido que ya no es su hermano y la frase "Fredo eres un extraño, ya no eres mi amigo ni mi hermano" es lapidaria.
Joel Shumacher dirige en 1992 Falling down, traducida aquí como "Un día de furia", una de esas películas que vi en su día poco después de su estreno (hablo de un par de años) en televisión y en aquel momento no me convenció, fue años después cuando la volví a ver, y me divertí tanto, que comprendí que el film necesitaba mayor conocimiento y experiencia por mi parte para valorarla. Se trata de una extraordinaria película acerca de la condición humana, y de como nuestros comportamientos pueden llegar a generar las más disparatadas situaciones.
Michael Douglas está soberbio interpretando a William Foster, un hombre corriente que supera como puede sus frustraciones diarias en Los Ángeles, y que sólo quiere regresar a casa, pero durante una jornada de intensísimo calor, se juntan el colapso del tráfico, la ansiedad y el agobio, por lo que, de manera violenta, William se rebela contra todo lo que le rodea.
Mientras tanto, un oficial de policía ya veterano, Pendergast (Robert Duvall) intentará poner fin a esta sin razón.
William es un empleado de una importante firma de defensa, y padece un desequilibrio mental que en circunstancias normales no se manifiesta. Hoy, porque la película se desarrolla a lo largo de un día, es el cumpleaños de su hija y quiere ir a visitarla a casa de su ex esposa Beth (Barbara Hershey), de la que se divorció. A partir de su abandono del coche en un intenso tráfico, cruza la ciudad para cumplir su objetivo y le van surgiendo situaciones de lo más variopintas, desde una tienda de un coreano donde la lía, con unos ladrones que le quieren atracar y a los que espanta, en un McDonalds dónde quiere desayunar fuera del horario de desayuno, con un nazi de una tienda al que se acaba cargando... un sinfín de historias de lo más cómicas que sólo hacen que se vaya estrechando el círculo hacia él, para tener un final triste en la playa de Venice.
Precisamente en una de esas situaciones que suceden en su periplo, se cruza con dos hispanos que le quieren hacer pagar un peaje por pasar por su "zona", o lo que es lo mismo, le quieren atracar, y todo se salda con que William se defiende de ellos que le sacan una navaja, pegándoles con el bate de béisbol que él se quedó y era propiedad del coreano de la tienda. No contentos con eso, los hispanos se reagrupan y metidos en un coche llenos de armamento hasta arriba, van en busca de William, al que ven hablando en una cabina de teléfono (está llamando a su ex-mujer, para decirle que va a ir a su casa a ver a su hija por su cumpleaños), y deciden pasar rápido con el coche y disparar a diestro y siniestro, creyendo que matarán a su objetivo, que ni se inmuta y no sufre ni una herida, mientras caen abatidos varios viandantes. Instantes después William llega al sitio donde se han accidentado gravemente sus agresores, y le dice al que todavía vive: "has fallado" mientras coge una de sus armas y falla aposta, al final le dispara en una pierna y se queda con todas las armas que iban en una mochila de gimnasio.
Como decía días atrás, en 1998 Santiago Segura dirigió su primer largometraje, Torrente, el brazo tonto de la ley, una película que con el paso de los años ha quedado como icono del cine casposo y desde luego un referente en cuanto a la taquilla que hizo, que rompió records, describiendo a un personaje no tan alejado de la realidad del país donde vivimos, como es el de Jose Luis Torrente, un ex-policía facha, machista, racista, alcohólico, corrupto, ladrón y bastante negligente en cualquier función que se propone... ahhh y del Atleti. En realidad, es una sátira perfectamente llevada a cabo por Santiago, con un personaje exagerado al extremo en muchos aspectos.
Se cumplen 25 años del estreno de esta mítica cinta.
En una escena cómica brutal Torrente bebe whiskys para ponerse a tono para el trabajo y le pregunta a Rafi si el no bebe, y le dice que no, porque va contra el aikido que él practica, a lo que Torrente le responde que no tiene... ni puta idea.
Os dejo con la cómica escena (dedicada a mi amiga Merche González).
En 1998 Santiago Segura dirigió su primer largometraje, Torrente, el brazo tonto de la ley, una película que con el paso de los años ha quedado como icono del cine casposo y desde luego un referente en cuanto a la taquilla que hizo, que rompió records, describiendo a un personaje no tan alejado de la realidad del país donde vivimos, como es el de Jose Luis Torrente, un ex-policía facha, machista, racista, alcohólico, corrupto, ladrón y bastante negligente en cualquier función que se propone... ahhh y del Atleti. En realidad, es una sátira perfectamente llevada a cabo por Santiago, con un personaje exagerado al extremo en muchos aspectos.
Se cumplen 25 años del estreno de esta mítica cinta.
En una escena cómica del film Torrente da de comer a su padre las sobras del cocido del bar donde él ha comido antes, y le hace un puré (con más cosas que había dentro como algún cigarro), mientras su padre le pide un bocadillo de jamón, y un pitillo para fumar, cosas ambas que Torrente le niega.